¿EN DESUSO?

ZV
/
23 de noviembre de 2023
/
12:59 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
¿EN DESUSO?

LA reacción del colectivo a este cierre –Argentina tuvo que escoger entre el infierno y el manicomio– fue tomarlo con buen humor, y estas son sus contribuciones: -“¿Qué hace un loco golpeando un reloj?”. “Está matando el tiempo”. (El siguiente fue incluido en un editorial anterior). “Un prójimo se muere y se va al infierno; ve que allá hay un infierno para cada país entonces va al infierno del país de donde es originario y pregunta: -¿Qué te hacen aquí?, a lo que le contestan: -Aquí primero te sientan en una silla eléctrica, después te acuestan en una cama de clavos y el resto del día viene el diablo y te da de latigazos. -Entonces, va a los demás infiernos y pregunta lo mismo y le responden que allí sucede igual. Ve que en el infierno hondureño hay una larga cola de gente queriendo entrar y extrañado, pregunta: -¿Que te hacen aquí?, y le contestan que lo mismo que en los otros infiernos. -Pero ¿por qué –vuelve a indagar– aquí hay tanta gente queriendo entrar? -y uno en la cola le contesta: “Es que aquí nunca hay luz, los clavos se los robaron, y el diablo solo viene, firma y se va”.

-Un borracho se sube a un autobús y se topa con un predicador advirtiendo a los pecadores: “Por esa ruta estás yendo derecho al infierno”. -“Gracias por el aviso –responde el borracho– y mientras se baja del vehículo murmura: me volví a equivocar de bus”. -“Va un loco por la calle caminando muy aprisa, como alma que se lo lleva el diablo, y se encuentra con otro loco y este le pregunta: ¿Para dónde vas? -No lo sé –le responde– pero apúrate porque vamos a llegar tarde”. -“Un curioso le pregunta a una de las enfermeras del hospital: -Enfermera dígame, ¿cómo está el enfermo de la habitación 306? -Pues mal. Ahora se cree jardinero y se la pasa hablando de plantas, de flores y rosas… -¿Delirios? -No, ¡de rosas y otras flores!”. – “En el manicomio, un loco gritaba: -¡Yo soy el enviado de Dios! Se le acerca otro loco y le dice: -No, ¡yo soy el enviado de Dios! Y así, los dos locos discuten. Entonces, se acerca un tercer loco, y les pregunta: -¿Qué pasa aquí? Y el primer loco dice: -¡Yo soy el enviado de Dios! Y el segundo dice: -No, ¡yo soy el enviado de Dios! Entonces, el tercer loco dice: -Un momento… ¡Yo no he enviado a nadie!”. -“Preocupada la señora le dice al psiquiatra: -Doctor, ayúdeme. ¡Es que mi marido se cree manguera! ¿Qué hago? -No se preocupe, no le va a afectar mucho pues ya se le pasará. -Lo sé doctor, ¡pero es que ya me cansé de prestárselo a las vecinas!”. -“El paciente muy afectado le pregunta al psiquiatra: -¿Qué tengo doctor? -Síndrome de doble personalidad -¿Y yo?”. (Hasta aquí de guasa). “Excelente análisis –mensaje de un viejo dirigente político– en el editorial de hoy”. “El debate a esa altura era irrelevante, por eso se mantuvo quieto Milei”. “Ya se sabía ganador”. P.D. “¡Mejor loco que asado!”.

Una joven dirigente: “2 veces he leído los editoriales de ayer y hoy, para trasladarlos a nuestro país”. “Y mi partido es el moderado, el del centro; pero ¿por qué a los jóvenes no les gusta esa moderación? Ellos lo definen como “tibio” no hay oportunidad de ser oposición constructiva; les gusta los extremos”. “Reto enorme el que tenemos”. (Ajá –entra el Sisimite–¿qué pasa con la moderación? -Lo que te dije ayer –responde Winston–las plataformas tecnológicas cambiaron la vida de las sociedades. El enganche de sus clientes –que les produce ganancias multimillonarias– es hurgando el cenagal de los más bajos instintos, instigando el pleito, el conflicto, el odio, los ataques. Y como hoy día el que no era nadie, quien nunca tuvo valor, ni va a tenerlo, cree que es alguien –se siente empoderado con la metralleta que le han dado, mentándole la madre a otros, a diestra y siniestra, por las redes sociales– ese es el mundo de la socialización y por supuesto de la política. El daño que se hace — mintiendo, insultando, y entre más sea la grosería, la vulgaridad, la procacidad de las palabras, mucho mejor– es alarmante, pero, esa es la naturaleza entumecida del ser humano que la tecnología y esos chunches digitales han despertado; el placer de herir y de causar angustia. La moderación, la verdad, la seriedad, el equilibrio, la sensatez, la inteligencia, son virtudes que cayeron en desuso. -Ve a propósito de la otra pasión –cambia de tema el Sisimite– aquí va otro: Llegan los demonios al cielo para disputar un partido de fútbol contra los ángeles. -Van a perder, porque tenemos a los mejores jugadores, dicen los ángeles. -Sí, pero nosotros tenemos a todos los árbitros, responden los demonios”).

Más de Editorial
Lo Más Visto