“MUY inspirado Winston –mensaje del amigo fundador del colectivo– no hay duda que la gran mayoría de los hondureños sueñan con un país distinto; pero, ya se dieron por vencidos; el país distinto que buscan está en el norte”. Alude a esta conversación de cierre: (Aquí mandan tus fans –entra el Sisimite– unos cumplidos sobre tu poesía: -Si es que aquí –responde Winston– en este monte donde vivís, el solo paisaje es inspirador. Desde el pico de estas montañas, acariciando las bondades de la naturaleza –aun inalcanzable al anárquico caos y al crecimiento desordenado de ciudades atestadas de gente– Honduras es una hermosa pintura. Nada que envidiar a nadie –que si las acciones políticas no fueran tan ruines y la sociedad no pasara deshaciéndose en pleitos estériles–habría de sobra para hacer un país distinto). Una amiga diputada: “Para que sea un país distinto debo de empezar por migo misma”. “Agradecer lo que tengo que es mucho; salud física y espiritual”. “Una familia sí, donde hay entrega”. “Hoy sí puedo dar lo mejor para mi país, con entrega y dedicación”. “Buscando las cinco estrellas que brillen no solo para mí, sino para todos”.
La amiga empresaria progresista: “Un País Distinto”, ¡eso es! “Qué distinto sería si entendiéramos cómo se nos ha deteriorado a fuerza de no apreciarlo y de cuidarlo”. “No solo de quejarnos y permitir que otros hicieran de las suyas”. “Pero nunca es tarde para hacerlo y agradecer que, a pesar de todo, estamos viviendo todavía en un país, el mejor del mundo para nosotros, gracias a Dios”. “Nos damos cuenta cuando asombrados vemos lo que pasa en países aún más desarrollados y potencias y nos decimos, ‘ojalá no suceda aquí’”. “Me refiero a la violencia, a las guerras que cada día nos deshumanizan aún más”. “Siempre tenemos que agradecer”. “Agradezco mucho sus excelentes reflexiones, que nos hacen utilizar nuestro cerebro para bien”. Una amiga doctora: “Paisajes que inspiran, esa es nuestra Honduras”. Le comparto estas palabras de Franz Kafka que nos hacen recordar lo que es la vida: “Me avergoncé de mí mismo cuando me di cuenta que la vida era una fiesta de disfraces; y yo asistí con mi rostro real”.
“Será que solo venimos a este mundo para interpretar una actuación; pero no podemos obviar todo lo que nos rodea, no podemos obviar el infinito y plasmarlo con una poesía, un escrito que se inspira cada día sin entender por qué estamos aquí y cuál es nuestro papel”. Otro buen amigo: “Así es… si no fuese por la inseguridad y el caos socio político, tendría un potencial, una posibilidad distinta”. “Pero no es así”… “it is what it is”. La amiga jurista: “Como siempre, nos motiva a poner el granito de arena que corresponde para edificar”.
“Hoy comencé –mensaje de un lector– una novela súper interesante, de Robert Graves: I, Claudius; se la recomiendo si no la ha leído”. La buena amiga que se levanta al mediodía porque pasa sintonizada al hormiguero español, hasta horas del amanecer: “Qué belleza de empezar una semana con esa lección de vida”. “Cómo me gustaría escapar con Winston a visitar al Sisimite a ese lugar paradisíaco que nos describe”. “¡Qué manera de hacernos ver las maravillas de Honduras!”. Y para finalizar, el mañanero mensaje del buen amigo exmagistrado: “¿Le pasa algo? No ha llegado el editorial. (Qué satisfacción saber –entra el Sisimite– que hay lectores del colectivo pendientes de recibir el editorial como lectura, acompañada del café, no más rompe la alborada. -Pues claro –asiente Winston– no como esos barzones incultos, cómodos con lo poco que alguna vez leyeron, si es que leyeron alguna vez, que ni con el bocado en la boca lo mastican. -Pero no solo eso –interrumpe el Sisimite– sino que se intuye en el mensaje preocupación por la salud del editorialista tempranero –y además cartero– ya que siendo tarde no había enviado la lectura del día. Igual ha pasado con otros afiliados al colectivo que reclaman cuando temprano no lo han recibido. -Pues –suspira Winston–es para que no perdás la fe en las bondades de la naturaleza humana, ya que todavía hay mucha gente que se cultiva, no pierde el buen hábito de la lectura, y el valor superior, leal a la amistad).
