La conciencia en el soldado

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2 de diciembre de 2023
/
12:05 am
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La conciencia en el soldado

Por: José A. San Martín F.* (Cnel. de Aviación ®)

Porque son soldados y su principal desempeño es la obediencia a las órdenes de sus superiores, muchos dirían que son huraños con la “conciencia”, no se llevan bien; podríamos decir que, en su labor como soldados disciplinados, su conciencia podría interferir de manera substancial en la efectividad del cumplimiento de su deber.

Para comprender el objetivo del tema es importante tener claro el significado de “conciencia”, porque quiérase o no, todos los seres humanos poseemos esa cualidad que lo caracteriza: su conciencia. Identificamos lo correcto de lo incorrecto desde nuestro propio punto de vista, y, según lo interpretamos, actuamos en correspondencia.

Siempre que nos referimos al soldado o al policía, de todos los rangos y grados, lo relacionamos con el cumplimiento de órdenes, de la misión. Sin embargo, ninguno puede ni debe sustraerse de poder interpretar del significado consciente de sus funciones y deberes como militar. Esta condición aplica a todos, civiles, militares y policías, activos y retirados, porque la conciencia nos permite no solamente identificar lo malo de lo bueno, sino decidir por el camino correcto, o no, con nuestras decisiones y actuaciones.

Aquellos tiempos en donde los soldados y los policías solamente cumplían órdenes como borregos, ya pasaron, al menos eso creemos; hoy día todos debemos estar “conscientes” del porqué de las órdenes, de su propósito, si son correctas, legales o no.

Con lo expresado, nos trasladaremos al hecho existente del porqué las Fuerzas Armadas y policías de algunos países están dedicadas a cumplir órdenes y a guiar sus actuaciones para proteger intereses egoístas de políticos enamorados del poder, y que se comportan en contra de los sagrados intereses nacionales y el de las grandes mayorías. Obviamente no poseen esa “conciencia” a la que nos referimos. Se han convertido en instituciones sumisas, corruptas y ambiciosas, interesadas únicamente en el beneficio personal de quienes las comandan, enajenados en sostener a políticos que gobiernan bajo el esquema del autoritarismo y el totalitarismo. En este sentido, hemos experimentado, no solo síntomas, sino actuaciones propias de las dictaduras que buscan controlar todos los poderes del Estado, como sucede con el actual gobierno y los del reciente pasado. Y lo peor, el empleo de las Fuerzas Armadas (FFAA y PN) para mantener sus objetivos antidemocráticos. No debemos ir muy lejos para conocer y experimentar estas situaci
ones lamentables propiciadas por muchos de nuestros políticos.

En nuestras Fuerzas Armadas (FFAA) y Policía Nacional (PN) siempre hemos escuchado a los jefes expresarse con mesura y resolución, en actos públicos, sobre la conducta del personal y la institución, garantes de las misiones que expresa la ley magna, así como el comportamiento ético, moral y profesional que deben caracterizarlos.

¿Acaso el militar y el policía desconocen el propósito de las órdenes que se le asignan para cumplir efectivamente con ellas? Desde el mando superior, las órdenes y sus objetivos caen como cascada sucesivamente sobre los subalternos designados a cumplirlas, supuestamente para hacer conciencia de que lo ordenado persigue un propósito, legal, correcto y necesario para cumplirlas con eficacia.

Nos llama la atención observar que en algunos países las Fuerzas Armadas y la Policía ejecutan órdenes que a todas luces carecen de esos importantes ingredientes que deben caracterizarlos, como ser la legalidad, justicia, ética y moralidad, en la ejecución de las órdenes.

Son las personas, y no las instituciones las corruptas y deshonestas. Obviamente si todos los miembros de las FFAA y PN carecen de ética y moral para ejercer sus funciones, las instituciones como un todo serán calificadas como contaminadas. Igualmente, si los mandos superiores se comportan alejados de la honestidad, la dignidad y el honor, embarrarán al resto de sus compañeros miembros de la institución y todos serán señalados por corruptos.

Estas organizaciones mantienen férreos sistemas disciplinarios que no permiten a su personal salirse del camino de la honestidad, la ley y su obediencia plena a las reglamentaciones militares y policiales. Sin embargo, la flaqueza y debilidad de sus líderes pueden, peligrosamente, debilitar considerablemente la rigurosidad del estricto método que practican en menoscabo del prestigio institucional.

Nuestras FFAA y PN han dado muestras de eficacia, gallardía, lealtad, honor y sacrificio para bien de la democracia y la seguridad nacional. La intromisión de la mala política en sus funciones constitucionales y en su personal, todo, debe ser repelido de manera indubitable. Sus mandos superiores no están exentos de esa gran responsabilidad, que es indelegable.

*Excomandante General FAH.

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