¿CÓMO PAN CALIENTE?

ZV
/
29 de noviembre de 2023
/
12:05 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
¿CÓMO PAN CALIENTE?

“LA MARIONETA”: “Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida,/ posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo./ Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan./ Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz./ Andaría cuando los demás se detienen, Despertaría cuando los demás duermen./ Escucharía cuando los demás hablan, y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate./ Si Dios me obsequiara un trozo de vida,/ Vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto,/ no solamente mi cuerpo sino mi alma./ Dios mío, si yo tuviera un corazón,/ escribiría mi odio sobre hielo, y esperaría a que saliera el sol./ Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti,/ y una canción de Serrat sería la serenata que les ofrecería a la luna./ Regaría con lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos./

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida…/ No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero./ Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor./ A los hombres les probaría cuán equivocados están, al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen,/ sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse./ A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar./ A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido./ Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres:/ He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña,/ Sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada./ He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño,/ por vez primera, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre./ He aprendido que un hombre solo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo,/ cuando ha de ayudarle a levantarse./ Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes,/ pero realmente de mucho no habrán de servir,/ porque cuando me guarden dentro de esa maleta,/ infelizmente me estaré muriendo”. (El escrito, como contribución por un afiliado al colectivo, fue enviado adjudicándole la autoría al consagrado escritor e inspirador del realismo mágico, Gabriel García Márquez.) (¿No sé si sabías –entra el Sisimite– que este poema fue atribuido al célebre escritor y premio Nobel de Literatura, que supuestamente habría escrito y enviado a sus más cercanos amigos como una despedida, mientras estuvo hospitalizado en 1999 diagnosticado con un cáncer linfático? -Algo escuché –interviene Winston– sin embargo, resultó ser que su verdadero autor era el comediante y ventrílocuo mexicano Johnny Welch).

(“La Marioneta” –continúa relatando Winston– adjudicada al escritor colombiano, se fue como pan caliente –incluso publicada en varios idiomas– a tal grado que el propio García Márquez tuvo que desmentir su autoría. Sin embargo, cuentan que una vez que ambos se vieron durante un encuentro, García Márquez bromeó con el mexicano: “Oye, te propongo una cosa, me parece tan bello como tú dices el poema que no digamos que es tuyo para que sigan creyendo que es mío”. -Y así como ese –apunta el Sisimite– hay varias otras piezas literarias atribuidas a autores equivocados. –Lo que trae a la memoria –recuerda Winston–aquella pasada del periodista Oscar Armando Flores Midence, anotando una bonita frase en “Páginas de un Diario”: “No sé si este pensamiento es mío –escribe– pero si no lo es, debería serlo”).

 

Más de Editorial
Lo Más Visto