DOS SIGLOS DE PERIODISMO EN HONDURAS

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16 de diciembre de 2023
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DOS SIGLOS DE PERIODISMO EN HONDURAS

Desde el primer periódico, la radio y la televisión, hasta las redes sociales y la pandemia de 2019-2022

Juan Ramón Martínez

El primer periódico de Honduras fue fundado por el gobierno. Privaron entonces más las necesidades del gobierno que las de los productores interesados en promover las virtudes y oportunidades de sus productos o servicios; o de los intelectuales, para difundir sus ideas y propuestas. Se llamó “La Gaceta” y circuló por primera vez el 25 de mayo de 1825. Tenía cuatro páginas. Honduras era la provincia más pobre de Centroamérica. Y, Centroamérica la más pobre del continente. La población de Honduras era de 125,000 habitantes y las principales ciudades eran Tegucigalpa, Choluteca, Santa Bárbara, Yoro, Trujillo y Gracias. La costa norte era una zona pantanosa, con más serpientes y sancudos que bosques incluso. Comayagua, la capital, no tenía más de 7 mil habitantes, en tanto que Tegucigalpa, era habitada por 6,500 personas. No había una sola carretera y tampoco funcionaba una universidad. En Comayagua, dirigido por la Iglesia católica, funcionaba el “Colegio Tridentino”, formando sacerdotes, abogados y, apurados tinterillos. Los jesuitas, no quisieron abrir una universidad en Honduras, porque había pocos estudiantes y sus padres eran pobres. El porcentaje de alfabetizados no pasaba del 9%. de sus habitantes. De modo que el contenido del periódico estaba determinado por las necesidades del gobierno: publicación de las disposiciones judiciales, las nuevas leyes y las órdenes referidas a nombramientos; o concesiones. Mineras, la mayoría. De tarde en tarde muchos años después, se incluyeron artículos de opinión, poemas o notas sociales sobre los onomásticos de los gobernantes o sus familiares. De modo que sus lectores fueron burócratas, políticos, abogados o funcionarios judiciales, así como algunos intelectuales que empezaban a despuntar en el erial desolado que era la Honduras de entonces. Es probable que las ediciones mensuales no pasaran de 500 ejemplares, editados en una imprenta manual comprada en Guatemala. El jefe del Estado era entonces, Dionisio de Herrera y el presidente del Congreso el padre Donaire.

En 1847, Juan Lindo fundó la Universidad Central de Honduras. Poco después se publicó el primer libro, “Rudimentos de Aritmética”, obra de Dardano, un italiano que había recalado en las costas hondureñas. Durante el periodo de la inestabilidad que provocó el asesinato de Guardiola por un miembro de la “Guardia de Honor”, se dio el caso en que el país tuvo dos gobernantes, uno en la capital y el otro, corriendo entre los valles y las montañas, dirigiendo tropas, disparando a los fantasmas que les perseguían y con la imprenta a lomo de mulas, en las que se editaba “La Gaceta”, de modo que en los archivos hay dos periódicos gubernamentales, de una misma época convulsa: el “legítimo” y el “revolucionario”.

Los periódicos semioficiales y el de la Iglesia católica
Al final de este periodo y durante la reforma liberal, se produjo un cambio notable: junto al periódico oficial que siguió llamándose “La Gaceta” -en una continuidad que el gobierno no se refleja en otras actividades— circulan los llamados periódicos semi oficiales: “La Industria”, “La Paz”, “La Unión” y “Guacerique”, editadas en los talleres públicos, dirigidos por personalidades vinculadas al régimen. Los dirigen figuras destacadas de la intelectualidad emergente como Vallejo, Zúniga, Rómulo E. Durón o Ramón Rosa Rosa, vinculados con el régimen de turno. La Iglesia católica tuvo en este periodo su primera publicación, “El Amigo del Pueblo” que años después fue sucedido por “Fides”, el periódico privado más antiguo -de publicación continua- de todo el país. Durante el gobierno de Luis Bográn, Policarpo Bonilla, animó la primera iniciativa privada para publicaciones no oficiales. Fundó “La Prensa Popular”, una sociedad mercantil para facilitar las publicaciones periódicas. La revolución liberal, acaudillada por el mismo Bonilla trajo consigo el concepto que había que respetar los derechos de imprenta y de opinión. Y el desarrollo de las fuerzas capitalistas, animó la publicación de periódicos diarios, seminarios y revistas en muchas ciudades del país. “La Luz”, semanario católico de Santa Bárbara, dirigido por Celso Reyes, fue la primera de estas publicaciones departamentales, con alguna difusión entre los sectores católicos de todo el país.

A finales del siglo XIX, y principios de siglo XX, “existían en Honduras los periódicos: La Gaceta, el Pabellón de Honduras, La Unión, El Diario, El Cronista y el Diario de Honduras, en Tegucigalpa; El Pueblo en Comayagua; La Paz en Juticalpa; El Piloto en Danlí; El Eco de El Paraíso, en Yuscarán; El Occidental, en Santa Rosa de Copán; La Propaganda en Santa Bárbara, El Municipal en La Ceiba y El Pacífico en Choluteca” (Víctor Cáceres Lara, Astillas de Historia, 1992, página 62).

Johnny Lagos.

Periodismo independiente y periodismo político
A principios del siglo XX, nace la prensa independiente. Hasta entonces, los periódicos eran del gobierno y los periodistas, políticos vinculados o enfrentados con el régimen de turno. De la actividad de estos últimos, surgirán los primeros brotes de críticas periodística y de consiguiente, independencia en el ejercicio de la libertad. “Sin lugar a dudas, fueron los periódicos “El Diario” y “El Cronista”, dirigidos respectivamente, por los señores Adolfo Miranda y Juan Ramón Molina, los únicos que exhibieron carácter de independencia y los que dejaron registro de las noticias más importantes que en aquellos tiempos difíciles se generaban en el mundo, en Honduras y especialmente en Tegucigalpa. Ambos periódicos sostuvieron una pugna tenaz y encarnizada, que terminó cuando Alejandro Miranda vendió El Diario a los señores G. C. Perry y Sergio Luzky y se sepultó definitivamente cuando el coronel José María Valladares adquirió ambos periódicos, los fusionó y puso este bajo la dirección de Juan Ramón Molina, el tremendo polemista, crítico literario estilo Fray Candil y mordaz censor de las costumbres de la época”. (Cáceres Lara óp. Citada, pág. 62).

El desarrollo capitalista de la costa norte, fruto de las operaciones bananeras, animó la publicación del mayor número de diarios y semanarios en toda la historia. En las primeras tres décadas en La Ceiba, se editaron dos diarios “El Heraldo” de Amílcar Cruz Garín, “El Atlántico”, de Ángel Moya Posas. Y muchas publicaciones semanales. En Tela, se publicó “El Factor Social”, “experimento socialista” al decir de Rafael Ángel Elvir. En 1910, llegan a Tegucigalpa los hermanos Monterroso. Uno era periodista. El otro militar. Vinieron de Guatemala. Ambos, animaron la oferta de servicios de impresión, instalando máquinas impresoras en Tegucigalpa y La Ceiba. En 1916, llegó a aquella ciudad el colombiano Porfirio Barba Jacob. Fundó y dirigió el semanario “Últimas Noticias”, ejemplo de imaginación y creatividad, para el oficio periodístico que, a estas alturas, nadie ha superado. En tanto en Tegucigalpa, en 1913, se había fundado “El Cronista” en el que Paulino Valladares introdujo el editorial diario por medio del cual, el director periodístico daba sus opiniones, puntuales sobre la realidad. Fue un gran avance en el periodismo y la primera oportunidad en que los periodistas influyeran en la formación de partidos y el fortalecimiento del liderazgo de Tiburcio Carías Andino. Después del fallecimiento de Valladares en 1926, las figuras más importantes del periodismo nacional fueron Alfonso Guillén Zelaya y Julián López Pineda. La obra cumbre de López Pineda fue el diario “El Día”, que empezó a circular en 1948. En la década de los veinte había fundado y dirigido “El Sol”.

La década de los treinta, la mejor primera época del periodismo
En la década de los treinta del siglo XX, las figuras del periodismo fueron Alfonso Guillén Zelaya, Julián López Pineda, Fernando Zepeda Durón, Vidal Mejía, Oscar Flores y Alejandro Castro. En la década siguiente hay que agregar a Alejandro Valladares, Ventura Ramos, Jorge Fidel Durón, Alejandro Castro hijo, Serapio Hernández Castellanos, Martín Baide Galindo, Eliseo Pérez Cadalso, Herman Allan Padgett, Manuel Gamero, Óscar Acosta, Víctor Cáceres Lara, Wilfredo Mayorga, Mirtha Torres de Mejía, Nora Landa Blanco, Gerardo Alfredo Medrano, Gustavo Acosta Mejía, Rodolfo Brevé Martínez, Napoleón Mairena Tercero, Roberto Díaz Lechuga, Rodrigo Wong Arévalo, Mario Hernán Ramírez, Pedro Aplícano, Alexis Zúniga Alemán, Adolfo Hernández, Eduardo Riedel, Adán Elvir Flores, Filadelfo Suazo, Pedro Aplícano Mendieta, Amílcar Santamaría, Francisco Morales, Ramón Villeda Bermúdez, Ramón Oquelí, Medardo Mejía, Alejandro Castro hijo, Ramón Amaya Amador, Víctor Meza, Dionisio Romero Narváez, Martín Baide Urmeneta; y otros más.

Al final de la década de los cuarenta los partidos políticos de oposición fundan y mantienen periódicos partidaristas. Julián López Pineda funda “El Día” para respaldar el gobierno de Juan Manuel Gálvez. La Época –que hasta entonces había sido el principal apoyo ideológico del régimen de Carías— se convirtió en el vocero del Partido Nacional; el Partido Liberal funda el diario “El Pueblo” y el Movimiento Nacional Reformista (MNR) “Prensa Libre”. En 1953, reapareció “El Cronista” que le dio al editorial diario, una orientación de crónica literaria y política, que nadie ha continuado hasta la fecha. Los sesenta, se introduce el offset y se desarrolló el periodismo radial y televisivo. Aparecen semanarios muy influyentes como “El Chilillo” y “El Semáforo” de Armando Zelaya y Pedro Aplícano Mendieta, respectivamente. Herman Allan Padgett le da impulso al periodismo de humor, con “El Travieso”. Vicente Machado Valle hijo, creó el primer noticiero de la televisión, -Tele rápidas- y con HRN, Radio América, Radio Centro y Radio Comayagüela, despunta el periodismo radial, de enorme influencia entre la población nacional. HRN, encabeza la cadena Emisoras Unidas y el periodismo radial en los años sesenta del siglo pasado se vuelve moderno, relevante e influyente. Radio América tiene un enorme despliegue y disputa con Emisoras Unidas el favor de la audiencia. Un poco tiempo después, Telecentro, inicia y consolida el periodismo televisivo. Actualmente, Televicentro, Canal 10, HCH, Tele Progreso, Maya Televisión y otras cadenas televisivas compiten y superan a los periódicos en la transmisión de noticias especialmente, las relacionadas con acciones irregulares. Al principio de los veinte del siglo XXI, las redes sociales aumentan esta influencia y velocidad. El uso del teléfono móvil hace periodistas y camarógrafos a todo el mundo que esté cerca de un acto singular. Con el riesgo que supone tal cosa, para la verdad y las intenciones de la información.

Gobierno y periódicos, algunas veces enfrentados
El principio fueron disgustos que, se manejaron discretamente. En 1916, durante el gobierno de Bertrand, se produjo la primera confrontación entre un periódico y el gobierno. Ocurrió que, Bertrand, animado por los intelectuales antigermanos, resistieron las decisiones del Vaticano que había reorganizado la Iglesia católica de Comayagua, argumentando que, “nuevos obispos, significaría cargas adicionales para el pueblo”. (Honduras, las fuerzas del desacuerdo, Juan Ramón Martínez). En la controversia, varios clérigos alemanes y de Costa Rica, fueron expulsados de Honduras y cerrado el semanario católico “El Amigo del Pueblo”. Fue la primera confrontación política en que el gobierno, para imponer su imperio, cerró un periódico. El impacto es tal, que la Iglesia católica, solo hasta el 25 de mayo de 1959, puso en circulación “Fides”, que actualmente es el decano de la prensa nacional. La segunda confrontación, se produjo en 1968, en que el gobierno de López Arellano requisó la edición de “La Prensa” de San Pedro Sula; y, obligó a la sociedad que lo editaba a que, para seguir circulando, debieron modificar su estructura accionaria, de modo que los políticos y empresarios de la izquierda democrática liberal, vendieron sus acciones a empresarios de confianza de los militares. Así, La Prensa volvió a circular y el grupo de Jaime Rosenthal Oliva, Edmond Bográn, Panting, Pastor Zelaya y otros, vendieron sus acciones. Después, fundaron Tiempo, el Diario de Honduras. Este periódico, en el gobierno de Ricardo Maduro, fue impedido de continuar circulando cuando las empresas que lo respaldaban, fueron clausuradas en una decisión que todavía sigue en proceso de discusión en los tribunales de la República.

Las revistas, literatura, historia, deportes
Las primeras revistas se publicaron en Honduras a principios del siglo XX. La primera fue “La Revista de la Universidad” fundada por la Universidad Central de Honduras. Oficialmente en circulación, aunque con ediciones sin fecha de aparición. La UPN, ha tenido una revista, ahora con su circulación interrumpida. Froylán Turcios fue el iniciador de las publicaciones periódicas, en forma de revistas, animadas por particulares. Juventud Hondureña, Esfinge y Ariel son las más famosas. Le han dado seguimiento a esta labor, Medardo Mejía, Óscar Acosta, Carlos Manuel Arita, Felipe Elvir Rojas, Roberto Sosa, Helen Umaña, Julio Escoto, Antonio Bermúdez, Roberto Quesada, Manuel Salinas, Segisfredo Infante y Juan Ramón Martínez. “La Revista Tegucigalpa” fue la más famosa de su género. Obra de Alejandro Castro. Alrededor de ella, se forjó el primer grupo literarios, después de la generación del Renacimiento, la generación de 1935. En sus páginas, también se forjaron los periodistas y literatos nacionales que hicieron armas en las generaciones del cuarenta y cincuenta. Destacan, además, “Correo Literario”, “Pegaso”, “Presente”, “Extra”, “Sucesos”, “Vistazo”, “Blanco y Negro” “Política”, Alcaraván, “Imaginación”, “Tragaluz”, “18 Conejo”, “Tiempos Modernos”, Hibueras, “El Búho del Amanecer”, “Caxa Real” y otras. Especializada en temas económicos, hay que señalar que, durante muchos años, Joaquín Medina Oviedo mantuvo en circulación la revista “Cambio Empresarial”, e introdujo la innovación de brindar a sus anunciantes y lectores conferencias puntuales sobre la situación política y económica del país. En este mismo tema, la UNAH, por medio de su centro de estudio especializado, ha mantenido publicando una revista especializada, especialmente cuando estuvo bajo la dirección de Víctor Meza. La última revista general en circulación, es “Hablemos Claro”, dirigida por Rodrigo Wong Arévalo. Durante más de 20 años, visitó semanalmente los hogares hondureños. La “mató” el COVID-19. Solo queda formalmente, “Presencia Universitaria” de la UNAH. De esporádica aparición en papel. Constante en formato digital. Y revistas sociales, y de negocios, la mayoría en ediciones, igualmente digitales.

El tema deportivo, ocupó inicialmente poco espacio en los periódicos y revistas. Después de 1965, el deporte se convirtió en una sección importante. Hoy compite con la nota roja. Por primera vez, circulan periódicos especializados. El espacio de la crónica social, se ha ampliado en las últimas décadas. Y las crónicas sobre la vida de artistas, nacionales y extranjeros son muy importantes en la oferta a los lectores, sin que se haya investigado su pertinencia y utilidad.

El tema histórico, empezó a ser tratado en forma constante por el diario “El Día”, de Tegucigalpa. Víctor Cáceres Lara es el iniciador de este subgénero que, pese a su importancia en la forja del relato colectivo, no ha podido superar los espacios ocupados por las crónicas policiales. O la nota rosa. El diario “La Tribuna” tiene la más antigua sección histórica en la historia nacional y centroamericana. Las secciones literarias más importantes, han aparecido en El Tiempo, La Prensa, El Heraldo y La Tribuna. “Anales Históricos”, es la sección histórica, del Diario “La Tribuna”, con más continuidad en la historia del periodismo hondureño. Le sigue, La Tribuna Cultural, en el mismo Diario La Tribuna.

En la década de los sesenta del siglo pasado, empezaron a circular los periódicos dominicales. El iniciador fue el Cronista Dominical de Tegucigalpa. Lo dirigía Salvador Valladares, hijo de Alejandro Valladares y nieto de Paulino Valladares. A finales del siglo XX Tiempo puso en circulación edición dominical. Después, La Prensa, La Tribuna y El Heraldo. Estos periódicos, suprimieron la edición dominical en papel. Solo la mantiene en formato digital La Tribuna. La Prensa, El Heraldo tienen un suplemento que circula los sábados, — “mi finde”– que incluía hasta hace poco una edición en español del New York Times. Ahora se ofrece en Faceboock.

Periodismo de vocación y periodismo universitario
Los grandes periodistas hondureños, han sido en forma mayoritaria, literatos y abogados. Álvaro Contreras, Juan Ramón Molina, Froylán Turcios, Rafael Heliodoro Valle, Medardo Mejía, Vidal Mejía, Julián López Pineda, Oscar Flores, Alejandro Castro, Alejandro Valladares, Ventura Ramos, Manuel Gamero, Vicente Machado Valle, Adán Elvir Flores, Wilfredo Mayorga, Jacobo Goldstein, Amílcar Santamaría, Gustavo Acosta Mejía, Gerardo Alfredo Medrano, Oscar Acosta, Mario Hernán Ramírez, Nahúmn Valladares, Rodrigo Wong Arévalo y otros, han sido periodistas de vocación. Los primeros periodistas universitarios, aparecieron en la década de los cincuenta del siglo pasado. Nora Landa Blanco fundó un periódico que dirige con éxito inicial. Había estudiado en los Estados Unidos. Igualmente estudió periodismo en Harvard, Francisco Paredes que nunca ejerció. Era hijo de Salvador Paredes, político liberal, candidato a vicepresidente en fórmula de Zúñiga Huete en 1932. Después, se graduaron en España, Filadelfo Suazo, Ricardo Flores y Alberto García Mardder. En 1971, la UNAH, creó la Facultad de Periodismo. Los primeros egresados fueron: Martha Lidia Reynaud, Magda Argentina Erazo, Armando Cerrato Cortés, Juan Ramón Durán, Patricia Murillo, Ramón Murillo Cantoral, Lilian López Carballo y Francisco Medina Argeñal. La mayoría de los directores de los diarios, son universitarios, pero graduados en otras carreras. Derecho, especialmente. Otros, desde el trabajo periodístico, se han graduado de periodismo, obligados por la normativa de exclusividad del oficio.

El periodismo en inglés, una experiencia interrumpida
En la década de los noventa, Honduras experimentó cambios políticos, producidos por la guerra centroamericana, en la que Estados Unidos y Rusia se implicaron en una pelea por el territorio de la región. Se peleó en Nicaragua, El Salvador y Guatemala, al tiempo que en Honduras, sirvió como zona de descanso para las guerrillas y de entrenamiento para los militares salvadoreños y de refugio y apoyo para la contra revolución en Nicaragua. En este escenario, Mario Gutiérrez Minera fundó, en Tegucigalpa, con distribución en todo el país, el semanario “Honduras, This Week”. Circuló hasta principios de siglo XXI.

El Libertador, un ejemplo de periodismo crítico, con apoyo local y exterior, privado
El 20 de mayo de 2003, Johany Lagos, que había hecho periodismo reporteril en un diario capitalino, creó el mensuario “El Libertador”. Inauguró una nueva forma de hacer periodismo crítico; y cumplir la función de vigilar el aparato público desde la sociedad civil. Por su naturaleza crítica, no ha contado con el respaldo de los empresarios que tienen negocios inevitables con el gobierno de turno. Por ello, ha recibió complementariamente, apoyo de filántropos del extranjero. (Díaz Arrivillaga, Autobiografía: los ideales y las vacilaciones de un caminante)

Regreso del periodismo palaciego para hacerle propaganda al gobernante
Durante el gobierno de Manuel Zelaya Rosales, circuló “Poder Ciudadano”, seminario gubernamental en el que se ofrecieron hasta 2009, noticias y opiniones favorables al régimen. En el gobierno de Xiomara Castro, en 2021, nuevamente circuló el semanario político para hacerle propaganda al régimen. Se trata de “Poder Ciudadano” que circula preferentemente entre los seguidores y militantes del Libre, el partido gobernante. Es el equivalente de “La Época”, en tiempos de Carías Andino. Más perfeccionado en el ejercicio del halago, el atropello de los adjetivos y la construcción del falso relato histórico gubernamental.

El periodismo Digital, el “COVID-19” y el periodismo dependiente del control del gobierno y otras amenazas
Desde 2017, el país fue estremecido por la polarización que produjo la reelección de Juan Orlando Hernández que después de su primer periodo legal, irrespetando la Constitución de 1982, impuso su voluntad; y gobernó por cuatro años más. Esta decisión, movilizó a las fuerzas opositoras y creó bloques de resistencia que, provocaron un cambio profundo en el periodismo. Unido a este hecho, se enfrentó la sociedad al encierro de su población por el “COVID-19”. Y dos tormentas que afectaron seriamente la estructura vial y productiva, le dieron golpes fuertes a la economía nacional. La actividad productiva se contrajo bruscamente. Los periódicos dejaron de percibir publicidad de la empresa privada, como efecto de la contracción de la actividad económica y el gobierno se impuso como anunciante, con los resultados todavía no evaluados. El gobierno, contrata publicidad en los medios cercanos y se la niega a los críticos. Volvió la venta de silencios, el comercio de los halagos, con efectos negativos para la libertad de prensa y de opinión. La pandemia, estimuló la aparición y popularidad de los medios digitales, al tiempo que la mayoría de los periódicos impresos suprimieron sus ediciones dominicales, eliminaron secciones culturales, quedando solo la publicación digital. En fin, circulan cinco diarios impresos: La Prensa El País, Diez, en SPS; y en Tegucigalpa, La Tribuna, El Heraldo y el semanario Fides, el decano de la prensa nacional. Los diarios mencionados, han tenido que enfrentar la competencia de las redes sociales, en donde “Facebook”, Instagran, TikTok, Telegram y otras, captan anuncios de los negocios privados. Permitiendo el énfasis de la actividad partidaria, al ser usadas por las corrientes políticas para crear opiniones favorables, o negativas entre el electorado, por medio del cultivo de las emociones. Frecuentemente, recurren al desprestigio de sus adversarios. La alteración de la verdad de los hechos, es su fuerte. Los gobiernos de JOH y el de Xiomara Castro fueron muy activos en esta ruta. Se sabe que el gobierno de Castro emplea a más de 300 personas, dedicadas a producir cuentas falsas y divulgar mensajes en contra de críticos y adversarios. (Celia Puosset). La rapidez, la belleza de las imágenes, el sonido y la repetición, constituyen herramientas difíciles de enfrentar por parte de los periódicos tradicionales. Como decíamos, ahora, todos somos periodistas, especialmente en el registro del evento violento; o el piropo a los caudillos y líderes políticos. O a los funcionarios públicos, especialmente policías y militares La ciudadanía, recibe más información que nunca antes. Sin control y de dudosa calidad.

Los periódicos digitales, se han desarrollado mucho en los últimos cinco años. El primero, “Hondu Diario”, mantiene su liderazgo, respaldado por lectores que le son fieles. Además, circulan en la red, “Proceso Digital”, “Tu Nota”, “Tiempo.hn”, “Contracorriente.red”, “En alta Voz.com”, “El Pulso.hn”. “Presencia Universitaria”, “Paradigma.hn”, “Abriendo Brecha hn” en la capital, y otros más en las ciudades del resto del país: “El Comejamo”, en Olanchito y “Diario Roatán”, Islas de la Bahía. Es evidente que los periódicos en papel enfrentan la crisis, sirviendo en la mayoría de los casos, como voceros oficiosos de las actividades gubernamentales, especialmente de la Policía y de las Fuerzas Armadas. La crónica roja es la que más ha crecido después de la pandemia. Además, se produjo un fenómeno adicional, los editores de los periódicos han sustituido a algunos directores, imponiendo un alineamiento de los periódicos, en dirección a evitar conflictos críticos con el régimen. (Pildoritas, La Tribuna, Tegucigalpa).

Este alineamiento y la autocensura consiguiente, es más notorio en los periódicos en papel. Solo queda, el área más libre, múltiple e independiente, que constituyen las páginas editoriales, en donde los columnistas todavía tienen libertad. El editorial, atento a las realidades que animara Oscar Flores, en algunos periódicos es sustituido por la crónica del editor, interesado en darle la menor atención a las realidades como fórmula para lograr que los hondureños puedan capear la crisis económica y política que amenaza con alterar la tranquilidad de la sociedad. Ejerciendo la práctica rural de cantar y silbar en la noche, para derrotar a los miedos irracionales. La crisis de la prensa, es probablemente el anuncio de la incapacidad de la sociedad, para evitar la crisis política general que amenaza la existencia del país. Empujándolo a la guerra civil. Y una expresión de la perdida de la libertad para escoger incluso la información cercana a la verdad. Tegucigalpa, agosto 5 de 2023

Bibliografía:
Víctor Cáceres Lara, Astillas de Historia, Fondo Cultural Banco Atlántida, 1992
Juan Ramón Martínez, Honduras, Las Fuerzas del Desacuerdo, Editorial Universitaria, 1975
Juan Ramón Martínez, Barba Jacob y su paso por Honduras, Ediciones 18 Conejo, Tegucigalpa, 2007
Lucas Paredes, Drama Político de Honduras, Editora Latinoamericana, México, 1959
E. Martínez López, Biografía del General Francisco Morazán, tercera edición, Álbum Morazánico, Tegucigalpa 1942
Juan Ramón Fúnez Herrera, Historia de San Jorge de Olanchito, Editorial Universitaria, Tegucigalpa, 1995
Efraín Díaz Arrivillaga, Autobiografía: los ideales y vacilaciones de un caminante, Lithopress, 2023

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