Y tú, ¿qué tienes en tu corazón?

ZV
/
27 de noviembre de 2023
/
12:27 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Y tú, ¿qué tienes en tu corazón?

Sin duda, en esta vida “cada quien da lo que tiene en su corazón, y ello es un concepto profundo y significativo que nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de nuestras acciones y cómo estas reflejan nuestra verdadera esencia”. Está claro que, en un mundo complejo de antivalores, de diversidad y contrastes como el que vivimos, cada ser humano tiene su propia escala y la capacidad de manifestar sus sentimientos de amor, bondad y generosidad a través de sus actos. Pero ojo, también es posible que se manifiesten emociones negativas como el resentimiento, la envidia y el egoísmo. Por ende, “es importante comprender que nuestras acciones son un reflejo directo de lo que llevamos en nuestro corazón y que estas pueden tener un impacto duradero en nuestras vidas y en las de los demás”.

De aquí, que vienen al caso dos reflexiones añejas que no pierden por ello actualidad, y que, compartidas todavía en la red, ejemplifican lo antes dicho. La primera hace mención a un hombre rico que le entregó una canasta de basura a un hombre pobre. El hombre pobre sonrió y corrió con la canasta, la vació, la llenó de flores y se la llevó de vuelta. El hombre rico se asombró y le preguntó: ¿Por qué me has dado flores si yo te di basura? Y el hombre pobre dijo: Porque cada uno da lo que tiene en el corazón.

La segunda, cuenta la historia de una persona que aborda un taxi para ir a su trabajo. De repente en el camino otro automóvil se cruzó tan inesperadamente, que el conductor del taxi tuvo que girar el auto y frenar súbitamente evitando así una desgracia. El conductor del vehículo que había cometido la imprudencia, se bajó bruscamente de su vehículo y comenzó a gritar e insultar al taxista.

Este, a pesar de lo injusto de la situación, sonrió, levantó su mano y lo saludó muy amablemente diciéndole “lo siento, que Dios le bendiga y que tenga un buen día”, y luego sin decir nada más retomó la marcha. Sorprendido por esta actitud, el pasajero preguntó por qué le había respondido así, cuando esa persona mal educada por poco destruye su automóvil y además casi les provoca una tragedia.

Entonces el taxista pronunció unas serenas y profundas palabras, de esas que jamás deben olvidarse y de las que tenemos mucho que aprender. Él dijo: “Muchas personas son como el camión de la basura. Están cargados de enojo, odio, frustración, resentimiento… y ante cualquier situación aprovechan para descargarla porque no pueden más”. En función de este relato, no debemos permitir entonces que los camiones de basura, tomen el control de nuestros sentimientos y mucho menos de nuestras reacciones. Nosotros debemos asegurarnos no ser el basurero de nadie, recordando además esa oportuna frase de autoría anónima que señala, que “alimentar el resentimiento, es como aquel que toma veneno y espera que muera otro”.

J.J. Pérez López
Barrio El Manchén
Tegucigalpa. M.D.C.

Más de Tribuna del Pueblo
Lo Más Visto