¿LA MECIDA?

ZV
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14 de diciembre de 2023
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12:13 am
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¿LA MECIDA?

TAL parece que –contrario a la poca atención que el amable público presta a acontecimientos internacionales, aunque igual o ningún interés da tampoco a muchos de los problemas nacionales, de no ser la chismografía de los escándalos– el caso argentino como que ha sido la excepción. Varios –a juzgar por los mensajes del colectivo o los tiktok que comparten en chats, u otras babosadas bajadas de las redes (que raras veces vemos ya que preferimos ilustrarnos con información de fuente más confiable)– se mantuvieron atentos a las distintas etapas de las elecciones en Argentina, desde que supieron que, en el duelo de las extremas, la ultraderecha llevaba un “outsider” tapudo, fustigador de los ñurdos. Así que lo dicho sobre su discurso de toma de posesión con una ligera apreciación de lo que le espera, motivó bastantes reacciones: “Reto grande –mensaje del amigo abogado sobre el editorial de las burbujas que se desinflan– el que enfrenta Milei; por suerte tiene reelección y así demostrar que el país se puede recuperar”.

“Muy difícil situación la de Argentina –mensaje de una empresaria amiga– pero nosotros tampoco nos quedamos atrás”. “No existe varita mágica, pero tenemos que iniciar el despegue sino quedaremos en peor situación que los argentinos”. El viejo amigo constituyente: “La objetividad del editorial de hoy de LA TRIBUNA –¿Las Burbujas?– es impecable”. “Antes que canta el gallo, ya han empezado a aflorar las lágrimas de todos los empleados públicos cesanteados”. “No es justo que los pecados de otros los paguen los inocentes, que no han tenido nada que ver en la creación del desbarajuste”. “Pobre Argentina”. “Dentro de unos pocos días el peronismo todo estará volcado en las calles, exigiendo el imperio de su justicia social, a la cual el “pelusa” le ha declarado la guerra”. Otro lector: “Si algo está claro es que el presidente Milei dice lo que piensa sin tapujos”. “No le pide permiso a la izquierda para mover la derecha”. “Menuda tarea se ha propuesto ese chele despeinado”. “No la tiene fácil, más bien está bien yuca”. “Bueno, tiene la oportunidad de dejarle un país a los argentinos que han pasado del ‘palacio a la choza y de zapato a caite’”. Una incrédula amiga: “Hummmm ya veo que no nos simpatiza el loco”. “La desesperanza o la desesperación nos trae a estos personajes cuyas políticas públicas se ponen a prueba, mientras la derecha está socando para que le funcionen”. La mamá de la incrédula: “Ante esa realidad narrada sin tapujos solo queda la esperanza”. Un cumplido de la amiga abogada: “Qué lindo redacta mi presidente”. Otra contribución: “Increíble editorial. Me parecía ver a Milei hablando, es que la tiene cuesta arriba, con ese rosario de problemas que le espera”. “La situación económica del país es un rompecabezas, es un pueblo acostumbrado a que le den todo, acostumbrado a no trabajar y solo estirar la mano para que el gobierno subsidie millares de barzones”. Un inicio, como diría Gabriel García Márquez: “Crónica de una muerte anunciada”. “Necesitaría, para comenzar, mínimo 2 mandatos seguidos, hacer un plan de seguimiento como lo tuvo Pinochet”. Me encantó la frase: “A veces ganar, es perder”. Hoy aprendí una nueva palabra: “guarismo”.

(¿Tenés opinión sobre eso –entra el Sisimite– que recuperar un país arruinado, como Argentina, no es de la noche a la mañana, sino de dar seguimiento a las medidas en varios períodos administrativos? ¿Ah, y que la suerte de Milei es que allá hay reelección? -Sí, pero no –responde Winston– es que más fácil se deshace un país que arreglarlo. Lo que sucede en el proceso de deshacerlo es que mucha gente no aguanta y emigra; lo que va quedando es una nube de caitudos dependientes de las limosnas del Estado. Hay gobiernos que más bien eso propician ya que la supuesta caridad gubernamental se traduce en agradecidos votantes a la hora de elegir. Así que repartir lo que no es suyo a manos llenas, es el modus operandi político. -Y por lo visto –interrumpe el Sisimite– el “despeinado” no va a repartir sino que quiere arreglar el sistema disfuncional aplicando terapia de shock –medidas drásticas– que, de momento, va a crear mayor necesidad en los necesitados, no se sabe por cuánto tiempo. -Y en el proceso –interviene Winston– las calles se van a calentar, porque la gente quiere su mejoría para hoy no para mañana. Si al momento de la reelección –interviene Winston– no hay notables diferencias, la mecida del péndulo es inevitable; agarra al otro extremo).

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