Por: Marcio Enrique Sierra Mejia
La expresión “los mismos”, se ha popularizado en la política hondureña. Específicamente, en el Partido Nacional entre líderes de las bases pobres que, constituyen la militancia y la población mayoritaria votante, a favor del nacionalismo. Son muchos los líderes de la base mayoritaria pobre nacionalista, que apoyan hacerle una oposición al liderazgo oligárquico, que tiene el pequeño grupo de líderes responsables, del control de la conducción política de esta organización, por más de 20 años, constituyéndose en el estrato político alto del Partido Nacional. Y que, debido a esta cualidad se han cerrado como tal.
Este pequeño grupo de líderes nacionalistas de ascendencia oligárquica, y denominados como “los mismos”, son calificados de este modo, porque les adjudican ser los responsables de la derrota del Partido Nacional en las elecciones generales pasadas y, de tener al partido, en una situación de “estado de llanura”, sin rumbo partidario y en completo abandono organizativo como partido, permitiendo la proliferación de precandidaturas proselitistas, sin que contribuyan a la unificación integral de los nacionalistas, debido a la inexistencia de lineamiento partidario alguno que, les guie en el trabajo proselitista hacia metas de amalgamiento alrededor de objetivos comunes, sin afectar la individualidad de cada movimiento interno que se ha organizado.
El Comité Central del Partido Nacional ha dejado al libre albedrio, la dinámica proselitista interna que se está desarrollando; lo cual, puede conducir al nacionalismo a un fraccionamiento conveniente al Partido Libre, porque tiene el poder de gobierno controlado completamente.
La línea política de conducción que está imperando en el Partido Nacional, parece seguir el mandato de connotados líderes con poder económico que, en el pasado, no solo ejercieron la conducción del país, sino que también aprovecharon las ventajosas posiciones de poder que tenían para enriquecerse. Es decir, se sigue la misma línea de manejo del partido, que fue dominante a lo largo de los 12 años de dominación nacionalista. En otras palabras, una línea política partidaria descuidada y de abandono de las bases orgánicas que solo fueron endulzadas a través de un asistencialismo generador de dependencia política mercantilista pero no de organización política partidaria. Se descuidó el trabajo con los comités departamentales, los subcomités, el adoctrinamiento y la capacitación, la identificación electoral, el registro y la compactación política con apropiada identidad nacionalista.
Los líderes de la base social mayoritaria nacionalista se oponen a “los mismos” que controlan el partido, porque estos personajes están identificados directamente con la línea política que imperó en el pasado, y que hoy por hoy, continúan imponiendo en condiciones desventajosas, porque el Partido Nacional, no goza la capacidad económica que ostentaba, cuando dominaba en el poder de gobierno de la república. También es lamentable que desde posiciones de oposición interna a “los mismos”, haya líderes que se proclaman ser la reserva moral del partido, ejecutando acciones corruptas en la práctica proselitista, porque ofrecen dinero para comprar conciencias de convencionales y utilizarlos en la convención a favor de posturas políticas que favorezca un posicionamiento proselitista. Acciones de esta naturaleza perjudican al partido y son propias del comportamiento que tienen “los mismos”.
El calificativo opositor de “los mismos”, es debido al descuido en el que se tiene a la base mayoritaria del partido. Estos líderes que controlan el manejo del Partido Nacional, han caído en un individualismo egoísta que afecta la dinámica interna del Partido Nacional, porque crea desilusión, insatisfacción y desconfianza. De no producirse una rectificación honesta en la conducción de las bases mayoritarias nacionalistas, la elección general teniendo a Libre como adversario con todo el poder que ostenta realmente, la veremos difícil de ganar. Todavía hay tiempo de entrar en un razonamiento sensato y converger en la unidad integral del Partido Nacional, siguiendo una visión partidaria acordada y estableciendo un acuerdo político de transformación interna del Partido Nacional, desde abajo hacia arriba y viceversa. Esto se justifica porque el nacionalismo continúa siendo la fuerza democrática más fuerte que le hace frente al socialismo radical tirano que quieren imponer los del Partido Libre y la familia castromelista. Independientemente que pueda darse una alianza con otras fuerzas democráticas que también buscan vencer a los socialistas radicales.