Las inspiradoras navidades de don Mincho

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20 de diciembre de 2023
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12:32 am
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Las inspiradoras navidades  de don Mincho

Óscar Lanza Rosales

En la temporada navideña, que debe estar marcada por la paz y el amor, especialmente para quienes compartimos la fe cristiana, y temporalmente dejando de lado los desafíos cotidianos que enfrenta el país y el mundo, me permito compartir algunas de las historias que figuran en la biografía de don Benjamín Membreño Marín, publicada en octubre de 2022, donde destacó sus notables logros como empresario, funcionario público y voluntario, en áreas como la agricultura, la promoción de empresas (principalmente en artesanía), el algodón, la Asociación Nacional de Industriales, el crédito educativo, la primera filarmónica nacional y la privatización agrícola, entre otras. En esta ocasión, deseo resaltar, con motivo de estas festividades, la atención que don Benjamín dedicaba a la celebración navideña. Su espíritu alegre, ocurrente, lleno de simpatía y su firme creencia de que, para alcanzar una mayor productividad y rendimiento en los centros de trabajo era esencial crear un ambiente de armonía y motivación entre los empleados.

Desde su adolescencia, don Mincho cultivó este espíritu, cuando sus padres se establecieron en Siguatepeque y fundaron el Hotel Honduras, donde le encomendaron sembrar flores en todos los espacios libres del hotel. Y en Navidad, cumpliendo los deseos de su padre, que importaba juguetes para repartirlos entre los niños menos afortunados del lugar, los guindaba en las ramas de un frondoso árbol que había en la plaza central, hasta donde se trepaban los niños para escoger el suyo, con el sumo cuidado de don Benjamín, para que nadie sufriera un accidente.

Esa etapa lo marcó para festejar con mucho entusiasmo las navidades con su señora madre, doña Guadalupe Marín e hijos que, junto a sus hijas mayores, llegaron a ser reconocidas como buenas cocineras, con deliciosas recetas de familia, sobre todo de los tamales y pierna de cerdo horneada, que -según me han dicho varios parientes- siguen conservando esas recetas.

Don Mincho, ya casado con doña Chayo, y con sus hijos, se iban a pasar la Navidad en la hacienda que tenían en Jesús de Otoro, fiestas que, según me contaba Benjamín hijo, ya fallecido, lo celebraban con el sacrificio de un jolote, siguiendo todo un ritual, ya que primero lo embolaban para luego llegar al desenlace.

Ya como director, gerente o presidente de las instituciones, quien lo describe bien es el periodista Sigfrido Pineda Green que trabajó con él, al manifestar que “era un hombre muy afable en todos los eventos y en las celebraciones internas de la institución, principalmente en las navideñas. Fomentaba mucho el compañerismo entre su personal. Gustaba mucho de la camaradería. Era muy alegre en esas celebraciones y las conversaciones de aquel hombre que era serio en ciertos momentos de la relación laboral se diluían. Se tornaba espontáneo y jocoso”.

Sobre lo manifestado por Pineda Green, el mejor ejemplo es Educrédito, en que don Mincho creó un ambiente festivo y familiar, reconociendo y agradeciendo a todos los actores claves que contribuían al éxito de la institución, como los donantes, directivos, prestatarios, personas especiales y empleados, y para ello estableció dos celebraciones fijas en el año, la del aniversario, que se hacía en lugares especiales y la de Navidad, que, por lo general, la celebraba con sus empleados en su casa, para otorgarles distinciones por antigüedad o excelencia en su trabajo, invitados con sus respectivos cónyuges e hijos, de quienes siempre estaba pendiente don Mincho, sobre todo del avance en sus estudios, recomendándoles a sus padres, disfrutarlos y poner el mayor esmero en su crianza y educación, porque decía: ¡ellos son los lirios de la vida!

Revisando su biografía, también he detectado que las exposiciones agropecuarias e industriales en la capital, San Pedro Sula y Catacamas, como ministro de Agricultura, siempre las programaba para el mes de diciembre como un evento de entretenimientos de los habitantes de estas ciudades, para dar a conocer los logros como en inseminación artificial, exhibición de sementales de razas importadas, premiación a los mejores expositores y a los medios y otras instituciones nacionales e internacionales por el apoyo recibido. Actividades que las ampliaba con la participación de los alumnos de las escuelas y colegios de la localidad para que tuvieran la oportunidad de exhibir sus trabajos manuales, muy de moda en aquella época en esos centros escolares.

Inspirado en ese legado navideño de don Mincho, envío un cálido saludo a mis familiares, amigos y lectores, deseándoles una hermosa y bendecida temporada navideña llena de felicidad, risas compartidas y solidaridad. ¡Feliz Navidad a todos!

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