BARLOVENTO: Eclecticismo de José del Valle

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16 de noviembre de 2023
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12:03 am
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BARLOVENTO: Eclecticismo de José del Valle

Por: Segisfredo Infante

Hay una especie de consenso intelectual y político, de adentro y de lejanas tierras, que José Cecilio del Valle era el hombre más capacitado para dirigir los destinos de la primera República Federal de América Central, de cuya fundación fue su principal artífice, al grado que en la primera constitución regional (1824) aparece su firma como representante directo del Poder Ejecutivo. O del triunvirato. Y aunque ganó limpiamente las elecciones presidenciales del año siguiente (1825), le fueron usurpadas por el clan conservador de Mariano de Aycinena y por el supuesto liberal salvadoreño José Manuel de Arce y Fagoaga. En fechas futuras ambos personajes se convirtieron en adversarios acérrimos de Francisco Morazán, quien era una especie de discípulo de Dionisio de Herrera y del mismo José del Valle. Morazán era el primero en recibir y leer el periódico “El Amigo de la Patria” que llegaba a Comayagua, según Louis E. Bumgartner.

Aunque Valle, a partir de los doce años de edad en que aprendió a leer y escribir fue un lector apasionado, su influencia de juventud fue la del fraile universitario ilustrado José de Liendo y Goicochea, quien trajo de España seis cajas repletas de libros. El mismo Valle confiesa que el economista que lo influyó grandemente en su juventud fue el escritor español enciclopedista Gaspar Melchor de Jovellanos, quien había publicado un “Informe sobre Ley Agraria” (1787) y otros informes. Del Valle subraya textualmente lo que sigue: “Yo conservaré siempre la memoria de este ilustre español. Él fue el primero que decidió mis inclinaciones al estudio importante de la economía política”. (“Memoria sobre el abasto de la carne”). Desde aquel instante a Valle le fue imposible abandonar sus estudios autodidácticos de economía civil y de otras disciplinas. Por su mesa de lector pasaron escritores de renombre, entre otros, Fracois Quesnay, Antonio Bandini, Adam Smith, Barón de Montesquieu, Jean-Baptiste Say, Jeremy Bentham, Antonio Genovesi, Nicolás de Condorcet, Thomas Malthus, Gañil, Necker, Racine, Voltaire, Conde de Pecchio, John Locke, Juan Jacobo Rousseau, D’Alambert, Charles de Sismondi, Benjamin Franklin, Saint-Simon, Alexader von Humboldt, Álvaro Florez Estrada y otros.

Habida cuenta que muchos próceres independentistas e ilustrados de América Latina eran muy ricos y que casi todos habían desempeñado puestos secundarios en el servicio de la Corona española, José Cecilio del Valle participó en las elecciones, antes de la Independencia, para alcalde de la ciudad de Guatemala. Al asumir el puesto de alcalde lo primero que percibió es que las arcas del ayuntamiento estaban vacías, y que en función de su sensibilidad se vio en la circunstancia de financiar de su propio bolsillo la instrucción pública escolar de los niños y jóvenes de aquel vecindario.

Al fungir como principal miembro del Ejecutivo en el proceso de formación de la República Federal (1823-1825), igualmente se enteró que era poco menos que imposible pagarles sus sueldos a los soldados federales, a los instructores de educación pública y a los mismos funcionarios y operarios del gobierno. El tesoro estaba ausente. Y entonces José del Valle tuvo que ingeniárselas con el fin de adquirir fondos para la República de América Central, recién organizada. Por su inclinación intelectual librecambista tendría que haber adoptado acciones predominantemente “liberales” y “utilitarias” derivadas del pensamiento comercial de Adam Smith y de su amigo personal Jeremy Bentham, quien le enviaba fuertes colecciones de libros desde Londres. Las circunstancias concretas, en cambio, lo condujeron por el camino de los fisiócratas franceses y del agrarista Gaspar de Jovellanos, esto es, centrándose en la renta de la producción agrícola y ganadera que era lo predominante y lo concreto en estas remotas provincias recién articuladas bajo la forma estatal republicana. Del Valle fue más lejos, porque a pesar de su ideología librecambista adoptó medidas proteccionistas en relación con el manejo de los “estancos de tabaco” incluyendo el de Santa Rosa de los Llanos (hoy Santa Rosa de Copán). Encima de ello estaba interesado en observar el comercio y la venta de carne de res en Honduras y El Salvador. Con tales medidas fisiocráticas y proteccionistas, José del Valle evidenció con sabiduría, y muy a pesar suyo, un enorme sentido creativo respecto de la cruda realidad centroamericana, con una República que había nacido con grandes falencias financieras y productivas de base.

En este punto queda claro el eclecticismo teórico y práctico de José del Valle al momento de resolver con agilidad los problemas apremiantes de la República. Nunca dejó de ser un soñador, al grado que anhelaba convertir a los indios en filósofos y colocar a Centro América en el mismo nivel de desarrollo de Europa. Mas nunca perdió el sentido de la realidad. Por otro lado se me antoja hipotetizar que José del Valle fue el único intelectual centroamericano que en aquella época leyó al socialista Saint-Simon.

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