¿UN PAÍS DISTINTO?

ZV
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27 de noviembre de 2023
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12:19 am
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¿UN PAÍS DISTINTO?

SIEMPRE le he manifestado –escribe una querida amiga– lo gratificante que es despertar y leer los editoriales; en esos minutos nos hace olvidar el circo político, el caos vehicular, la crisis económica del país, y nos permite agradecer, recordar, e imaginar escenarios alentadores, llenos de esperanza, de amor, de consuelo y de fe”. “Las semanas han sido cargadas de trabajo, hoy tendré mi cena de acción de gracias hondureña y haré extensivo a los más jóvenes de mi familia su mensaje”. “Les leeré el motivo por el cual se instauró ese día de acción de gracias hondureño y, sobre todo, el porqué seguimos siendo un pueblo bendecido por Dios”. “El Escenario” –en la conversación de cierre– “inspirador tema del editorial de hoy”. Otra buena amiga: “Muchas gracias; qué ganas de estar en ese lugar de inspiración de Winston y quedarse allí”. Aluden al diálogo de colofón, respondiendo al amigo periodista que, en vivo desde su gustado programa, pregunta: “Aquí me están preguntando ¿por qué Winston y el Sisimite?”:

(Escuchaste –entra el Sisimite– mandale un mensaje, describiendo el escenario, para que entiendan. -Vaya pues –interviene Winston– a mí me toca, aunque ya nadie escribe ni recibe cartas de aquellas bonitas, pensadas y perfumadas, la tarea epistolar. Aquí va: Pues el Sisimite es mitológico; riqueza del folclor nacional –que la arqueología liga a los dioses mayas– una leyenda autóctona en la tradición oral hondureña. Y Winston –ese sería yo– el Yorkie de Sofi, la nieta, es el único que sabe dónde vive. Cuando lo sacan al patio, en un descuido, sale todos los días despavorido rumbo a las escarpadas pendientes. Sube zumbado cruzando los frondosos bosques que aún le quedan a la naturaleza silvestre –intocables a la furia destructiva del hombre– desde donde entablan amena plática. Y después de sesudas conversaciones –ya quisiésemos que así fuesen los inexistentes debates de los problemas nacionales– baja con los apuntes de lo platicado para cerrar, cuales coloquios quijotescos, los editoriales. Quizás la inspiración aflore de la frescura del aire limpio que se respira en esas prodigiosas alturas, o de la brisa placentera que arrulla, como en murmullo, los delicados sentidos; o de la hermosura de esos fabulosos paisajes que se otean desde remotas lejanías; o bien en la tibia calidez de un benigno fuego solar, posado sobre horizontes encendidos por radiantes luces de la alborada, o en espléndidos destellos lunares despidiendo los calidoscópicos reflejos del atardecer; allá en esas majestuosas empinadas, donde parecería, por la apariencia cercana de un ignoto espacio sideral que, con solo extender la mano hacia lo divino, se acaricia la sacrosanta faz del Creador).

“Todos deberíamos de agradecer; –mensaje de un asiduo lector– las emociones elevadas nos llevan al agradecimiento”. “Caso contrario ocurre cuando el mundanal ruido nos absorbe y obnubila haciendo que nos perdamos en el camino”. “El estrés nos deja dando vueltas en círculo”. “Para agradecer hay que estar conectado al campo cuántico y fusionarnos con el universo infinito y despojarnos de nosotros mismos y convertirnos en nadie”. “En consciencia pura, alejados de toda mezquindad, ruindad y pecado ya que quien cae en eso, huye sin que lo persigan, quizá hasta de sí mismo”. (Aquí mandan tus fans –entra el Sisimite– unos cumplidos: “Además de gran escritor es un poeta, don que el Señor le ha otorgado, es una bendición”. “Me encanta leerle, además de poesía nos deja tremendas lecciones de vida”. -Si es que aquí –responde Winston– en este monte donde vivís, el solo paisaje es inspirador. Desde el pico de estas montañas, acariciando las bondades de la naturaleza –aun inalcanzable al anárquico caos y al crecimiento desordenado de ciudades atestadas de gente– Honduras es una hermosa pintura. Nada que envidiar a nadie –que si las acciones políticas no fueran tan ruines y la sociedad no pasara deshaciéndose en pleitos estériles– habría de sobra para hacer un país distinto).

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