El Real Madrid extendió su firmeza europea en Braga (1-2), con dosis de sufrimiento, para dejar más que encarrilado su pase a los octavos de final de la Liga de Campeones con su tercer triunfo consecutivo, el día que Rodrygo recuperó el gol y Jude Bellingham extendió su racha goleadora.
Los datos de Rodrygo eran impropios para un delantero del Real Madrid. Más aún en el curso en el que debe dar un paso adelante sin Karim Benzema en la plantilla, asumiendo una responsabilidad goleadora ante la que no respondió desde el primer partido del curso, cuando marcó en San Mames. Once partidos sin gol, hasta que 40 disparos después se quitó una losa de encima. Sin tiempo para pensar en la definición ni en los fantasmas que le acechaban. Por voluntad, lanzándose con todo a un regalo de Vinícius.