La redondez de la corrupción

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27 de diciembre de 2023
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12:07 am
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La redondez de la corrupción

Nery Alexis Gaitán

El pueblo hondureño merece tener políticos de calidad que estén interesados en ayudar a mejorar las condiciones de vida de los más necesitados. El trabajar por el bienestar común debería ser su norma de comportamiento, ya que la política implica accionar para ayudar a los demás.

Pero nuestra tragedia nacional es la asqueante corrupción, que ha invadido todos los estratos de la sociedad. La corona a la corrupción siempre se le ha adjudicado a los políticos, sin importar el partido a que pertenezcan ya que los corruptos inundan todo el ambiente político sin excepción alguna. Es justo aclarar que delinquen las personas y no las instituciones.

En las últimas décadas, al volver a la democracia, se han incrementado los índices de corrupción de una manera alarmante. Sobre todo, a partir del 2006 con el gobierno del poder ciudadano. Los actos de corrupción y el saqueo inmisericorde de las arcas del Estado estuvo a la orden del día. Solo mencionaré dos casos, de los innumerables que se dieron, la desaparición del dinero de la Condonación de la Pobreza y cómo dejaron el Estado en bancarrota, las instituciones saqueadas y sin ningún lempira en la Tesorería General de la República.

La administración nacionalista, durante los doce años que gobernaron, tampoco estuvo exenta de casos de corrupción. El saqueo al IHSS y lo robado en la pandemia, como el caso de los hospitales móviles, hicieron mucho daño a la salud del pueblo.

Hoy, este segundo gobierno del poder ciudadano, sigue cabalgando en la corrupción sin freno alguno; la instauración del “familión” es su sello distintivo. Y, con las lecciones aprendidas, ha podido tener injerencia directa en los otros dos poderes del Estado.

Es así que, al haber asaltado el Congreso Nacional mediante la instauración de una junta directiva ilegal, han legislado a su favor atropellando la Constitución y las leyes. El pacto de impunidad, mediante el cual condonaron delitos comunes y no políticos a sus seguidores, el nombramiento de los procuradores y de los fiscales, solo es el inicio de una lista de actos ilegales que lesionan grandemente el Estado de derecho y las instituciones democráticas.

No les importa derrochar el dinero del pueblo en viajes, en seguridad privada, en el alquiler de carros blindados, etc. Disfrutar de las mieles del poder, sin acordarse de los pobres, es su meta.

Su descaro llega a tanto que tienen más de cien (100) días sin sesionar, por eso no han transferido dinero al Seguro Social, ni promulgado otras leyes para el bien de los pobres. Tienen dinero para todo lo que se les ocurra para su beneficio, pero no para los necesitados que son la mayoría de los hondureños.

El colmo de la vergüenza es que de bono navideño les han asignado, en especial a los diputados de Libre, medio millón de lempiras (L. 500,000.00 para que no quede duda alguna de la cantidad). El pretexto barato, que nadie cree, es que lo van a distribuir en obras de beneficio social, pero todos sabemos que van a parar a los bolsillos de los “honorables diputados”. Cómo nos damos cuenta, con indignación, que estos diputados no se apiadan ni de la madre que los parió.

El títere de los Zelaya, que está al frente del Congreso, lo que ha hecho es redondear satisfactoriamente el círculo de la corrupción parlamentaria. Y satisfacer todas las demandas que el oficialismo le impone. Esta es la peor gestión legislativa que hemos tenido en los últimos cuarenta años.

Mientras estos indignos diputados se dan la gran vida, el pueblo sufre amargamente. No hay medicinas en los hospitales, el desempleo se ha incrementado, la delincuencia se ha agravado, la canasta básica está carísima, entre otras calamidades.

¡Urge eliminar la corrupción!

¡Libre nunca más!

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