Aprendiendo la transparencia

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28 de diciembre de 2023
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12:08 am
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Aprendiendo la transparencia

Por: Lizzy Flores

Viendo el flagelo de la corrupción, y lo que conllevan sus impactos, así como las posibles soluciones, empezando por su mitigación y eliminación, puede que sea una tarea compleja en la práctica. O puede que llegue hacerse más simple, cuando nace una conciencia y cultura de transparencia integral. Con paciencia y participación de ciudadanía educada, con valores y donde puedan descubrir y generar buenas prácticas, con ejemplos, y testimonios, así mismo cumpliendo con compromisos, que permiten un desarrollo humano integral, con libertades, derechos humanos, seguridad, estabilidad y convivencia, donde funcione para todos. Depende cumplir con el ordenamiento consignado en la Constitución y sus leyes, así como las convenciones y tratados, que una vez ratificados han ido conformando como parte del derecho interno.

Así como implica el cuidado de lo que es público, el legado y obra, con base a fortalecer las instituciones, generando transparencia en comunicaciones y acciones, y con integridad, rindiendo cuentas e información a la ciudadanía, y diferenciando con respeto a lo del orden privado.

La palabra corrupción proviene del latín «corruptiō» y «corrumpere» están asociadas con la descomposición y la destrucción.

El diccionario de Oxford Learner’s define la corrupción como “Comportamiento deshonesto o ilegal, especialmente de las personas con autoridad”, y “El acto o efecto de hacer que alguien cambie de estándares de comportamientos morales a inmorales”.

En Honduras y en otros lados encontramos personas, a las que no les interesado conocer y cumplir con la legalidad, y el Estado de derecho, con el ordenamiento nacional y su propio régimen, así mismo lo que implica seguimiento y cumplimiento dentro del ordenamiento internacional al cual Honduras se ha adscrito. Hay quienes son ignorantes y desconocen, y quienes fingen desconocer, y rehúyen su responsabilidad, así como quienes piensan pueden hacer ilimitadamente lo que se les pega en gana y reniegan de las consecuencias. Donde hay costos para ellos mismos, sus seres queridos y quienes forman parte de sus círculos y redes de desenvolvimiento.

Así como también se ha visto en cantidad de ocasiones, aunque haya intenciones loables de unas personas en el gobierno, en distintos sectores políticos y sociedad civil, hay quienes hablan de corrupción o presentan iniciativas anticorrupción, cuando ellos mismos tienen precedentes de anomalía, y, o incurriendo en actos irregulares, o fuera de los ordenamientos acordados y convenidos, mandatos y jurisdicciones. Estas actuaciones también pueden llamar la atención al problema endémico desde la fuente quien se presenta, y hasta generar cuestionamientos, sospechas y dudas, o malestares y conflictos, que podrían dejar impactos o traer secuelas. Se ha visto de todo, dentro y fuera del gobierno con el pasar de las administraciones, donde hay temores y miedos, y o afán por incidir y controlar la aplicación de donde se descubre, y pega el látigo contra la corrupción, o por manipularlo y o desarticularlo, y o contaminar y afectar los esfuerzos que hacen unos por parar, y castigar la corrupción en todas sus formas. Así que a estas personas que faltan y caen en lo deshonesto, anómalo, se les debe hacer sentir los impactos y consecuencias, y así que puedan arrepentirse y redirigir sus actuaciones. Y a la sociedad toca demandar transparencia y generar nuevos patrones a favor de conductas ordenadas y sanas de los servidores públicos, de manera no sectaria, y a favor de la población.

A pesar de la voluntad de muchas personas de aportar al desarrollo del país, hay quienes interactúan con los gobiernos de turno, que han cometido errores, con el pasar de los años, y sin admitir o enmendar esas faltas, y luego toca seguir adelante en conjunto, muchas veces sin dar espacio a que los humanos cometemos errores, y ser generosos de revisar y hacer las correcciones y los ajustes necesarios para un rendimiento efectivo. Siempre hay que dar tiempo para hacer las cosas bien, y comunicar a quienes están involucrados e interesados con honestidad, los reveses, faltas e impedimentos, así como reconocer los aciertos. Y asimismo hay faltas que son con conocimiento y de mala fe, y llegan a nivel de delitos, que tienen una amonestación, sanción o penalidad.

Puede ser que todos hemos sido pecadores, donde podemos encontrar salvación y sanación en Dios y en la confesión, como oportunidad de reflexionar de nuestras acciones y puede que dé lugar a ser penitentes y mejorar nuestras conductas con nosotros mismos y con otros.

Mas allá de esto y lo que nos impacta como seres humanos, están los ordenamientos para cuidar no nos hagamos daño y podamos en convivencia administrar lo que es de una jurisdicción, generar y potencializar valores propios y a compartir de la innovación, los adelantos y el bienestar.

En mandatos y funciones del Estado como en cargos de responsabilidad en el ámbito público y privado a cada quien le toca seguir las directrices que corresponden, y no salir fuera de la Constitución y sus leyes. A falta de ello pueden incurrir en corrupción, y lo que conlleva penalidad.

En la aceptación de la Convención de las Naciones Unidas Contra la Corrupción (CNUCC), desde junio de 2019, infiere una tipificación penal con alcances de universalidad de actos que se definen en la Convención.

Según la UNODC.ORG “La Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción “CNUCC” no define la corrupción como tal. Por el contrario, define actos específicos de corrupción e insta a los estados partes a tipificar penalmente estos actos en sus jurisdicciones. Esta decisión es en parte el resultado de la dificultad de definir la corrupción. También proviene del hecho de que la corrupción va desde un solo caso de soborno de un funcionario de bajo rango hasta la transformación de una democracia en una cleptocracia (es decir, el gobierno de líderes corruptos que explotan a las personas y los recursos naturales a fin de aumentar sus riquezas personales y poder político). Esto tiene paralelo con otros instrumentos internacionales que abordan delitos mundiales, como la delincuencia organizada y el terrorismo, donde la comunidad internacional no concuerda con una definición del concepto global pero aborda este asunto al definir actos específicos”.

La convención brinda una buena base, aunque las primeras conductas se aprenden y ordenan en el hogar y luego puede que en la escuela. Quien ha tenido la dicha de escuchar sobre qué son valores morales y éticos, y la capacidad de introspección para revisar propias conductas, con humildad, puede crecer y lograr poder hacer obras grandiosas de manera que no sufran de corrupción, y no se descompongan o destruyan. Lo que se genera a lo interno con amor hace la diferencia. Hay que aprender cada día a practicar a nuevos niveles de integridad, la transparencia, compartir con autenticidad y dar espacio a una cultura del amor al prójimo y respeto, que nos lleve a vivir la abundancia de los manantiales de nuestra República y democracia, y tiempos de paz.

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