Por: Dr. Horacio Ulises Barrios Solano
“El 15 de mayo 2023 en audiencia de socialización en la sede del Legislativo el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) respetuosamente recomendó a la Comisión de Dictamen y al Honorable Congreso Nacional con los “ajustes técnicos sugeridos” aprobar la Ley de Justicia Tributaria (Lege ferenda): por considerarla una ley que puede contribuir a que Honduras avance hacia una política fiscal moderna, capaz de promover el aumento del empleo de calidad, la complejidad económica y la innovación tecnológica. Esta ley también tiene el potencial de contribuir a generar recursos suficientes para que el Estado garantice la provisión de bienes y servicios públicos y mejorar el bienestar de toda la población”, (como lo soñó José Cecilio del Valle), sin embargo, los que están en eminencia son lo que decidirán a este respecto, pues como se dice coloquialmente el gobierno tiene “el sartén por el mango y el mango también”.
La función primordial de todo Estado es garantizar el bienestar común de la sociedad proyectado en la educación, seguridad, y salud de sus ciudadanos. Para lograr este objetivo el gobierno depende de los recursos obtenidos mediante la contribución de sus residentes en forma de tributos. Sin embargo, en ocasiones las personas jurídicas y naturales optan por omitir este pago, valiéndose de recursos lícitos e ilícitos. Sus formas son diversas desde la óptica legal como la elusión ya que esta estrategia es lícita pero y evasión fiscal es punible, es decir, ambas perjudican la recaudación de impuestos, ingresos que necesita el gobierno para hacer frente a las necesidades elementales de sus ciudadanos.
En esta oportunidad solo nos centraremos en dos figuras que encontramos dentro del derecho tributario y sucintamente a los paraísos fiscales. Esta rama del Derecho regula las normas y principios para la obtención de los impuestos, como el ingreso más importante que un Estado requiere para realizar su actividad económica, la cual se enfoca en el bienestar común de una sociedad, vertida primordialmente en, por lo tanto, a mayores recursos, mejores programas; estas figuras son muy parecidas al escribirlas y pronunciarlas cuyo propósito es el mismo pero, uno es legal y el otro punible por eso explico que “no es lo mismo elusión que evasión tributaria, ya que por medio de la elusión se elude pagar impuestos dentro de la legalidad, mientras que por medio de la evasión fiscal, el contribuyente evade pagar impuestos por medios ilícitos, transgrediendo la legislación tributaria vigente” y se da cuando un contribuyente amparado en lagunas legales reduce el monto total de impuestos que debería pagar de forma certera, se habla de un impago lícito y una de las formas más comunes de elusión son los paraísos fiscales. La reducción o impago total del monto de impuesto que, al realizarse de forma correcta, le habría correspondido pagar al contribuyente, y que además implica la violación de la Ley Tributaria en letra y espíritu es conocido como evasión tributaria.
La evasión fiscal se produce cuando no se hace el pago de los impuestos generados que corresponden a la empresa por medio del ocultamiento de información o ingresos. Por sí sola, la evasión se entiende como el incumplimiento de obligaciones tributarias que se logra por medio de la omisión de ingresos o declaración de gastos falsos.
Los paraísos fiscales existen por la negligencia de los gobernantes haciendo posible la evasión de impuestos y según algunas estimaciones, alrededor del 10 por ciento de la producción total de todas las economías del mundo está estacionada en centros financieros extraterritoriales, en manos de empresas fantasmas que existen solo en papel. Se estima que el costo para los gobiernos, en ingresos perdidos, excede los USD 800 mil millones al año. Después del descubrimiento de los Papeles de Panamá, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, una organización profesional de periodistas de investigación, sigue comprometido con exponer a quienes explotan los paraísos fiscales, una larga lista que también incluye a políticos corruptos, mafiosos, narcotraficantes y otros delincuentes que lavan efectivo y activos a través de empresas offshore para desviar el dinero de la atención de las autoridades.
