Voto de castigo por el hartazgo de los pueblos

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21 de noviembre de 2023
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12:01 am
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Voto de castigo por el hartazgo de los pueblos

Por: Carlos Medrano (Periodista)

Cada vez más los pueblos, cansados de malos gobernantes y hastiados de la corrupción y de los abusos de poder, utilizan una herramienta popular cada 4 ó 5 años (según el país en donde esté), que es el voto de castigo o sea votar en contra del candidato apoyado por el partido que está en el ejercicio del poder.

Cuando los gobiernos y clase política que llega al poder se embriagan de poder, no cumplen sus promesas de campaña, cuando roban sin piedad, cuando los gobernantes consideran a la administración pública como su botín, cuando hacen lo que antes criticaban, los pueblos ahora cada vez más empobrecidos se revelan y castigan con el voto democrático al oficialismo.

El voto de castigo en América Latina esta cada vez más vivo y pujante, ya que los pueblos están hartos de sus gobiernos y sus abusos, niegan el voto al oficialismo, castigan su pésima gestión y votan no a favor de determinado candidato sino en contra del aspirante que apoya el gobierno, tal es el caso reciente de las elecciones en Argentina.

Pero antes ocurrió en México, luego que una dictadura partidista del PRI que cansó al pueblo mexicano hasta que rechazó en las urnas una corrupción incontrolable, lo mismo sucedió en Chile cuando su pueblo se fastidió de la extrema derecha y hoy rechaza al gobernante Boric y sus propuestas de constituyente.

En Colombia la misma historia, gobiernos que deterioraron el nivel de vida del pueblo colombiano le dan el triunfo al presidente Petro quien ya cuenta con el fastidio de una buena parte de la población que no ve respuesta a la pobreza y a la corrupción gubernamental.

En Guatemala el pueblo desafió al sistema dándole la victoria a la centroizquierda “Movimiento Semilla” de Bernardo Arévalo, quien confrontó el poder, atrajo el impulso del voto nulo generando una ola de esperanza en contra del statu quo.

A todo este fenómeno político se suman países como Brasil que revivió a Lula Da Silva, Bolivia y Perú, entre otros.

El voto de castigo es real y está “vivito y coleando”, está castigando al oficialismo y reconfigurando la política electoral en América Latina pues la realidad es otra, como lo demostró Milei en Argentina, haciendo una oposición radical y violenta en contra de quienes han dilapidado los recursos del Estado.

Según el Latinobarómetro el 70% de los latinoamericanos están insatisfechos con la democracia y el 73% cree que se gobierna solo para el beneficio de unos pocos, lo que evidencia un grave descontento con la clase política gobernante que recibe inapelablemente el voto castigo, un voto que juzga y condena la gestión que acaba.

Honduras no es ajeno a este fenómeno político… lo vimos recientemente con la victoria de la Presidente Xiomara Castro quien fue beneficiada considerablemente por el voto de condena en contra de los gobiernos nacionalistas y su líder Juan Orlando Hernández quienes hicieron desastres en el ejercicio de la Presidencia de la República.

Hoy, considero, no se trata de gobiernos de izquierda y derecha, se trata de que los pueblos tienen hambre, sed de justicia, necesidad de mayores oportunidades de empleo, mensajes que generen esperanza y no división, de modo que las cartas están echadas y “más claro no canta un gallo”.

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