Por: Rodolfo Dumas Castillo
La plataforma de Inteligencia Artificial ChatGPT sigue evolucionando. Recientemente sus propietarios revelaron nuevas capacidades: la habilidad de “ver, oír y hablar”. La primera de estas funciones le permite analizar y responder a imágenes. Por ejemplo, se puede subir una foto y obtener instrucciones detalladas o sugerencias personalizadas basadas en el contenido visual; desde instrucciones sobre cómo armar un mueble hasta la creación de recetas basadas en el contenido de un refrigerador.
La segunda función habilita la capacidad de hablar con la aplicación y recibir respuestas en una voz artificial, similar a otros asistentes como Siri o Alexa, aunque la voz de ChatGPT, es más fluida y natural, con un tono que se aleja de la artificialidad típica de otros asistentes. Su capacidad para convertir el habla en texto y de generar respuestas habladas de manera natural, es un salto significativo y, aunque no siempre será la opción más eficiente para algunas labores, la experiencia de conversar con dicha plataforma resulta fascinante.
Estas nuevas capacidades contribuyen a la construcción de sistemas de inteligencia artificial multimodal, capaces de abordar texto, imágenes, voz y más. La meta final es desarrollar una IA que procese información de manera equiparable a la capacidad humana, a pesar de ciertas limitaciones. ChatGPT, si bien impresionante, no está exenta de errores, como inventar información en determinados contextos, y presenta dificultades en tareas específicas. Además, por consideraciones éticas y para prevenir posibles abusos, no responde preguntas relacionadas con fotografías de rostros humanos.
La pregunta que surge es: ¿Hacia dónde nos dirigimos con estas nuevas capacidades? ¿Cómo cambiarán los negocios, el gobierno, la educación y la vida cotidiana con un ChatGPT más poderoso? Podemos imaginar aplicaciones en campos tan diversos como la automatizacion de tareas legales, la simplificación de trámites administrativos, la implementación de sistemas que mejoren la circulación vial en nuestras ciudades, la resolución de problemas visuales en la educación, y mucho más.
En el ámbito empresarial, el potencial para la eficiencia es enorme. Los equipos de ventas podrían utilizarlo para analizar imágenes de productos y generar descripciones atractivas; los profesionales de marketing podrían usar la función de voz para crear mejores mensajes publicitarios; en el sector financiero podría analizar documentos complejos, como gráficos financieros avanzados o presentaciones visuales de datos, ofreciendo resúmenes, proporcionando análisis detallados y ayudando en la toma de decisiones estratégicas; y, en logística podría procesar información visual para mejorar la eficiencia en la gestión de inventarios, optimizando las cadenas de suministro.
En el ámbito gubernamental, la gestión de datos e interacción con ciudadanos podría revolucionar la manera en que se prestan servicios, convirtiéndose en enemigo de la corrupción al eliminar la perniciosa discrecionalidad con la que algunos funcionarios complican, enreden y atrasan innecesariamente los procedimientos. También podría tener aplicaciones valiosas en aspectos de seguridad pública, control de circulación vehicular, optimización de redes de distribución energética y muchas otras que servirían, para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, será crucial para el sector público, implementar todas las medidas que sean necesarias, para garantizar la protección de los datos personales de los ciudadanos, así como el uso transparente y responsable de estas tecnologías.
En el sector educativo, un ChatGPT más poderoso podría transformar la forma en que los estudiantes aprenden y los maestros enseñan. La capacidad de procesar información visual facilitaría la comprensión de conceptos complejos a través de representaciones gráficas y la resolución de problemas visuales en disciplinas como matemáticas y ciencias. Además, la función de voz podría abrir nuevas posibilidades en la tutoría virtual y la asistencia personalizada, adaptándose al estilo de aprendizaje individual de cada estudiante. Similares beneficios se podrían lograr en la vida cotidiana.
En definitiva, el futuro con un ChatGPT más poderoso, se presenta como un escenario donde la eficiencia, la personalización y la comodidad, se entrelazan en diversas esferas de nuestra sociedad. Sin embargo, a medida que abrazamos estas innovaciones, será crucial abordar las preocupaciones éticas, la seguridad de los datos y, especialmente en países como el nuestro, procurar un mayor acceso para evitar que se profundizen las brechas digitales.
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