Esperanza en familias por regreso de rehenes

ZV
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25 de noviembre de 2023
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07:16 pm
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Esperanza en familias por regreso de rehenes

Tel Aviv, Israel (AFP). Un niño de nueve años camina por el pasillo de un hospital y comienza a correr cuando ve a su hermano mayor y a su padre. Tras siete semanas de sufrimiento, una familia israelí está reunida de nuevo.

La escena tiene lugar el viernes por la noche, pocas horas después de la liberación, por el movimiento islamista palestino Hamás, de los primeros trece rehenes israelíes.

Ohad, con su camiseta gris y gafas rojas, corre con mirada confiada y los brazos tendidos hacia el abrazo reconfortante de su padre.

Las autoridades limitaron considerablemente a los medios de comunicación el acceso a las familias.

Los psiquiatras alertaron sobre el trauma vivido, en particular por los niños, y sobre el tiempo que les llevará reanudar su vida.

Pero el Foro de las Familias, organización montada el 7 de octubre, ofrece declaraciones con cuentagotas.

“Es muy importante para mí decir que no estamos de fiesta”, explica Roy Munder, hermano mayor de Ohad, vestido con una camiseta negra con la frase “Que regresen a casa ahora” en rojo.

“Estamos felices, pero no en fiesta porque aún hay otros rehenes detenidos”, insiste con gravedad.

“Debemos continuar nuestra lucha hasta que todos los rehenes sean liberados”, añade.

El acuerdo entre Hamás e Israel, condicionado al respeto de una tregua iniciada el viernes, debe permitir la liberación de 50 de los aproximadamente 240 rehenes israelíes secuestrados el día del ataque de Hamás.

A cambio, Israel debe liberar a tres presos palestinos por cada rehén. En ambos lados solamente serán liberados mujeres y menores de edad.

El viernes, entre los primeros 13 rehenes liberados había cuatro niños, uno de ellos de dos años, y seis mujeres mayores de 70.

El sueño se hace realidad

Entre ellos figuran Aviv y Raz Asher, de dos y cuatro años, y su madre Doron.

“Soñé que volvíamos a casa”, dice la mayor en una habitación de hospital junto a su padre. “Y el sueño se hizo realidad”, le responde su padre, Yoni.

El 7 de octubre, hombres de Hamás lanzaron desde la Franja de Gaza un ataque sin precedentes en suelo israelí. En total, 1,200 personas fueron asesinadas, en su mayoría civiles, según las autoridades israelíes.

Tel Aviv, Israel (AFP). Un niño de nueve años camina por el pasillo de un hospital y comienza a correr cuando ve a su hermano mayor y a su padre. Tras siete semanas de sufrimiento, una familia israelí está reunida de nuevo.

La escena tiene lugar el viernes por la noche, pocas horas después de la liberación, por el movimiento islamista palestino Hamás, de los primeros trece rehenes israelíes.

Ohad, con su camiseta gris y gafas rojas, corre con mirada confiada y los brazos tendidos hacia el abrazo reconfortante de su padre.

Las autoridades limitaron considerablemente a los medios de comunicación el acceso a las familias.

Los psiquiatras alertaron sobre el trauma vivido, en particular por los niños, y sobre el tiempo que les llevará reanudar su vida.

Pero el Foro de las Familias, organización montada el 7 de octubre, ofrece declaraciones con cuentagotas.

“Es muy importante para mí decir que no estamos de fiesta”, explica Roy Munder, hermano mayor de Ohad, vestido con una camiseta negra con la frase “Que regresen a casa ahora” en rojo.

“Estamos felices, pero no en fiesta porque aún hay otros rehenes detenidos”, insiste con gravedad.

“Debemos continuar nuestra lucha hasta que todos los rehenes sean liberados”, añade.

El acuerdo entre Hamás e Israel, condicionado al respeto de una tregua iniciada el viernes, debe permitir la liberación de 50 de los aproximadamente 240 rehenes israelíes secuestrados el día del ataque de Hamás.

A cambio, Israel debe liberar a tres presos palestinos por cada rehén. En ambos lados solamente serán liberados mujeres y menores de edad.

El viernes, entre los primeros 13 rehenes liberados había cuatro niños, uno de ellos de dos años, y seis mujeres mayores de 70.

El sueño se hace realidad

Entre ellos figuran Aviv y Raz Asher, de dos y cuatro años, y su madre Doron.

“Soñé que volvíamos a casa”, dice la mayor en una habitación de hospital junto a su padre. “Y el sueño se hizo realidad”, le responde su padre, Yoni.

El 7 de octubre, hombres de Hamás lanzaron desde la Franja de Gaza un ataque sin precedentes en suelo israelí. En total, 1,200 personas fueron asesinadas, en su mayoría civiles, según las autoridades israelíes.

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