PREVENCIÓN Y SEGURIDAD: Extorsión, robo y hurto; imparables

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13 de noviembre de 2023
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12:01 am
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PREVENCIÓN Y SEGURIDAD: Extorsión, robo y hurto; imparables

La necesidad de neutralizar la infodemia

Por: José Antonio Pereira Ortega (Coronel ®)

Emprender acciones de mejora en términos de seguridad, en cualquier ámbito, va más allá del entusiasmo y la buena disposición, debe comprender, atender y buscarle soluciones a las necesidades y expectativas, levantadas alrededor de los problemas, que las situaciones inseguras estimulan en el sentir y pensar de todos los ciudadanos, sean o no afectados en su persona, o en la persona de sus dependientes y parientes.

De ahí que; el abordar adecuadamente las condiciones inseguras generadas por la ausencia de una seguridad integral, en cualquier ambiente y sociedad en un país, es impensable no considerar el referirse a los órganos de seguridad del Estado, debiendo tomar en cuenta, su ineludible responsabilidad en la difícil tarea de proteger y servir, una tarea constante que obliga a los funcionarios a empeñarse en un horario extendido, el cual impone a los servidores tareas permanentes en el describir, preparar, analizar y actualizar los planes y las acciones a poner en práctica para contrarrestar las causas varias de este fenómeno; que infringe tanto daño físico y emocional a la población.

De inicio, es importante explicar que no se puede desestimar los esfuerzos desarrollados por los operadores de justicia y en particular de los órganos de seguridad del Estado en su conjunto, pero que, por diversas razones, no logran frenar el avance de la condición insegura que no solo percibe el pueblo, sino que además lo sufre en carne propia y demuestra su inconformidad con las ideas expuestas, que se están reduciendo las circunstancias que generan inseguridad.

A nuestro entender, y sin pretender ser críticos punzantes, si es necesario en cualquier caso levantar la voz y transmitir inquietudes de manera constructiva, con la finalidad de poder edificar una alianza entre gobierno, sociedad civil, demás autoridades a nivel del Estado y de las autoridades municipales, constituyendo equipos de apoyo y colaboración con las autoridades en seguridad; y así de manera conjunta buscar soluciones efectivas contra la inseguridad, lo cual es urgente si ponderamos el reclamo silente de la población y la empresa privada, considerados los dos sectores más afectados por la criminalidad.

Por ende y sin ser especialistas, debe determinarse que en este inveterado problema, se reconoce la necesidad particular de poder desarrollar un escudo de contención efectiva, para enfrentar los criminales; que tienen de rehenes a los habitantes en el territorio nacional, que resienten el no poder circular sin miedos cuando se trasladan a sus trabajos o a sus casas, y en su domicilio, por el temor a los delincuentes.

Tal y como se percibe; hay un creciente clamor en todos los sectores por vivir seguros, lo cual es imposible en los actuales momentos, las personas reclaman poder circular seguros, evitar ser objeto de asalto, robo y extorsión, mencionados como los delitos más comunes y en el caso de las féminas se agrava la situación, cuando estos delitos son seguidos de violación y otras formas de violencia sexual y otras formas de intimidación física.

La principal cuestión en este planteamiento, es denotar que aun y cuando se perciben los esfuerzos y las buenas intenciones de los responsables de la obligación de cumplir un deber constitucional, claramente expresado en el preámbulo de la Constitución de la República “Propiciar condiciones para la plena realización del hombre como persona humana, dentro de la justicia, la libertad, la seguridad…”, y muy claro en el artículo 59 “La persona humana es el fin supremo de la sociedad y del Estado…”, que por el momento no se cumple, más bien han quedado a deber, cosa que no se justifica, si se toma en cuenta el fuerte apoyo y los recursos invertidos en la seguridad, liderados por un cuantioso esfuerzo del sector privado y de la población con el impuesto de la tasa de seguridad.

Independiente de todo lo que se ha dicho en esta columna de opinión, y como se pregona en la media nacional e internacional, señalando que los esfuerzos y los presupuestos invertidos no dan la solución esperada, aún persiste el señalamiento de tener un país inseguro y violento, destacado incluso por funcionarios de la misma Secretaría de Seguridad, aclarando que en nuestro caso, los señalamientos se hacen sin contaminación política o de cualquier tipo, solo nos anima la intención de cooperar para alcanzar mejores estadios en seguridad y proveer a las personas la seguridad integral y dignificar a la persona humana.

Por supuesto y hay que decirlo, no solo es culpa del gobierno, también tienen cuotas de responsabilidad, los demás sectores como el Poder Legislativo y el Poder Judicial y más aún, somos culpables los ciudadanos, que por acción u omisión en particular de los mismos hondureños que no cooperamos, y por si fuera poco nos volvemos cómplices por acción u omisión al permitir y no denunciar los grupos delictivos que nacen, actúan y se desarrollan en nuestros vecindarios.

Por lo anterior se recomienda a las autoridades ser más exhaustivos y buscar conseguir el apoyo de la población mediante el contacto diario, ese recurso del actuar de los policías y soldados patrullando en vehículos es improductivo, deben bajarse y hablar con los pobladores constantemente, así conocerán quien es bueno y quien no, así se consigue información y se crea confianza.

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