Palestina, el milagro de resistir

MA
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14 de noviembre de 2023
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12:14 am
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Palestina, el milagro de resistir

Soad R.A. Rumman

Ante un mar de opiniones distorsionadas acogiendo y tergiversando textos sagrados, es necesario aclarar varios puntos sobre la verdad detrás de la fundación del Estado de Israel, comenzando por definir lo que es el sionismo, movimiento e ideología política que nace a finales del siglo XIX, persiguiendo el ideal de constituir un hogar nacional exclusivamente para judíos y para conseguirlo estudiaron varias opciones, entre ellas la Patagonia en Argentina, Uganda y por la que se decidieron al final fue por Palestina, lastimosamente para sus nativos.

Con los fines ya establecidos, los seguidores del sionismo comenzaron a mover fichas en Europa para conseguir el apoyo necesario en busca de darle forma a su proyecto hasta que consiguieron la Declaración Balfour en 1917, donde el ministro de Relaciones Exteriores Británico de dicho apellido les extiende un documento donde le promete a los sionistas darles un Hogar Nacional Judío en “Palestina”, ese documento fue tanto inmoral como ilegal ya que Reino Unido no tenía el derecho de prometer un hogar en un territorio que no le pertenecía y mucho menos con una población autóctona a la que no se le consultó sobre el tema. Cabe mencionar que en Palestina ya convivían en armonía musulmanes, cristianos y judíos por siglos.

Al finalizar la Primera Guerra Mundial, Palestina pasó a estar bajo el mandato británico, quienes facilitaron la migración de judíos hacia la región. La mayor oleada de migrantes judíos europeos comenzó a raíz de lo sucedido en la Segunda Guerra Mundial, donde los judíos eran perseguidos y masacrados por los nazis en Europa. Como resultado, Palestina tuvo que pagar los platos rotos de lo sucedido en ese continente, ya que la ONU, en la resolución 181, recomendó partir Palestina con la finalidad que se crearan dos estados entregándole el 56.47%% a los judíos (cuya población era de aproximadamente el 30%) y el 43.53% a los árabes palestinos, cometiéndose nuevamente el error de decidir sobre un territorio que no les pertenecía y sin escuchar a la población autóctona de Palestina que eran mayoría. Por obvias razones los palestinos no estuvieron de acuerdo en que se le entregara más de la mitad de su territorio a migrantes extranjeros, al igual que reaccionaría cualquier nación ante la posibilidad de que agentes externos decidan partir su país a la mitad y entregársela a personas que no son originarias de su tierra.

Desde su creación, el Estado de Israel ha ocupado ilegalmente territorios que no le corresponden, ha colonizado a Palestina con la diferencia de que, en este proceso de colonización, no se ha mezclado la sociedad de la potencia ocupante con la colonizada, contrario a otros pueblos que han pasado por ello, lo que ha ejecutado Israel en Palestina es una limpieza étnica, buscando expulsar o erradicar a la población nativa de su territorio ancestral. Racismo, discriminación, apartheid, hostigamiento, arrestos injustificados, desposesión, humillación, robos, asesinatos, colonias ilegales, violación de derechos fundamentales, nada de lo que ha perpetrado continuamente la ocupación israelí irrespetando un sinfín de condenas y resoluciones internacionales con las que ha intentado no solo eliminar a los palestinos sino también su historia, su cultura, su identidad, su todo.

Palestina para poder vivir ha tenido que resistir, tal vez hemos presenciado un milagro sin darnos cuenta porque si de milagros se trata, se tiene que hablar de cómo, a pesar de vivir más de 75 años bajo ocupación y constantes intentos de erradicarnos a vista y paciencia de la comunidad internacional, se ha fortalecido la identidad nacional palestina no solo dentro de los territorios palestinos, sino también en la diáspora palestina en el mundo. No han logrado arrebatar el amor a todo lo que significa ser palestino, las tradiciones, la música, el bordado tradicional, la danza folklórica, la exquisita gastronomía que ha traspasado todas las fronteras, los olivos, el olor del pan y el zaatar, las inigualables celebraciones de matrimonios, la poesía, el arte, la taza de té o café que nunca falta, la unión familiar y la inigualable calidez humana que se transmite en cada hogar y que queda en el corazón de todos los que han visitado alguna vez nuestra tierra. La fuerza para mantenerse en pie y no olvidarse a sí mismo ante tanta crueldad impuesta por una potencia asesina en tres cuartos de siglo, es verdaderamente inexplicable, no puede venir más que de algo superior.

Los cristianos palestinos (incluida mi persona) nos sentimos indignados de escuchar la manipulación de textos bíblicos de manera maliciosa tanto para confundir el pueblo de Israel de la Biblia con el Estado de Israel creado en 1948, como para justificar todas atrocidades y violaciones que cometen contra la población palestina. Alegan que es un conflicto religioso, cuando es un problema de colonización, incluso hay muchos judíos en el mundo que están en contra de Israel y sostienen que ese Estado no los representa. Se les olvida que Dios no es racista ni prefiere a unos sobre otros, muchos cristianos han dejado de lado las enseñanzas de Jesús, ¿dónde ha quedado el amor al prójimo? Pero sobre todo ¿dónde ha quedado su humanidad? Un día el mundo entero se dará cuenta que muchos estuvieron amando al opresor y odiando al oprimido y la historia les juzgará por haber aplaudido un genocidio. Y en el juicio final preguntará el Creador: “¿Qué hiciste con tu hermano?”.

Diplomática palestina
Embajada de palestina en el salvador

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