¿SI LO DEJAN SOLO?

MA
/
26 de diciembre de 2023
/
12:25 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
¿SI LO DEJAN SOLO?

QUE el colectivo haya pasado una Nochebuena en paz y en familia. Iniciamos la velada declamando unos versos del Premio Nacional de Literatura 2022. De Rolando Kattán: “AIRES DE NAVIDAD”: “Este aire navideño y misterioso/ nómades restos del soplo divino/que viene y vuelve el barro memorioso/ y al abrazo imposible hace un camino./ Nada está lejos en una quimera/ siento la fosforescencia del nervio/ en la Navidad hay tantos hubiera/ ¡No los traslades hasta el cementerio!/ La Nochebuena, brillante en tu pecho./ ¡Ve tu bandera! Que al ser hondureño/ es tu familia la noche estrellada./ Respira y siente el aire navideño/ la vida se calibra en este sueño/ has memoria de amor esta velada”.

Y ahora de nuestro poeta consagrado, Juan Ramón Molina. Libro: Tierras, Mares y Cielos. “TRÉBOLES DE NAVIDAD”: Niño Dios -que en el pesebre/estás, radioso y desnudo-/ mientras que, sombrío y mudo,/ tengo fiebre./ Dulce niño,/ grácil cosa,/ como rosa, como armiño/ como armiño, como rosa./ Pobre rey,/ que ningún vasallo adula,/ que sonríes a la mula/ o que lloras junto al buey./ Del trotar/va acercándose el rumor,/ del corcel de Baltasar,/ del camello de Melchor/ y el onagro de Gaspar./ En la noche -ardiente y bella-/ los divinos magos ven,/ que ya se paró la estrella/ sobre el místico Belén./ Sus tesoros/ te darán, que son inmensos:/ púrpuras, mirras, inciensos,/ perfumes, diamantes y otros,/ mientras danzan los pastores,/ tañendo sus caramillos,/ en los prados/ argentados/ aromados/ de tréboles y tornillos;/ y -en las bóvedas celestes-/cantan himnos y alabados/ de los ángeles las huestes./ Niño Dios, pequeño rey,/que un almita azul alientas,/ ¿Tienes frío? Te calientas/ Con el vaho de ese buey./ Si ningún vasallo adula/ el milagro de tus ojos/ de violeta, está la mula/ contemplándote de hinojos./ Tu/ orfandad presto se fue;/ ya tienes tu manto tisú,/ un magnífico ajuar que/ una maga preparó,/ y tu cuello lucir ve/ un collar como de O./ Bien quisiera/ presentarte -como don-/ la hechicera/ sortija de Salomón:/ o un par de azules palomas/ de exótico país,/ o las mágicas redomas/ en que guardó sus aromas/ Belkis,/ cuando -ávida de placeres-/ en pos de un rey, todo luz,/ hizo su viaje de Citere/ sobre un nevado avestruz./ Ni una ofrenda, ni una cosa/ fabulosa/ te he de dar,/ ni una perla milagrosa/ de los joyeles del mar:/ ni una estrella luminosa,/ ni un sutil velo de tul,/ que -en arca de topacio-/ escondí, cerca de la Osa,/ en mi lírico palacio/ del azul./ Mas te regalo esta flor,/ -albo y rubio serafín-/ flor de amor, flor de candor…/ ¡La que respetó el dolor/ al arrasar mi jardín!

(¿Dónde pasaste la Nochebuena –pregunta el Sisimite– porque desde aquí, en estas imponentes alzadas, las abigarradas ciudades se veían iluminadas a media noche con la acostumbrada batería de fuegos artificiales. -A mí –responde Winston– me llevaron a una reunión familiar, a eternizar el desvelo. -No exagerés –interrumpe el Sisimite– supe que la noche anterior tuviste vigilia esperando a la nieta que regresaba de la U en España a pasar Navidad, pero dos noches seguidas no te van a matar de sueño. -Pues no –suspira Winston– además pasé entretenido marcando territorio y ladrándole a unos cipotes y cipotas mientras jugaban un partido de básquetbol; y a los invitados cada vez que se daban un abrazo. -Oíme –inquiere el Sisimite– ¿por qué le ladrás a la gente cuando se abrazan? -Por si las moscas –explica Winston– es que la gente es rara, si son abrazos de bienvenida, saludándose unos con otros, ni modo, pero me inquietan las despedidas; cuándo se van no se sabe si a uno lo van a dejar solo).

Más de Editorial
Lo Más Visto