Por: Elvia Elizabeth Gómez García*
A partir de los años veinte del siglo pasado se comienza a utilizar la clasificación en grupos generacionales, con la finalidad de diferenciar las conductas y motivaciones de las personas. Esto se hace en el mundo occidental. De ahí el uso de las generaciones X, Y, Z y Alfa, cada una de ellas enmarcada en una temporalidad determinada y consensuada por la comunidad académica dedicada a su estudio.
Como profesores universitarios, nos enfrentamos actualmente al reto de lidiar con la generación Z, que son los nacidos entre los años de 1994-1997 y 2012, aunque no existe todavía consenso en su año de inicio y finalización, pero sí en las características y cualidades atribuidas.
Una de sus características principales es que es la primera en ser nativamente digital, pero ¿qué significa eso? El escritor y conferencista sobre educación de origen estadounidense, Marc Prensky, es el inventor y divulgador de este término y define a los nativos digitales como “la primera generación que ha crecido con las tecnologías digitales y que son “nativos” del lenguaje de los ordenadores, videojuegos e internet”
Vaya ventaja la de esta generación. Si reflexionamos en las cualidades atribuidas a estos como el manejo de la tecnología, la capacidad para desarrollar multitareas y que funcionan mejor cuando trabajan en red, podríamos imaginarnos una sociedad ideal, en la cual su esfuerzo y dedicación puede contribuir significativamente a cambiar el mundo. Están conectados 24/7.
Sin embargo, hay otras características de esta generación que nos ayudan a entender por qué el mundo sigue igual o peor. Por ejemplo, el hecho de que esperan recompensas frecuentes, como cuando están inmersos en sus videojuegos y expresan con mucho orgullo que ganaron, pero ¿qué ganaron? ¿cuál es el premio?
Otro aspecto relevante es que han pasado de ser receptores pasivos a “generadores de contenido”. Sin duda, hay muchos ejemplos que podemos citar de jóvenes enmarcados en esta generación y que están haciendo contribuciones importantes al desarrollo de la ciencia y tecnología, intentando cambiar el mundo. Pero ¿qué porcentaje de los generadores de contenido representan? Lo pregunto porque en redes sociales como Youtube o Tik Tok los más reconocidos no son precisamente los que intentan cambiar el mundo.
Entonces, nos encontramos con los pasillos llenos de jóvenes inclinados en las pantallas de sus móviles o sus computadoras, algunos siendo exitosos en mundos virtuales por encontrarse en el primer o segundo lugar de la tabla de posiciones del juego más popular, pero al final de cuentas es un mundo que no existe y un éxito que se disuelve como el humo frente a una realidad cada vez más compleja y difícil.
Los salones de clases llenos de estudiantes a quienes realmente les cuesta procesar la información que se les da, que son incapaces de generar resultados propios porque todo está siempre a un clic y eso les resuelve la vida.
Es en este momento en donde la interrogante que encabeza este artículo cobra sentido, ¿generación Z o generación sorda? Porque repetimos cual disco rayado esperando que nos entiendan, pero no lo hacen porque simplemente “no están escuchando”.
Entonces surge otra pregunta, ¿están sordos? Podríamos asumir que, sí porque siempre andan con sus audífonos, como si fuesen parte de su cuerpo y no un accesorio solamente. Me ha pasado que escucho hablar a alguien y pienso que es conmigo y cuando le respondo me mira con una expresión en su rostro que se interpreta como “no es con usted”.
Muy probablemente su capacidad auditiva se esté reduciendo significativamente por el uso de estos aparatos, pero debemos considerar también los cambios en los usos del lenguaje y su significado. El español como lengua materna sufre terriblemente ante esta nueva realidad, pues ha quedado de lado el lenguaje formal y ha dado paso a un mayor uso de extranjerismos y expresiones que afectan la comunicación.
Nos encontramos ante una generación “sorda” por el ruido ambiente, por su involución social hacia un mundo cada vez menos humano y más exigente, que llena a la generación Z de estereotipos y normativas sociales que los condenan a la marginación social si no las adoptan e interiorizan.
¿Cómo curar su sordera? Escuchemos.
*Profesora universitaria.