Déjame que te cuente…
Por: José María Leiva Leiva
El pasado 13 de agosto del año en curso se cumplieron orgullosamente 40 años de formar parte del staff de colaboradores de Diario “LA TRIBUNA”, donde originalmente se me abrió un espacio como comentarista de cine, gracias al decidido apoyo de dos buenos y recordados amigos: Juan Sierra Fonseca y don Conrado Henríquez, quienes ya gozan de la paz del Señor. Se trataba de una sección titulada “Cine Semanal”, publicada los sábados. Y lo hacía con muchísima ilusión, tanto o más como ahora, al compartir con los demás mis impresiones sobre este maravilloso y encantador arte de las imágenes en movimiento.
Desde luego, ver y hablar de cine, es una de mis pasiones favoritas. Y como lo he dicho en reiteradas ocasiones, el espectáculo cinematográfico me divierte, me entretiene, y lo más importante, me enseña… me educa. Aprendo sobre diferentes culturas, y me transporta desde la comodidad del santuario de mi hogar a conocer infinidad de lugares del mundo. ¡Es una maravilla, ciertamente lo que hacen las películas! Por eso lo amo tanto, pues ha contribuido a mi formación humana, a mi desarrollo integral personal.
Al punto de escribir una tesis doctoral, defendida en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, el 23 de septiembre de 1987, referida a los “Derechos de Autor y Propiedad Intelectual en la Obra Cinematográfica”, la cual consta de 829 páginas divididas en II tomos. Tesis que se tradujo en mi segundo trabajo literario con el título “Estudio Jurídico de la Obra Cinematográfica”, publicada en los talleres de la Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, en el mes de junio de 2006, gracias al apoyo de su director, el poeta y amigo don Segisfredo Infante, respaldo que al igual me concediera en octubre de 2009 con la publicación de mi quinto libro, “El Cine Espectáculo Universal”.
En agosto de 2021, enero de 2022 y noviembre de ese mismo 2022, en los talleres de la Editorial Gráficos Tegucigalpa, del buen amigo Harold Zelaya, se publican los textos “El Cine de mis afectos Vol. I”, “El Cine de mis afectos Vol. II”, y “Antología de las imágenes en movimiento”, respectivamente. La génesis de estos libros descansa precisamente en la publicación de los artículos de cine que religiosamente iban publicándose en Diario “LA TRIBUNA”.
Publicación que consistía en tres columnas, sin fotos que apoyaran las referencias cinematográficas. Luego, se me concedió el espacio de una página completa -y a veces dos, por tratarse de algún reportaje especial-, acompañado de hasta 8 imágenes fotográficas, primero en blanco y negro y posteriormente a todo color. Fotos que en un comienzo se obtenían del material existente en las oficinas de las compañías distribuidoras de las películas que se estrenaban en la capital, y más tarde de las revistas que procedían de diversas partes del mundo, llegando a totalizar unos 960 ejemplares. Hasta llegar hoy en día a su publicación digital, bajo la tutela de Olman Manzano.
Con el paso de los años, don Adán Elvir, nuestro director ejecutivo, me confió un espacio de opinión que se publicó los días miércoles, el cual me sirvió para abordar temas de política y acontecimientos nacionales e internacionales, y sobre todo, principios y valores humanos, en la confianza de estar a tono con la filosofía de los creadores del diario, acerca de “impulsar la participación de todos los sectores, con miras a lograr ese equilibrio característico de un periodismo imparcial, comprometido únicamente con Honduras”.
Finalmente destacar, que esta escuela o laboratorio periodístico hizo posible la publicación de los siguientes 4 libros: “Derecho y Relaciones Internacionales Contemporáneas” (noviembre de 2004); “Honduras: Cultura y Valores” (febrero de 2007); “Pensamiento Político y Realidad Nacional” (septiembre de 2008), y “Filosofía y Realismo Político” (abril de 2011), todos publicados en los talleres de la Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, cuyo director Segisfredo Infante, como ya lo expresara líneas arriba, siempre me brindó su confianza y apoyo, por ello mis permanentes muestras de gratitud y reconocimiento, extensivas desde luego, a don Adán Elvir por el conjunto de estos maravillosos 40 años de colaboración como columnista.