Extrema izquierda y extrema ceguera

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27 de noviembre de 2023
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12:04 am
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Extrema izquierda y extrema ceguera

Por: Otto Martín Wolf*

El triunfo de Javier Milei en Argentina ha desatado calificativos por parte de cabezas calientes e izquierdistas radicales.

No creo que el deseo de Milei de estabilizar las finanzas argentinas tenga que ver con una posición ideológica. Una cosa es tratar de detener la galopante inflación que alcanza hasta el 140% y otra que ese deseo sea algo relacionado con la extrema derecha, cosa de la que se le acusa.

Argentina llegó a ser el país más rico del mundo, antes de que Domingo Perón y su esposa (cómplice) Eva Duarte, cambiaran la mentalidad del pueblo ofreciendo un populismo que incluía tirar billetes a la garduña desde la ventanilla de un tren y regalar cinco mil casas.

Ningún gobierno del mundo, nadie puede regalar casas ni nada ya que los costos son pagados de una manera u otra por el mismo pueblo.

El peronismo enfermó gravemente la economía y la mente de los argentinos y es hasta ahora -desde 1946- que parece se aplicará alguna medicina.

Los sobrevivientes de la extrema izquierda y los renacidos con el socialismo del siglo 21 jamás han comprendido que el sistema ideal no existe.

Probaron en la Unión Soviética, sometiendo al pueblo a persecución política que costó más de 25 millones de muertos y a hambrunas con otro tanto similar de víctimas.

Al final tuvieron que desunir esa unión y buscar otro sistema económico porque el socialismo, simplemente, no funciona.

Cuba, que ha seguido sus pasos, retrocedió desde una posición económica privilegiada hasta convertirse en uno de los países más pobres de América y del mundo, ahí están más ciegos que los murciélagos ya que no se dan cuenta de que lo que no han logrado en más de 60 años con ese sistema jamás van a alcanzar.

China, el gigante comunista, en realidad no lo es. Ahí lo que reina es la dictadura del Partido Comunista, pero el régimen económico es capitalista.

Ahí hay propiedad privada, bolsa de valores, inversionistas billonarios; todo igual que en Alemania, Francia o los Estados Unidos, pero sin libertad política.

Ese sistema parece funcionar (claro, es capitalista) en la parte económica, desde luego a costa de la libertad del pueblo y la tiranía del Partido Comunista.

Rusia, aún en los “tiempos de gloria” del socialismo, jamás fue una potencia económica, la gente vivía en condiciones muy cercanas a la miseria excepto, desde luego, los miembros del Partido Comunista, militares y la alta dirigencia.

Rusia jamás ha sido una potencia económica, lo que sí logró desde hace tiempo fue convertirse en un terror nuclear, una potencia militar.

Ahí tampoco hay socialismo ni comunismo, lo que existe es una dictadura fascista, en la que los opositores del mandatario (Putin, desde hace como 25 años) desaparecen, los suicidan o mueren en extraños accidentes.

Venezuela es también una dictadura fascista, militar, que ha llevado al pueblo a la miseria masiva y a unos 7 millones de sus ciudadanos a buscar una vida fuera.

Por cierto, esas caravanas de venezolanos huyendo del régimen, jamás dirigen sus pasos a China, Cuba o Rusia, por una razón que todos sabemos y que jamás será reconocida por los ciegos del comunismo.

Milei presentó a Argentina un discurso fresco, realista, llamando por su nombre a los ladrones que han saqueado este país durante muchos años. Los escépticos de lo anterior solo tienen que ver los juicios por corrupción que le han presentado a la expresidente Cristina de Kirchner y por algunos de los cuales ha sido encontrada culpable.

La “izquierda” internacional reaccionó con ira y cierto temor -por aquello del efecto dominó- pero no deben de preocuparse mucho, ellos son dueños de la receta para conservar el poder, lo único que tienen que hacer es no dar elecciones, sobre lo anterior se puede preguntar en Cuba, Nicaragua y Venezuela.

El presidente de México, un hombre que siempre ha mantenido aquello de “no intervención en los asuntos de otros países”, intervino criticando la elección de los argentinos.

Milei quiere dolarizar la economía, eso quiere decir eliminar la moneda nacional (que a veces no vale ni el papel en que está impresa) y dejar en cambio el dólar.

Panamá, El Salvador y otros países latinoamericanos han probado con mucho éxito ese sistema, creo que Argentina no será la excepción.

Prometió, además, reducir el tamaño del Estado, eliminar una serie de ministerios que jamás han producido ningún resultado y economizar dinero, eso me suena bien, entre menos burocracia, mejor.

Sigamos con interés lo que está sucediendo, fenómenos como Bukele y Milei (no muy parecidos en sus propuestas) pueden ser una guía para nosotros, tan necesitados de soluciones.

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