GOTAS DEL SABER (105)

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25 de noviembre de 2023
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GOTAS DEL SABER (105)

Juan Ramón Martínez

I
El 22 de noviembre de 1777, nació en la villa de Choluteca, José Cecilio del Valle, hijo de José Antonio Díaz del Valle y de Gertrudis Díaz del Valle. Sus padres eran criollos, hacendados exitosos, propietarios de tierras y hatos ganaderos. Es muy conocido por haber sido el redactor del acta de independencia del 15 de septiembre de 1821. “Hay quienes afirman que Valle e inclasificable (Constantino Lascaris); o, discutible (Severo Martínez Peláez); en tanto que otros, próximos al concepto de Medardo Mejía, lo ubican en una línea popular revolucionaria (Ricaurte Soler). A pesar de la disimilitud de criterios, todos los autores coinciden en destacar el fuerte orgullo que caracterizaba la personalidad de Valle (no olvidemos su doble condición de hacendado iluminista), su asombrosa erudición y su espíritu visionario”. (Matías Fúnez Valladares, Valle: Su tiempo y el nuestro, Tegucigalpa, 2020, pag.14). Para el citado autor, “Valle no fue ni conservador ni reaccionario, sino un pensador progresista que, cobijado por el frondoso árbol de la Ilustración, concebía los cambios en forma gradual o progresiva. No obstante, las reformas que plateaba eran tan integrales y profundas que, prácticamente, conllevaban una transformación integral”. (Fúnez, pág. 15)

II
El 1 de noviembre de 1889, “Se contrató a don José María Matute para que levante una “Casa Nacional” en el camino de Yoro, y queda otra en construcción en El Naranjo en el camino que conduce al río Pelo (ahora ciudad de El Progreso), convertido en cabecera municipal, 1892. El río Congo y Naranjo forman el límite de Tela y El Negrito, los dos ríos se unen para desaguar en la Laguna de Toloa. La “Casa Nacional” es una champa grande para que los viajeros descansen al final de la jornada” (Rafael Ángel Elvir, La Villa del Triunfo de la Cruz en la Historia, págs. 71, 72)

III
El 30 de octubre de 1932, se efectuaron elecciones generales para autoridades supremas de la República de Honduras. Concurrieron como candidatos presidenciales José Ángel Zúñiga Huete por el Partido Liberal –unificado entonces, gracias a la muerte de Policarpo Bonilla- y Tiburcio Carías Andino por el Partido Nacional. Los resultados electorales, favorecieron a Carías. Los liberales no querían entregar al poder al ganador. “El 13 de noviembre de 1932 se pronunciaron algunos Mayores de Plaza en la República y otros entregaron sus cuarteles a los conspiradores partidarios del señor Zúñiga Huete, sin haber disparado un solo tiro. El nacionalismo inmediatamente se agrupó en derredor de su Presidente Electo, listo para derramar su sangre una vez más, en la defensa de las sagradas instituciones y en defensa de las libertades y derechos de los hondureños amantes de la paz, el trabajo y el orden. Se encarnizó aquella lucha sangrienta. El presidente Mejía Colindres contemplaba impasible el sangriento drama sin hacer de su parte algo para evitar mayores desastres y la consumación de un crimen injustificable. Ese mismo día, el 13 de noviembre, el general José María Fonseca acompañado del Jefe del Estado Mayor Presidencial general Francisco Valladares L., repartía a sus hombres en la plaza de Comayagüela frente al hoy Palacio de Bellas Artes, las armas extraídas de la Casa Presidencial, abandonando aquella misma tarde la capital a vista y paciencia de todo el mundo”. (Lucas Paredes, Drama Político de Honduras, pág. 424)

IV
“El 30 de septiembre de 1860, el padre Subirana se encontraba celebrando algunas misas, matrimonios y bautizando en Balfate… días después visitaba Salado Barra y a mediados de octubre pasa a la aldea española de Bonito y al mismo tiempo aparece también en Salado Barra donde ofició algunas misas… Aparentemente al llegar a la zona de La Ceiba/Cangrejal recibió como una especie de shocks al encontrarse con un verdadero desastre que le afectó de tal manera, motivándole a expresarse de una forma tal y a tomar medidas tan extremas, dando origen a la llamada Maldición”. (Amílcar Cruz Garín, Repercusiones de la maldición del padre Subirana, El Heraldo, La Ceiba, 8 de diciembre de 1954, citado por Canelas Díaz, en 100 años de la Parroquia de San Isidro, pág. 28) La maldición según Cruz Garín era que: “Vendrá del norte un poder desconocido que terminará con toda tu riqueza económica, la mayor causante de la depravación en que has caído”. A la fecha, casi nadie recuerda la supuesta maldición de La Ceiba. La ciudad ha progresado y ahora, si está amenazada, es por los narcotraficantes. Porque las remesas que vienen desde el norte, son una bendición.

V
En octubre de 1937, la prensa de Nicaragua, se refería a persecución de nicaragüenses por las autoridades de La Ceiba, dirigidas por el general Rufino Solís. Relaciones Exteriores, le explicó al gobierno de Nicaragua, sobre dos asuntos: el primero, sobre el discurso de Rufino Solís, en La Ceiba el 15 de septiembre de 1937 donde pronunció expresiones en contra de los extranjeros, después que una embarcación con pasajeros nicaragüenses fue retenida en La Ceiba. Las expresiones fueron tomadas por el cónsul nicaragüense en La Ceiba, como una diatriba en contra de sus connacionales. Y el segundo a las “graves imputaciones hechas al comandante de La Lima, coronel Eduardo Galeano, sin documentos que lo comprueben, ya que son simplemente el eco de rumores lanzados por nicaragüenses residentes en la costa sobre haber sido asesinados George Wilson y Ramón Velásquez. El gobierno ha seguido minuciosa investigación por medio de las autoridades del departamento de Cortés recabando también datos de las oficinas de la compañía frutera, investigación de la cual se desprende que tales individuos son desconocidos en esa zona y que quienes han vivido allí del mismo apellido del primero son Ernesto Selva Wilson e Hilario Wilson, los que se embarcaron para Puerto Barrios como consta en el respectivo permiso de embarque que se transcribe”. REPÚBLICA DE HONDURAS. Comandancia de Armas. Puerto Cortés, 13 de octubre de 1937. CERTIFICACIÓN. El suscrito secretario de la Comandancia de Armas de esta sección militar, Certifica que a las páginas 126—126 (sic) del Libro de Salidas del Registro de Movimiento Migratorio, que esta Comandancia lleva en el corriente año, se encuentra el asiento que dice: ERNESTO SILVA WILSON. Nacionalidad, Nicaragua. Edad 61. Profesión, Inspector de Sanidad. Casado. Vecindario, Progreso. Destino, Puerto Barrios. Tiempo ausente, indefinido. Embarcación “Wild Goose”. Fecha, 14 de septiembre. También certifica: que a las páginas 148—149 el mismo libro, se encuentra el asiento que dice: “HILARIO S. WILSON. Nacionalidad, nicaragüense. Edad 37. Profesión, agricultor. Soltero. Vecindario, La Lima. Destino Puerto Barrios. Tiempo ausente, indefinido. Embarcación, “Sixaola”. 18 de septiembre. Extendida en Puerto Cortés a los trece días del mes de octubre de mil novecientos treinta y siete. Sello. (f) Alberto Carías Quiroz, Secretario. Visto Bueno. Sello (f) Fermín Boquín Comandante de Armas”. (El Cronista, Tegucigalpa, 20 de octubre de 1937).

VI
El 14 de noviembre de 1943, nació en Tegucigalpa, Rafael Leonardo Callejas Romero. Fue hijo de Rafael Callejas y Emma Romero de Callejas. Estudió en la Escuela Americana; pero se graduó en el Instituto San Francisco. Viajó a Estados Unidos en donde se graduó en Economía Agrícola. Entre 1967 y 1971, trabajó en el Consejo Superior de Planificación Económica. En 1975 fue nombrado Ministro de Recursos Naturales en el gobierno de Melgar Castro. En 1985 se presentó como candidato del Partido Nacional, obteniendo la mayoría de votos; pero en virtud del acuerdo que dio fin a la crisis entre partidos políticos, conocida como “Opción B”, perdió la presidencia a manos de José Azcona del Partido Liberal. El 27 de noviembre de 1989, ganó las elecciones presidenciales y asumió el Ejecutivo el 27 de enero de 1990. Fue el presidente número 70. Hizo un gobierno moderado, en el que introdujo importantes medidas de carácter económico. Murió el 4 de abril de 2020, en Atlanta, Georgia, Estados Unidos.

VII
El 16 de noviembre de 1954, “La Época”, que se editaba en Tegucigalpa, informó en primera página que “El Presidente (Juan Manuel) Gálvez sale para Estados Unidos en viaje de salud. Lo reemplaza en sus delicadas funciones el Sr. vicepresidente Julio Lozano”. La crisis política, como resultado de las elecciones presidenciales de octubre de 1954, en que el candidato liberal había logrado la mayoría relativa; pero no la absoluta como exigía la Constitución, obligaba al Congreso a escoger entre Villeda Morales y Carías Andino, estaba en su punto más alto. El acuerdo era imposible. Y como Gálvez, estaba enfrentado con Carías, su maniobra fue la renuncia. Abriéndole el paso al interinato de Julio Lozano y al continuismo que, buscando su constitucionalización, precipitaría al país en el golpe de Estado de los militares el 21 de octubre de 1956.

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