Conexión morazanista del alcalde Jorge Aldana
¿Vuelven los oscuros malandrines del 80?
Por: Oscar Armando Valladares
Un manojo de factores -familiares, políticos, edilicios- han predispuesto al compatriota susodicho al fomento de la figura de Francisco Morazán, nuestro prócer mayor nacido en Tegucigalpa el 3 de octubre de 1792 y cuyo nombre lleva honrosamente el departamento central del país, también instituciones educativas importantes, como la Escuela Militar y la Universidad Pedagógica Nacional e igualmente el populoso barrio capitalino que otea el cerro Juana Laínez.
La raigambre familiar morazanista del alcalde del Distrito Central deviene de su abuelo paterno Rafael Bardales Bueso, destacado maestro, antólogo del pensamiento pedagógico hondureño, quien a sus pasos por los senderos de la administración pública -como ministro de Educación- promovió la Cátedra Morazánica, vigente desde el 3 de octubre de 1968, cátedra cívica orientada al conocimiento integral de “los grandes esfuerzos, por la unión de Centroamérica y la vigencia de la democracia” del eximio luchador, conocimiento que se estima necesario para formar en las nuevas generaciones al más ferviente culto morazánico”. Más tarde, el profesor Bardales dio a la estampa la obra “Morazán, defensor de la unión centroamericana”, con que se dio a la tarea de librar al héroe y mártir hondureño de las acusaciones vertidas por el periodista guatemalteco Clemente Marroquín Rojas, en una serie de artículos que este plasmó en el libro “Francisco Morazán y Rafael Carrera”.
En sus comienzos Jorge Alejandro Aldana Bardales hizo del barrio Morazán su trinchera política, hallando un apoyo franco del vecindario y la amistad solidaria del hogar formado por Roger Edgardo Valladares, María del Rosario Santos e hijos, en tiempos en que el nieto del profesor Bardales militaba con su padre en las filas -hoy menguadas- del Partido Liberal. En ese barrio centenario alzó vuelo Jorge Aldana, en pos de una curul diputadil y más después en búsqueda de la alcaldía distrital, bajo la andadura política de Rafael Pineda Ponce y José Manuel Zelaya Rosales.
Sobrevino, empero, el cruento golpe de Estado que depuso al presidente Zelaya -con participación bochornosa de dirigentes liberales-, razón suficiente para que el joven Aldana se adhiriera al Partido Libertad y Refundación (Libre), inscrito como nueva bandería el 28 de marzo de 2012. No permaneció inactivo en la inhóspita llanura que devino de los gobiernos de Lobo Sosa y Hernández Alvarado. Con “Mel” y Xiomara Castro, coadyuvó junto a otros dirigentes al avance cuantitativo de Libre, en los comicios generales de 2013, 2017 y 2021, compitiendo como candidato a alcalde en los dos últimos eventos, contando con el aporte y sustento voluntario de sus amigos del “Morazán”. El fraude no amilanó sus aspiraciones, y con el triunfo arrollador de Xiomara Castro, Jorge Aldana pudo arribar a la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC), al frente de la cual se ha impuesto el propósito de realizar una obra integral que implica forzosamente el logro de metas puntuales: mejoramiento de barrios en Comayagüela y Tegucigalpa, servicio de agua potable, vigilancia policial, aseo público eficiente, recuperación del histórico cementerio general, alivio del tránsito vehicular y, desde luego, manejo y uso transparente del recurso monetario que tributan los capitalinos.
En esa dirección, el lunes de esta semana -en el marco del lema Ciudad de buen Corazón- el alcalde inauguró trabajos de remodelación en el citado barrio Morazán, particularmente en la zona denominada Calzada sin sol, pintada y engalanada con motivos navideños, y en la cual alternó en espontánea camaradería con residentes e invitados.
Igual que en otros puntos citadinos, pendientes de acciones y medidas de orden físico y social, los moradores expresaron su confianza en el diligente funcionario municipal, relativa a continuar con los trabajos de reparación de aceras, calles y avenidas, tal y como pormenorizó en el cálido lugar en donde -hace 25 años- inició su fructífero quehacer político.
