El Real Madrid sentenció su liderato de grupo manteniendo su pleno de triunfos navegando entre la brillantez del primer acto y el premio a la ambición con un gran esfuerzo físico en el segundo, olvidando sus ocho bajas para derrotar por 4-2 a un Nápoles que mostró mejoría, pero acabó siendo arrollado.
Al ritmo de Kroos, con Bellingham batiendo récords inimaginables y Rodrygo en racha goleadora. Ejerciendo el alemán un dominio del partido abrumador. Imponiendo su figura como mediocentro.