Fabio Grosso, lateral izquierdo titular en la Italia campeona del mundo en 2006, lleva 43 angustiosos días en el banquillo del Olympique de Lyon (OL): en lo deportivo es colista de la Primera división y, en lo personal, rozó la tragedia por las aparatosas heridas que sufrió el domingo por un apedreamiento.
Al italiano, de 45 años y triste protagonista de las portadas del lunes por su rostro ensangrentado fruto de un ataque de radicales del Marsella, le fue decretada una baja «por incapacidad total de trabajo» durante 30 días.