Honduras y Costa Rica, tensión innecesaria
Juan Ramón Martínez
La sorpresiva decisión de Costa Rica, de exigir visa a los hondureños, es prueba de la falta de atención que la cancillería, da a los problemas de Centroamérica y a los temas de la migración. Y además de las dificultades de Costa Rica por la crisis de su sistema de seguridad. Enfocados, solo en la figuración, llamando la atención con desplantes infantiles a los Estados Unidos y haciéndole guiños a sus enemigos, no ha tomado en cuenta el deterioro de nuestras relaciones con San José. En la toma de posesión de Xiomara Castro, no nos acompañó el presidente Rodrigo Chávez. Y en la disputa por la dirección del BCIE, se obviaron las críticas de los ticos que más contra Honduras, eran en contra de Nicaragua. Sin valorar las cosas, Honduras recibió un varapalo cuando respaldó a Dante Mossi, que cayó en la pelea entre ticos y nicaragüenses que, disputan sobre la forma como se dirige el BCIE.
Costa Rica, siempre ha mantenido distancia con los demás países centroamericanos. Pero con Honduras, las relaciones han sido muy buenas. El hondureño Marcial Aguiluz, dirigió las tropas que repelieron la invasión de Nicaragua a territorio tico, en 1956. Figueres y Villeda Morales, fueron ideológicamente aliados. En la madrugada del 3 de octubre, al embajador que Villeda Morales llamó para que le auxiliara, fue al de Costa Rica. Villeda, Rodas Alvarado; y, los jóvenes expulsados por los militares, encontraron fraterno asilo en San José. Y en la crisis del 2009, cuando se expulsó a Zelaya, a petición de la Secretario de Estado de Estados Unidos, Oscar Arias Sánchez, le dio asilo en Costa Rica; y, se volvió importante mediador de la crisis.
Lo que sorprende en la conducta de Rodrigo Chávez, es que teniendo información importante, sobre actividades ilícitas de supuestos ex militares y narcotraficantes hondureños, no las compartiera con sus colegas catrachos. San José, no tiene embajador en Tegucigalpa. Y, Honduras nombró en Costa Rica a un político sin muchas habilidades diplomáticas. Y de repente pocas relaciones con los políticos ticos. Es decir que el entramado básico para manejar las crisis, evitando llegar a los extremos que nos confrontan, no ha operado. Además, el Presidente Chávez, muestra una arrogancia innecesaria, queriendo darnos lecciones que no caben. Y sin relaciones telefónicas siquiera con Castro, no ha podido evitar con la decisión, atraer la atención y el rechazo de la ciudadanía de su país. Porque las cosas no le han salido como ha querido. La ciudadanía tica sabe que las cosas no andan bien por allá. Que su gobierno se ha peleado con medio mundo; y que, pese a su prestigio y habilidad tecnocrática, no cuenta con todo el respaldo de la Asamblea Legislativa. Incluso, hay la amenaza de interpelar allí, a su ministro de Seguridad.
En las relaciones diplomáticas, no hay que menospreciar a los otros. Ticos y catrachos, no tienen razones para tener malas relaciones. En los peores momentos, hemos estado juntos. Y, ahora no hay razones para crear animosidades, por una cuestión que perfectamente se pudo haber manejado entre los órganos de seguridad de los dos países, aceptando que tener ejercito Honduras y disimular el suyo Costa Rica, no es razón para no colaborar mutuamente. Los niveles de inseguridad ticos, aunque mejores en términos globales de los nuestros, nosotros le ofrecemos más seguridad a los turistas que los que les da Costa Rica. Los puertos ticos, están siendo usados por el narcotráfico. Por ello, sacarnos los ojos mutuamente, no hace nada bien, sino en favor de la delincuencia que no tiene patria. Solo intereses bastardos.
Honduras, no es modelo para los ticos. Ellos, nadan en aguas más profundas. Pero igual que entre las personas, todos somos útiles. En momentos de amenazas totalitarias, la conducta arrogante de Rodrigo Chávez, no ayuda a fortalecer la democracia. Y Costa Rica, no gana aislándose y dejando que Honduras siga cometiendo errores que, le pueden hacer daño a la región. El ferry con El Salvador, no es suficiente. No ayuda tampoco a dañar al comercio hondureño que, necesita mucho de los vínculos con Panamá y Costa Rica. Nadie sale ganando.
Hay que disminuir tensiones. Los diplomáticos nuestros, no gozan del respeto del pueblo hondureño. De modo que una escalada contra ellos, solo afectará a los demócratas. De Costa Rica y de Honduras.