Los ciclos del síndrome de la mujer maltratada

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30 de noviembre de 2023
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12:08 am
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Los ciclos del síndrome de la mujer maltratada

El síndrome de la mujer maltratada, complejo y perturbador, se manifiesta no solo en los estragos evidentes de la violencia física, sino también en los ciclos insidiosos que caracterizan su naturaleza persistente. Este fenómeno, descrito con agudeza por Lenore Walker en “El ciclo de la violencia: los maltratos repetidos en la pareja”, revela una serie de patrones recurrentes que contribuyen a la perpetuación de la violencia de género.

Walker identifica tres fases distintivas que constituyen el ciclo de la violencia. En la fase de acumulación de tensiones, se gesta un clima de hostilidad y control por parte del agresor, generando un ambiente tenso y temeroso. Este periodo culmina en la fase de explosión violenta, marcada por actos agresivos y, en ocasiones, brutalidad extrema. Sin embargo, lo que sigue a menudo pasa desapercibido: la fase de reconciliación aparente. Aquí, el agresor muestra arrepentimiento, promete cambiar y despliega tácticas de seducción, creando un círculo que cíclicamente vuelve a la fase inicial de acumulación de tensiones.

Este ciclo, aunque puede variar en duración e intensidad, representa un obstáculo significativo para la liberación de la víctima. La complejidad del síndrome de la mujer maltratada radica en la interconexión de estas fases, que perpetúan un ciclo difícil de romper. La psicóloga Susan Schechter, en “Mujeres y violencia: Evaluación e intervención en casos de abuso”, destaca cómo este patrón de comportamiento crea una dependencia emocional en la víctima, dificultando la toma de decisiones que rompan con el ciclo.

A través de este lente, se revela la insidiosa naturaleza de la violencia de género y la dificultad que enfrentan las mujeres maltratadas para liberarse de este ciclo. Evan Stark, en “Coerción controladora: cómo hombres violentos controlan a sus parejas íntimas”, profundiza en las estrategias manipuladoras y coercitivas empleadas por los agresores para mantener su control, a menudo disfrazadas bajo el velo de la reconciliación aparente.

La intersección de los ciclos del síndrome de la mujer maltratada conlleva consecuencias devastadoras no solo para la salud física y psicológica de la víctima, sino también para la efectividad de las respuestas legales al tenor del Artículo 209 del Código Penal de Honduras. La aplicación de medidas de protección, como órdenes de restricción, se ve desafiada por la complejidad de estas dinámicas cíclicas, resaltando la necesidad de intervenciones jurídicas y sociales más sofisticadas y personalizadas.

Como ejemplo, en un escenario ficticio, la presidenta Laura Mendoza, líder carismática de una nación, se encuentra atrapada en el síndrome de la mujer maltratada. Aunque su imagen pública refleja resiliencia, en su vida privada enfrenta control coercitivo por parte de su esposo. Este ciclo de abuso se traduce en una afectación silenciosa pero profunda en su capacidad de liderazgo. Las tensiones personales influencian sus decisiones y políticas públicas, generando momentos de debilidad y titubeo. Aunque la reconciliación aparente puede temporariamente fortalecer su imagen pública, perpetúa el ciclo de abuso y sus efectos negativos reverberan en la estabilidad y confianza de la nación que ella representa. Este ejemplo subraya cómo el síndrome de la mujer maltratada, cuando afecta a una figura pública, no solo compromete la salud y decisiones individuales, sino que también tiene consecuencias significativas en el ámbito nacional.

En conclusión, desentrañar los ciclos del síndrome de la mujer maltratada es esencial para comprender la persistencia de la violencia de género. La conciencia de estos patrones recurrentes es el primer paso hacia intervenciones más efectivas y respuestas legales más adaptadas. Romper con estos ciclos demanda un enfoque multidisciplinario que incluya no solo medidas legales, sino también apoyo psicológico y social, construyendo así una base sólida para la erradicación de esta dolorosa realidad.

Abog. José Antonio Taixes López
[email protected]
Tegucigalpa, M.D.C.

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