GOTAS DEL SABER (107)

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23 de diciembre de 2023
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GOTAS DEL SABER (107)

Juan Ramón Martínez

I
“Desde la ocupación de la provincia (de Honduras), la tasa de mortalidad de los nativos siempre se mantuvo alta. En su afán de evitar su desaparición, la corona adoptó medidas entre ellas la creación del cargo de Protector de Indios, que tenía por objeto poner límite a las vejaciones que soportaban los indígenas, y que los estaban exterminando en todo el continente. El licenciado Cristóbal de Pedraza ocupaba la chantría de la catedral de México cuando fue nombrado protector de indios de la gobernación de Higueras y Cabo de Honduras, el 17 de noviembre de 1537. Pedraza llegó a Honduras al siguiente año, y no consideró oportuna la actuación de las cuadrillas guatemaltecas en la gobernación, dado que los vecinos de Guatemala que entraban a Honduras saqueaban a los indios locales, y si así hacían sin ser esa su gobernación, temía peores consecuencias en caso que entrasen en mayores cantidades”. (Aguiluz Milla, 1994: 23—27 y 95, citado por Pastor Gómez Zúniga, Minería Aurífera, esclavos negros y relaciones interétnicas en la Honduras del siglo XVI (1524—1570, pág. 99)

II
“Los proyectos hostiles de Tinoco se disiparon con la misma facilidad que los disturbios de San Salvador. El Puerto de Omoa se volvió a unir a Guatemala en virtud de una contra –revolución que verifico la guarnición de aquella plaza el 1 de diciembre de 1821. Otro tanto sucedió en Trujillo a mediados de enero siguiente. Estos reveses y la noticia que ya habían penetrado en el territorio de Honduras las fuerzas de San Salvador y Chiquimula habían salido para proteger los pronunciamientos de Tegucigalpa, intimidaron a Tinoco que desistió de sus miras, dimitió el mando de la provincia y no volvió a figurar más. La diputación provincial de Comayagua le comisionó para que pasase a México a informar a Iturbide de todas estas ocurrencias, permaneciendo disidente aquel partido a influencia del canónigo don Nicolás Irías y de don Juan Lindo que sucedieron a Tinoco en el mando” (Alejandro Marure, Bosquejo Histórico de las Revoluciones de Centroamérica, Tomo I, págs. 11, 112)

III
“El 9 de diciembre de 1842 el gobierno de El Salvador por medio de nota firmada en Moncagua, comunicó al gobierno de Honduras que en la barca Coquimbo había arribado al Puerto de la Libertad el General Isidoro Saget acompañado de ciertos oficiales y de una tropa de 206 individuos, último resto de las fuerzas que habían sostenido al general Francisco Morazán en el Estado de Costa Rica. Decía la nota en referencia que el general Saget se proponía solicitar asilo en El Salvador para él y quienes le acompañaban, que haría cesión de la barca en que habían hecho su traslado y entregaría el armamento que traía el cual era propiedad de Morazán. El mismo Saget según la nota, había enviado al gobierno salvadoreño muchos y extensos documentos vindicándose por el no cumplimiento del convenio de Puntarenas”. (Víctor Cáceres Lara, 411)


IV
El final del siglo XIX, se caracterizó por la inestabilidad de la vida política hondureña. No solo disputaron las fuerzas políticas internas y se enfrentaron entre sí los caudillos políticos locales, sino que, además, fue un período en que intervinieron – como lo seguirían haciendo en las primeras décadas del siglo XX, hasta 1954–, otras naciones centroamericanas. Y después Estados Unidos. El 23 de noviembre de 1872, fue depuesto el presidente José María Medina, uno de los tres hombres que más tiempo han gobernado al país, por un golpe militar, según Lucas Paredes, y que, nosotros consideramos alzamiento militar, encabezado por Ponciano Leiva. Tres años después, el 16 de diciembre de 1875, Ponciano Leiva es depuesto por un movimiento revolucionario acaudillado por José María Medina. El 1 de diciembre de 1891 Leiva recibe la Presidencia de la Republica de manos del Luis Bográn, el que, al día siguiente, se retira a su casa de habitación en Santa Bárbara, después de haber sucedió a Marco Aurelio Soto y encabezado el gobierno en sus periodos elegidos por el pueblo hondureño. Dos años después, Policarpo Bonilla, apoyado por el gobierno de Nicaragua, invadió el 24 de diciembre de 1893 a Honduras. Un día después, aprovechando un error diplomático del gobernante hondureño Domingo Vázquez, el gobierno de Nicaragua declaró la guerra a Honduras. Se había iniciado el movimiento político y liberal conocido como Revolución Liberal de 1894.

V
El 19 de diciembre de 1881 se creó el departamento de Colón, segregando de Yoro los municipios de La Ceiba y Nueva Armenia, uniéndolo a La Mosquitia hondureña y elevando el Puerto de Trujillo al rango de cabecera departamental. 21 años después, como efecto del crecimiento poblacional y económico de la zona, por la presencia de la industria bananera en la región, se creó el departamento de Atlántida con La Ceiba como cabecera departamental. Esta ciudad fue a principios del siglo antepasado, la ciudad de mayor crecimiento económico del país, con más pujanza y fuerza que San Pedro Sula.

VI
“El 5 de abril de 1900 a las 11 de la mañana se presentó en las oficinas de (Juan Ramón) Molina el oficial Francisco Flores, quien, a nombre del comandante de armas y gobernador político de Tegucigalpa, coronel Guadalupe Reyes, lo citó para comparecer inmediatamente al cuartel San Francisco. Al llegar a este sitio, testigo de la mar de cosas, el comandante lo invitó a pasar a un cuarto cuyas puertas entrecerró. Cumplida esta formalidad, dijo a Molina, en forma brusca y violenta: Estoy dispuesto a darle una gran fregada si continúa atacando al gobierno. Sepa que soy amigo del presidente, y que no soportaré que se le ataque. Yo sé que usted es hombre; pues yo también lo soy, y estoy dispuesto a matarme en cualquier terreno. Sos muy abusivo. Se les da toda la libertad de imprenta y lo que hacen es atacar al gobierno. Ya se lo digo: le voy a dar una fregada. Molina, sumido en el estupor, asombrado de la actitud violenta del funcionario, no respondió una palabra. Esto quizá exasperó a Reyes, quien continuó: Da el gobierno libertad de imprenta, y ellos atacándolo sin ningún motivo. Lo que ustedes quieren es crearle enemigos. Sepan que tiene amigos, que nosotros lo somos y que no permitiremos eso. Molina se vio obligado a defenderse, y poniendo en sus palabras la mayor serenidad, se expresó así: ¿Cuándo se ha atacado al gobierno en Diario de Honduras? Mencione una línea, una palabra en que se haya insultado al presidente, como usted dice. No crea que esta es una disculpa; es que el periódico es esencialmente comercial y poco se ha ocupado y se ocupa de política. Por consiguiente, no vemos ni por asomo, el motivo de sus frases violentas. Ayer, ayer, dijo Reyes, se insultó al presidente, subrayando unas palabras en un artículo” (Cáceres Lara, Astillas de Historia, 76-76). Molina terminó en la cárcel y trabajó engrillado en la carretera del Sur, por órdenes del presidente Sierra que no soportaba crítica alguna. Como después, reaccionarían, igualmente iracundos, Ángel Zúniga Huete, Carías Andino y López Arellano.

VII
El 31 de diciembre de 1980, víctima de un ataque cardiaco murió Óscar Armando Flores Midence, escritor, periodista y político hondureño, fundador del Diario La Tribuna. Tenía 68 años de edad. Había nacido el 4 de julio de 1912. Fue hijo de Carlos Alberto Flores y de Celsa Midence Palada. Estudió derecho en la Universidad Central. Miembro de la generación de 1935, tuvo una destacada participación en la vida literaria y política de Honduras. Fue director de El Pueblo, La Prensa y fundador y primer director de La Tribuna. Contrajo matrimonio con Margarita Facussé, con la que procreó a Celsa, Carlos y Óscar Flores Facussé. Como político fue ministro de Trabajo en el gobierno de Ramón Villeda Morales. Presidente de la Corte Suprema de Justicia. Publicó “Presencia del Olvido” (1969) y “La Voz está en el Viento” (1969) y la Editorial Interamericana, dirigida por Óscar Acosta, “Cuentos Completos” (1996). En 1980, se le otorgó el Premio Nacional de Literatura Ramón Rosa.

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