Rostro ensangrentado, símbolo de la ola violenta
Doce puntos de sutura fueron necesarios para curar el ensangrentado rostro del entrenador del Lyon, el italiano Fabio Grosso, herido anoche al ser atacado su autobús. Su efigie simboliza hoy la interminable ola de violencia del fútbol francés.
La tarde-noche del domingo en Marsella quedará grabada como uno de los episodios más chocantes en la historia reciente del deporte en Francia.