Ricardo Puerta, analista político: “¡No existe tal revolución, chico!”
“El socialismo democrático es entretenimiento para los ignorantes”.
Muy informado de los temas nacionales y globales, critica el status quo con ese acento cubano en su versión más pura. “Soy lo que quieras, menos pendejo, chico!”, dice en su sala de estudio rodeado de una montaña de libros de todos los saberes, tres títulos colgados en la pared, entre ellos, un doctorado en ciencias políticas de Cornell University y un cuadro de Ignacio de Loyola, el padre de los jesuitas. Se declara un sibarita y presume una colección de vinos, entre ellos, una botella de Sambuca que le regaló el banquero Paul Vinelli. También admite que si no se hubiera casado con una maestra hondureña, estuviera muerto, lo mismo, si se hubiera quedado en Cuba, de donde emigró en 1960, cuando se dio cuenta, recalca, que la revolución era una mentira. Apasionado de la música, pega un grito repentino a mitad de la entrevista: – “Alexa, Antonio María Romeu…”- y la maravillosa invención de Amazon, escondida entre los libros, lo complace enseguida. Con la canción de fondo, desconocida para mí, sigue platicando de todo, migración, política, su salida de Cuba y su llegada a Honduras en 1973.
¿Por qué salió de Cuba?
Yo salgo de Cuba en 1960 con 20 años, cuando me doy cuenta que la revolución era mentira, tiro la toalla. Sigo siendo cubano, pero si me quedo en Cuba me hubiera costado la vida. Por eso, me fui a Puerto Rico a estudiar por medio de un amigo jesuita.
–¿Cómo se dio cuenta?
Es que yo estuve en la Sierra Maestra con los comandos rurales, una especie de cuerpo de paz nacional, yo era fidelista, estaba a cargo de 62 familias, pero cuando me entregan algunos manuscritos sobre la mitología de la revolución, vi que todo eso era mentira.
–No le entiendo…
¡Que no existía tal revolución, chico! (alza la voz y extiende los brazos), todo se movía por el pisto, ahí mismo decido hacerme contrarrevolucionario.
–¿Conoció a Fidel?
La última vez que yo vi a Fidel venía llegando de Venezuela con un rifle que le regalaron. Yo estaba alfabetizando a unos rebeldes. Fidel era un tipo imposible de olvidar.
–¿Le salió más cara la medicina, que la enfermedad a los cubanos, con la llegada de Fidel?
Ya te dije: nunca hubo medicina, hubo la promesa de una medicina, pero eso nunca funcionó, lo que hacía la guerrilla era comprar y vender a la gente, traficar con droga.
–¿Volvió a Cuba?
No volví, mi esposa quiere ir el próximo año, yo lo estoy pensando.

–¿Tiene miedo?
¡Soy humano, no jodás!, aunque tengo gente allá que me cuidaría.
–Son otros tiempos, a nadie matan por criticar a un muerto y menos en Honduras…
Perdón, estamos en un tiempo muy diferente y aquí hay problema de seguridad aunque me puedes preguntar lo que quieras que no te voy a mentir.
–¿Van a cambiar las cosas en Cuba?
Cuba está en una encrucijada, no tiene salida; o sea, no van a salir de ahí hasta que los gringos quieren o hasta que se mueran todos.
–¿Terminará el bloqueo?
Eso es mentira, en Cuba tú compras lo que quieras, si tienes pisto.
–¿Qué le gusta de Cuba?
Sigo siendo cubano y me quedo con la música, mi tío era pianista y mi abuela, no era puta, pero cantaba en los cabaret de La Habana.
–¿Le gusta el vino?
Sí, pero no soy alcohólico. Soy un sibarita, científico, realista, desilusionado, pero satisfecho de haberme quitado la mentira con la que vivía.
–¿Por qué renuncia a su vida cómoda en Nueva York?
No me quise vender al capitalismo, es un país tan aburrido con un montón de ideas que de tu casa no salen, aquí en Honduras tengo un laboratorio para inventar cualquier cosa.
–¿Cómo llega a Honduras?
Llego en 1973 porque un amigo jesuita de la universidad me dice que me invita a venir y le pongo como condición que si me gusta, me quedo. LLevo 50 años aquí, debería estar enterrado, pero Dios me ha dado salud y el cuidado de mi esposa hondureña.
–¿Cómo se define ideológicamente?
Soy lo que quieras, menos pendejo.
¿Cree en Marx?
Creo en la crítica que Marx le hace al capitalismo, pero no creo en lo que sus seguidores prometen, trabajan con la fe, la esperanza y la ilusión de la gente; lo que prometen no lo pueden hacer, porque es mentira.
–¿Y en los modelos de Venezuela, Nicaragua y ahora aquí en Honduras?
No son modelos, es un acto de fe y el que critica el sistema es un “pitiyanqui”, no hay modelos que funcionen, a mí no me pueden coger dos veces de pendejo, menos ahora que ya tengo 84 años.
–¿Tampoco el socialismo democrático?
Eso es masturbación, entretenimiento para los ignorantes. El punto es que para hacer lo que prometen tienen que tener tres o cuatro períodos y la gente solo vota para un período. Entonces, la pregunta es ¿qué coño me vas a dejar cuando te vayas el último día?

–¿Está en peligro la democracia en Honduras?
Honduras podrá tener un régimen subdesarrollado, pero todavía tiene cierto grado de democracia y la prueba es el trabajo que tú haces, pero este trabajo está por desaparecer si esta gente sigue en el poder, tienes que convertirte en un ideólogo de la Casa Presidencial, pero no analista, ni crítico.
–¿Cuál es el futuro de la diáspora hondureña?
Llevarse a sus hijos y más ahora con un millón de “ninies” (ni estudian ni trabajan), eso son los soñadores que se van.
–¿Se cumplirá la eterna promesa de darle papeles a los indocumentados?
Todo eso es mentira, aunque a este país no le conviene una diáspora permanente, le conviene que vayan a trabajar a Estados Unidos nueve meses y se regresen a Honduras con dinero y cosas de allá que hacen falta aquí. Muchos ya lo hacen, otros hasta son alcaldes y muy pronto tendremos diputados de la diáspora.
–¿Tiene trabajo?
Ahora mismo no tengo porque la sociedad civil aquí está estrangulada.
–¿Conserva nexos con el exilio cubano?
No tengo nada que ver con los cubanos exiliados, nada, me gusta trabajar con la gente que fue parte del sistema, me gusta trabajar con los ñángaras frustrados.
–¿Cómo mira esa denuncia de la senadora Salazar?
Es parte del juego político, pero lo que quieren evitar es que Libre gane las próximas elecciones y esa agenda encubierta de “Mel” que le den un golpe de Estado, porque si eso pasa, tendrías que mantenerlo otros 12 años, sale carísimo.
–¿Le impresionan esa avalancha de migrantes cruzando por Honduras?
Esa cantidad es mentira, pero es un número considerable y, además, les cobran un “peaje”, ese es el negocio. Estamos en un punto de saturación, las migraciones nunca van a parar porque el ser humano es migrante por naturaleza.
–¿Caerá el imperio de Estados Unidos?
Está en un dilema: que no invadan a Taiwán, la guerra entre Rusia y Ucrania y cuidándose que no lo jodan los chinos, y ahora los judíos, y el problema es que ya no tiene dinero para sostener todos estos frentes, pero no es el fin del imperio.
–¿Qué piensa de la guerra en Gaza?
Estoy de acuerdo con los judíos y tienen que sacar a todos los musulmanes de ahí porque están usando a los civiles de escudo, mira, los judíos son invasores, imperialistas, todo lo que tu quieras, pero ese terreno es de ellos.
–¿Cree en los extraterrestres?
Ya días están entre nosotros.

–¿Y en el Papa?
Es el primer Papa juesuita de la historia, no tienes idea de la iglesia que está haciendo, la discusión en el Vaticano en este momento son los tipos de matrimonio para el futuro.
–¿Qué piensa de Milei?
Ese es otro “Mel” Zelaya, pero conservador, con la misma mentira socialista, Melei necesita tres presidencias para hacer lo que dice que va a hacer.
¿Petro?
¡Se jodió! Ahora, con los judíos, se le fue la chaveta.
¿Bukele?
Realista, localista, pero su reelección es ilegal.
¿López Obrador?
Farsante.
¿Nasralla?
Es el personaje más inexplicable de la política hondureña, la gran incógnita de este país, jamás sera presidente, pero el presidente que sea, será con el beneplácito de él.
¿Volverá Trump?
No, ya le metieron a Johnson.
¿Y JOH?
Es más probable que lo maten en la cárcel, se dio un resbalón y se murió ¿Me entiendes?, los gringos lo jodieron.
ÉL ES…
Ricardo Alfredo Puerta nació en La Habana el 2 de agosto de 1939. Cursó su bachillerato en el Instituto Belén, un colegio jesuita donde iban los alumnos de clase media, incluyendo a Fidel Castro. Después, emigró a Puerto Rico, donde hizo estudios universitarios de sociología, economía y cooperativismo. Posteriormente, obtuvo un doctorado en Ciencias Políticas en Cornell University de Nueva York. Es ciudadano estadounidense, pero desde 1973 está radicado en Honduras laborado como consultor independiente en temas políticos, económicos y migratorios.