Por qué nuevamente el liberalismo puede ser una opción
Carlos G. Calix
El liberalismo es una corriente de pensamiento político y económico que se basa en la libertad individual, la propiedad privada y la libre empresa. En Honduras, durante el siglo anterior, diversos gobernantes hicieron uso del liberalismo social y sus resultados generalmente fueron mediocres. Una de las principales razones fue la falta de conocimiento del liberalismo clásico como etapa previa para el desarrollo humano y económico del país. En este sentido, para que en el futuro no se repitan los mismos errores, será necesario asumir en el mediano plazo, una formulación científica superior a este, de tal forma que en diversas regiones del país se pueda implementar el capitalismo libertario, como la forma más pura del orden espontáneo del mercado.
En primer lugar, dadas las circunstancias del país, el liberalismo clásico, en una etapa inicial, puede ser una opción para Honduras, porque defiende la libertad individual como un valor fundamental. En un país donde la democracia y los derechos humanos siguen siendo vulnerados, la defensa de la libertad individual puede ser una herramienta para proteger los derechos de las personas y limitar el poder del Estado. Sin pecar de ingenuos y utópicos.
En segundo lugar, el liberalismo clásico, en una etapa preliminar, puede ser una opción porque defiende la propiedad privada y la libre empresa como motores del crecimiento económico. En un país donde la pobreza y la inseguridad son problemas persistentes, la defensa de la propiedad privada y la libre empresa puede ser una herramienta para fomentar el crecimiento económico y reducir la pobreza.
En tercer lugar, el liberalismo clásico puede ser una opción preliminarmente, porque defiende la paz y la cooperación entre las naciones como un objetivo fundamental. En un país que ha sufrido conflictos políticos y sociales en el pasado que se han arrastrado hasta el presente, la defensa de la paz y la cooperación internacional puede ser una herramienta para fomentar la estabilidad y el desarrollo. Puede ser una opción para Honduras porque defiende la cooperación internacional y la eliminación de barreras al comercio, lo que puede fomentar la estabilidad política y el desarrollo humano.
Para mencionar algunos ejemplos concretos, el liberalismo clásico ha sido una parte fundamental de la historia de Estados Unidos desde su fundación. La Declaración de Independencia de 1776 estableció la idea de que “todos los hombres son creados iguales” y tienen derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Esta idea ha sido la base de la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas, independientemente de su raza, género o religión.
Por su parte, Chile ha sido uno de los países más exitosos en la aplicación del liberalismo clásico en América Latina. Desde la década de 1970, Chile ha implementado políticas económicas liberales que han fomentado el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. Según el Banco Mundial, la pobreza en Chile ha disminuido del 38% en 1990 al 8.6% en 2017.
Bélgica es un ejemplo de liberalismo en la política europea. La alcaldesa de una importante ciudad belga ha sido filmada por un transeúnte defendiendo la libertad individual y la propiedad privada en un discurso público. Esto demuestra que el liberalismo clásico sigue siendo una corriente de pensamiento relevante en Europa.
En este sentido, la Unión Europea es un ejemplo de liberalismo en la política internacional. La UE se ha convertido en un modelo de integración regional que ha permitido la libre circulación de personas, bienes y servicios entre los países miembros. Según la Comisión Europea, el PIB per cápita de la UE ha aumentado del 64% de la media de la UE-15 en 1980 al 85% en 2019.
En definitiva, el liberalismo clásico puede ser una opción preliminarmente viable para Honduras porque defiende la libertad individual, la propiedad privada y la libre empresa y, la paz y la cooperación entre las naciones. Son preferibles las ideas de Carl Menger, Ludwig von Mises y, en general, de los integrantes de la escuela austríaca de economía, que promueven un orden espontáneo y una economía con propiedad privada y un sistema de precios: en fin, un sistema de libre mercado. Por lo tanto, antes de dar el siguiente paso sugerido por los economistas españoles Jesús Huerta de Soto y Miguel Anxo Bastos, es importante que los líderes políticos y económicos consideren el liberalismo clásico como una opción inicial para el futuro inmediato de Honduras, previo al anarcocapitalismo.
En conclusión, el liberalismo social aplicado en Honduras ha fracasado y, el liberalismo clásico puede ser una opción, únicamente si se tiene en cuenta que el siguiente paso es el capitalismo libertario.
[email protected] Carlos G. Cálix es doctor en ciencias y director general de MacroDato. Director del Consejo Académico de Fundación Eléutera. Posdoctorado IIESS-CONICET.