El espejismo de la invencibilidad: poder y paranoia en la política hondureña

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9 de noviembre de 2023
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12:15 am
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El espejismo de la invencibilidad: poder y paranoia en la política hondureña

Por: Oscar Estrada*

Consummatum est, decían los romanos, “está hecho”. Legal o no, ético o no, el partido Libre logró saltar la cerca de los 86 votos y elegir un Fiscal General, según sus necesidades. No debería de asustarnos, así ha funcionado la política hondureña desde que tenemos memoria, con tropiezos y zancadillas. No importa que el Fiscal tenga problemas de legalidad, que no sea aceptado por la mayoría del pleno del Congreso o que la comunidad internacional cuestione los métodos, en el camino se acomodan las maletas y el tiempo le permitirá asentarse.

La junta directiva (ilegal) cuenta ahora con tres meses antes de la próxima crisis, fecha cuando deberán ser ratificados en el cargo, luego de su propio proceso de elección repleto de cuestionamientos; tiempo suficiente para forzar una negociación para que nada pase y puedan funcionar los próximos dos años y garantizar el triunfo del oficialismo en las próximas elecciones.

Libre debe estarle agradecido a Juan Orlando Hernández, todas las avenidas creadas por la “narcodictadura” para consolidarse en el poder y permanecer 12 años, son ahora usadas en favor de la “refundación” (incluyendo los votos rurales).

Libre tiene la sartén por el mango. Pero antes de enfrentar sus propias contradicciones internas, debe profundizar la de sus adversarios más peligrosos. El BOC en primer lugar. En Libre saben que la posibilidad de una candidatura unida de la oposición solo se dará si el Partido Nacional presta su estructura y abandona la posibilidad de tener un candidato propio. Ahora, con el control absoluto del MP, cuentan con una inmejorable plataforma para la negociación. Pueden acercarse a cada posible candidato del nacionalismo y ofrecerle una limpieza de sus antecedentes en casos de corrupción. A cambio, cada uno de esos candidatos, deberá entregar a algunos líderes del nacionalismo. No hay almuerzo gratis. El probable candidato aceptará: un expediente libre de casos de corrupción es un aliciente imposible de rechazar. Entregará un listado de cabeza que ofrecerá en bandeja de plata, para que sean despedazados por los buitres. De esa forma se piensa librar de los contrincantes y proteger a la gente que le acompañará en la campaña. El problema es que la misma oferta se le hará a cada uno de los líderes del nacionalismo. Todos -a menos que realmente se encuentren libres de culpa- deberán decidir entre la traición a sus correligionarios o la cárcel en un presidio común.

El PN no deja espacio para los ingenuos. Esos, piensan, están todos en el PSH. Aquellos que creen en la firma de un acuerdo, en la buena voluntad de una alianza, que los líderes los van a cuidar y no los dejarán solos cuando la cosa se ponga color de hormiga. En el PN prima el sálvese quien pueda. Si algo demostró Nueva York, es que cuando aprietan las roscas todos cantan. Los que nos leen desde Nicaragua nos han demostrado que, para un nacionalista, la lealtad a su partido tiene límites claramente definidos. Viene pues, la guerra civil del cachurequismo y Libre disfrutará en primera fila de tan esperado espectáculo.

En el Partido Liberal la cosa no es muy distinta. Aunque menos urgidos que los nacionalistas, el poder es, al final, un cadáver exquisito, tienen también sus propios esqueletos en el closet. Pero allí solo buscan cuotas, no tienen espacio para pedir más. El matrimonio que ya existe se consolidará, los que están afuera de la mesa seguirán afuera y su función seguirá siendo la que ha sido: retrasar, dividir, minar cualquier opción real de la oposición. Si juegan ese rol, todos estarán felices.

Menos Salvador, claro. Para ese y los suyos: nada. Por crédulos. Les han creído a todos y todos les han mentido. Y por eso están solos. Como Sísifo, cada mañana levantan la enorme piedra de la anticorrupción por la pendiente de la democracia, cada noche la piedra cae al vacío.

Pero ojo, hay una advertencia en todo esto. Cuando las brujas dijeron a Macbeth que sería invencible, usaron un juego de palabras que el infame rey creyó certeras, le aseguraron que nadie nacido de mujer podría hacerle daño, que no sería vencido hasta que el bosque de Birnam se moviera. Nunca comprendió que en su paranoia estaba la condena. Porque quien asume el poder con mentiras debe defenderlo con sangre. Todos son una amenaza para él, no tiene amigos sino adversarios, no puede confiar en nadie y por más que se lave las manos, las manchas estarán siempre allí, imborrables.

*Óscar Estrada (San Pedro Sula, 1974) es escritor, guionista y periodista hondureño. Autor del libro Tierra de narcos, como las mafi as se apropiaron de Honduras publicado por Grijalbo en 2022.

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