Con mucho pesar y dolor sepultan a “Doña Pacita”
Al velatorio de “Doña Pacita” asistieron parientes y personas que la conocieron cuando vivía en el sector 2 de la colonia Villanueva.
Con mucha nostalgia, dolor y orando en su memoria, parientes y amistades sepultaron ayer el cuerpo de doña María de la Paz Borjas Montaño (69), en un cementerio capitalino, tras haber muerto en el fatídico accidente vial que dejó como saldo diez personas muertas y unas 40 heridas.
La sexagenaria murió trágicamente la mañana del martes anterior, cuando se trasladaba desde Olancho hacia la capital, al momento que un autobús interurbano de la empresa Discovery se precipitó a una hondonada, en el kilómetro 31 de la carretera, a la altura del sector conocido como La Venta, Francisco Morazán.
Borjas Montaño pretendía visitar a unos parientes en la colonia Villanueva, sector oriental Tegucigalpa, donde vivió, misión que no pudo cumplir al morir en el estrepitoso accidente que enlutó al departamento de Olancho.
VELATORIO
La ahora occisa, mejor conocida cariñosamente por sus seres queridos y conocidos como “Doña Pacita”, murió al instante del trágico accidente.
Sus restos fueron retirados el martes anterior de la morgue capitalina y los trasladaron a la colonia Villanueva, para ser velada por sus parientes.
El pastor Carlos Borjas, hermano de la víctima, en el templo evangélico “Manantial de Avivamiento”, pronunció unas palabras de aliento a sus demás parientes, para honrar la memoria de “Doña Pacita”.
“Sentimos mucho dolor al sepultarla, pero tenemos el goce y la fe que ella tiene vida eterna en y al lado de Jesucristo”, exclamó el consternado pariente de Borjas Montaño.
“La vamos a recordar a cada momento, aunque sabemos que este es un dolor que nunca se termina, pero nunca voy a olvidarla”, afirmó el pastor evangélico, al momento que daba el último adiós a su querida hermana en un camposanto capitalino. (JGZ)
