Después del gran carnaval montado por la hinchada azul en el primer duelo de la gran final, la marea olimpista como de costumbre no se quedo atrás, en esta ocasión además romper toda expectativa, el ambiente de locura y color, antes y durante el partido de finalísima, fueron los ingredientes adicionales para convertir el duelo en una verdadera fiesta deportiva.
Los colores blancos y rojo tiñeron las calles aledañas al estadio capitalino, mareas de aficionados desde tempranas horas realizaron enormes filas , unos intentando llegar a los alrededores del escenario y otros tratando de ubicarse en las principales localidades, no era para menos, se enfrentaba la rivalidad más importante del fútbol hondureño en uno de los partidos con mucho mayor morbo, debido al épico enfrentamiento entre los argentinos Pedro Troglio y Diego Vázquez.
