Cómo diferenciar a un diputado pura sangre, de un diputado aguacatero (3)

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22 de octubre de 2023
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12:03 am
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Cómo diferenciar a un diputado pura sangre, de un diputado aguacatero (3)

Por: Arq. Óscar Cárcamo Vindel

Disculpen mi insitencia, pero estoy convencido que el desvensijado edificio del congreso, este poseído por un mal espíritu chocarrero (como decia Chespirito), y con seguridad necesita de un prolongado exorsismo. Estimo que hay que contratar a un experto, yo aconsejo traer, aunque sea en bus de la ciudad de Tocoa, al autóctono ¨Apóstol Santiago¨, para que le aplique a los curules una infusión de unas tres manos (como mínimo), de concentrado de ruda al 100%.

De cierto que, con honrosas excepciones existen diputados honorables, (o sea aguacateros) y eso, muy a pesar que suponemos que los propietarios de los partidos, realizan con devoción, la escogencia de sus parvularios al congreso; con extenuantes acreditaciones, riguroso codigo de ética, pruebas de polígrafo y hasta de antidoping. Empero, por mucho que sea el esfuerzo, al momento que sus próselitos ingresan al hemiciclo; caen en trance, y se les pandean los ojos como poseídos por un mal espíritu. Ya quisiera que fuese el espíritu del Sabio Valle, de Morazán o del aguerrido Indio Lempira. Yo más bien percibo, que es el espiritu del Rey 18 Conejos de Copan, que destruía a sus adbersarios sacandoles el corazón y enterraba bajo tierra sus logros. Examinemos algunos de los espectros, más comunes en la conducta los hechizados:

El espíritu de las hemorroides
Dicen las malas lenguas retorcidas, que cubren la fuente del congreso (a mi no me crea), cuando al no más sentarse el diputado en su curul, se les inflaman las posaderas y le pega hemorroides en el chiquito. La afección de esta profusa picazón, es tan generalizada y periódica, que cada junta directiva de turno, prepara un placebo a modo de remedio a los honorables; y les facilitan una Toyota Prado de paquete, para que los asientos de cuero acolchonado les rebaje el abultamiento de las ancas. En verdad, que la receta es tan maravillosa que, en los casos de gravedad, cuando a ciertos diputados, el fundillo se le acrecienta del tamaño de los envidiables hermanos garífunas, se aplica un reforzamiento a la fórmula médica, con una Prado blindada, y santo remedio a la odiosa inflamación y el molesto cosquilleo en la ensortijada colita de lindo lechoncito, (el que tiene oídos que entienda, como dice la Biblia).

El espíritu de la suegra tóxica
No se si usted ha sufrido del delirio de una suegra ponzoñosa, yo he escuchado historias de terror. En fin, lo triste del asunto en cuestión, es el hecho que los honorables caminan en un sudoroso estupor de sobresalto, como poseídos por el espíritu maligno de una rencillosa suegra tóxica. Mire usted cómo se trastornan a mecha corta (mírame y no me toques) y pierden los estribos de la correcta compostura, y con airados exabruptos se bajan el canasto de verduleros, para desgreñarse, lanzándose patadas voladoras, y gritando improperios se desgalillan sin dejar hablar al oponente, en una enajenada bullaranga de locatarios de mercado.

El espíritu de la doñita despechada
Es una constante muy evidente en el desempeño de los honorables, luego de andar una temporada de piquito que querés y bien acaramelados como ¨burro en primavera¨, de repente, intempestivamente pasan del amor al odio. Y como vetusta doñita despechada, a la que dejaron vestida y alborotada por una voluptuosa cipota, amargamente se sacan a relucir los trapitos al sol de las miserias escondidas, reprochándose el descrédito en público al antiguo enamorado, para luego clavarle una puñalada en la espalda, con los más bajos actos de vileza.

El espíritu del cortejo fúnebre
Esta es sin duda alguna, lo que más exteriorizan los estimados delegados. Les entra un raro letargo de pachorra, caminando como amodorrados, algo así, como que solo tienen dos cambios en la caja; primera y retroceso, como en fila de cortejo fúnebre. Con lentitud, engavetan los proyectos, se adormitan en las sesiones, y todos los procesos los realizan como en cámara lenta, (perdón, con los víaticos son pilas).

El espíritu de atontamiento mental
Se han fijado que los patricios hablan como entrecortado, como que sufren de una atrofia cerebral, que les limita a un lenguaje titubeante de escasa conjugación oral, en una liturgia de cierta desganada cacofonía, (busque esta palabra en Wikipedia, si padece de atontamiento). La incoherencia de repetir como loro en guayabal, las mismas frases rastrilladas, en disonante verborrea que, por un extremo acentúa la narco dictadura, y golpistas. Y por otro lado destaca, los comunistas estilo Cuba y Venezuela. Escucharlos resollar con tal despropósito, importuna el entendimiento y se finaliza en el hartazgo de tener que engullir de manera indigesta, un tedioso libreto que presume una limitada racionalidad.

En conclusión, de frente a la absurda incoherencia de los ilustres patricios, en lugar de ponernos a llorar y amargarnos, mejor riamos un poco con la presente sátira.

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