¡Mi filosofía y mis ilusiones mentales!
Por: Lic. Gustavo Adolfo Milla Bermúdez
La filosofía nace en las ilusiones de la mente, se basa en la búsqueda individual de cada ser humano y por medio de las religiones y la política existe la explotación económica. Puede hablar de amor y hermandad los domingos, pero los lunes explotan a los demás en sus diversas ocupaciones. La religión, la moralidad, la política, actúan tan solo como un pretexto para la hipocresía. Una moralidad así, desde mi punto de vista, es inmoral. La económica es la causa de lo cual surge una moralidad adaptada, han creado en todo el mundo religiones que les prometen la inmortalidad mediante pesadas y peculiares disciplinas y moralidades. Mientras esta cerrada moralidad exista, tiene que haber guerras y explotación, no puede haber verdadero amor humano. Esta moralidad, esta disciplina tienen su base real en el egoísmo y en la cruel búsqueda de la seguridad individual. Cuando la mente se libera de este centro de conciencia limitada y se basa en su propia sutilidad, entonces adviene el exquisito y delicado ajuste a la vida, el cual no requiere reglas y regulaciones, sino que es en extremo inteligente y se expresa a sí mismo en la acción integrada del verdadero discernimiento.
Hay algo en sí que a mí no me preocupa lo que pasa después de la muerte, pero tengo miedo de morir. ¿Debo combatir este miedo? ¿Creo que puedo superarlo? Ya que la muerte para mí no es una tragedia, sino el último acto de la vida del hombre viviendo en el presente. La ETERNIDAD no se encuentra en el futuro, está siempre en el presente. No hay remedio alguno ni sustitución para el miedo, excepto la comprensión de la causa misma del miedo. La mente se limita a todo el tiempo por los recuerdos del pasado, y estos recuerdos impiden la plenitud de la acción en el presente, lo cual crea el miedo a la muerte.
Vivir en el presente no es una proeza intelectual. Requiere comprender la acción y liberar a la mente de sus ilusiones. La mente tiene el poder de crear ilusiones, y con eso estamos ocupados la mayor parte del tiempo -creando ilusiones como medios de escape, cosas que no queremos comprender. La mente crea las ilusiones como medio de escape, y estas ilusiones, con poder, impiden la plenitud de la acción y la comprensión total del presente. Asi, las viejas ilusiones están creando nuevos y mayores obstáculos, futuras limitaciones. Por eso comenzamos a pensar -en términos de tiempo, considerándolo un instrumento de comprensión, de crecimiento interno. La comprensión esta siempre en el presente, no en el futuro. Y la mente rehúsa discernir en lo inmediato porque esto implica rebelarse contra todo lo que ha construido en la búsqueda de su propia seguridad.
Si la sabiduría pudiera adquirirse por medio de una sociedad o secta religiosa, seríamos todos sabios, porque las religiones han estado con nosotros por miles de años. Pero la sabiduría no está obstruida por sus propios deseos autoprotectores, sus reacciones e ilusiones. Ninguna no es para adquirirse de esa manera. La sabiduría es la comprensión del continuo fluir de la vida o realidad, la cual puede discernirse solo cuando la mente es vulnerable, o sea, cuando la mente se libera, ningún sacerdote puede darnos jamás sabiduría. Solo a través de nuestro propio sufrimiento -del cual tratamos de escapar ingresando en grupos religiosos y sumergiéndonos en teorías filosóficas-, solo cuando estamos atentos a la causa del sufrimiento y nos liberamos de ella, la sabiduría nace suave y naturalmente.
La perfección no es un fin, un punto fijo, absoluto, sino un continuo devenir. Se dice que el fin justifica el medio, pero los medios no son distintos del fin de lo que se busca. Solo hay un método hacia esa verdad o ese medio que nos rodea toda clase de sentimientos como torbellino de amor en el ocaso de lo ignoto, en el más allá de los sueños sublimes. La perfección es la acción, el fluir continuo de la realidad, no un objetivo absoluto hacia al cual vamos progresando a innumerables experiencias, recuerdos, pasiones, amor y sufrimientos. Para comprender este fluir de la vida, la mente debe estar continuamente libre de finalidades y certidumbres.
¿Qué es la vida, dónde nace, dónde muere?
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