LETRAS LIBERTARIAS: Responsabilidad de los medios en Gaza
Esperanza para los hondureños
Por: Héctor A. Martínez (Sociólogo)
Los medios de comunicación juegan un papel primordial en la cobertura de los conflictos internacionales como el que actualmente ocurre en la zona de Gaza. Si no fuera por las grandes cadenas de televisión que envían arriesgadamente a sus reporteros a cubrir los hechos, difícilmente podríamos tener una idea de lo que ahí ocurre y formarnos una opinión al respecto. En otras palabras, los medios funcionan a manera de puentes que se tienden entre los acontecimientos y la audiencia ávida de información actualizada y relevante.
Lamentablemente, en muchos casos, esos medios pueden incurrir en problemas éticos cuando informan de manera incompleta, cuando omiten elementos que resultan necesarios para tener un panorama amplio de los eventos, o cuando propician irresponsablemente una tendencia favorable hacia uno de los protagonistas de una crisis cualquiera, en este caso, de una guerra. Es precisamente lo que venimos observando con los llamados “hilos” mediáticos que se generan en las redes sociales con respecto al explosivo conflicto en la zona de Gaza.
A razón de una o dos veces diarias, cadenas muy serias como BBC y CNN han abierto otro frente de batalla, el de las redes sociales, generando debates que casi siempre muestran una secuencia de reacciones que se inclinan hacia el lado de los palestinos – ¿o de Hamás? – sin percatarse que, en cierto sentido, contribuyen a exacerbar los ánimos y la insensatez de la gente. Los internautas que fisgonean en las redes sociales suelen responder de manera irracional a cada noticia, descargando su indignación, frustraciones y hasta el fanatismo en esos espacios facilitados por los medios que, como Pilatos, terminan lavándose las manos al advertir sobre posibles censuras a los “post” insultantes de los gamberros mediáticos.
En todo caso, aunque la respuesta militar del ejército israelí ha sobrepasado los límites establecidos en los Convenios de Ginebra y que los palestinos necesitan contar con su propio estado, ser libres e independientes, no menos cierto es que los medios callan los crímenes perpetrados por Hamás y Hezbolá -apoyados por Irán- en nombre de una tal guerra santa, libertaria y justa, que muchos avalan sin entender un carajo del intricado asunto.
Al ignorar las justificaciones inflexibles de la famosa yihad y el acentuado odio de los grupos extremistas, aunque eso signifique asesinar personas inocentes, los mass media y las redes sociales están distorsionando la realidad al crear una marcada tendencia hacia uno de los lados, contribuyendo a la irreflexión de los que se meten de cabeza en las redes como Instagram y “X”; incluso, engendrando los aborrecibles pogromos mediáticos para quienes publican posturas disímiles a las del promedio.
Las masas, que en un principio se mostraron ignorantes como para opinar sobre el problema, de repente se convirtieron a la causa palestina, respaldando implícitamente y por omisión, los asesinatos y secuestros de Hamás en los kibutz fronterizos; enalteciendo el principio de la solidaridad por los sufrientes y predisponiendo disparatadamente una peligrosa animadversión hacia los israelitas alrededor del mundo.
Esa exacerbación mediática trae como consecuencia que las tensiones globales suban de temperatura, al mismo tiempo que influyen en la opinión pública, en los organismos supranacionales y los gobernantes, que poco a poco van tomando sus decisiones según las preferencias de las masas, por distorsionadas que estas sean, pero que marcan tendencias en las redes sociales.
Al enfocarse en narrativas extremas o destacar controversias sin el equilibrio de los contenidos periodísticos, los medios contribuyen a socavar el entendimiento mutuo, a intensificar las tensiones y a fomentar la hostilidad en el mundo. Es necesario decirlo: los medios están obligados a examinar juiciosamente sus publicaciones para impulsar la comprensión global, reducir los malentendidos y estereotipos y cultivar la reconciliación entre las partes en conflicto. No existe otra manera de ver las cosas.
