El imperio de la ad-hocracia

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30 de diciembre de 2023
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12:08 am
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El imperio de la ad-hocracia

Alvin Toffer en su libro “El shock del futuro” se refiere a las características del mundo en que vivimos, señalando entre estas la transitoriedad. “Todo es transitorio, todo es ad-doc, -dice-, vivimos bajo el imperio de la ad-hocracia. Nada es permanente, firme, pues la cultura del guárdese ha sido sustituida por la cultura del tírese después de usarse”. Por su parte, Miguel Ángel Cornejo y Rosado en su libro “Todos los secretos de la excelencia”, explica que como sociedad estamos instalados en la burguesía de la mediocridad. Es la era del “no esfuerzo”, -agrega-, del amor ligero, del sexo rápido y sin compromiso, del robar porque lo necesito, del matar porque me estorbas, de una moral ligera en donde cada quien diseña su propio código de conducta.

Ya se ha dicho antes, se trata de una sociedad con más compromisos, pero menos tiempo. Más conocimientos, pero menos criterio. Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado. Son días que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan los divorcios. Son tiempos de casa más lindas, pero más hogares rotos. Vivimos una época en la cual la gente sensata, bien educada, culta e intelectual, debe hablar lo menos posible, para no ofender a los brutos, a los ignorantes e incivilizados, que además en lugar de ser humildes, son soberbios, fanfarrones e irrespetuosos.

Cornejo y Rosado afirma que “queremos mirarlo todo al mismo tiempo sin ver nada, nos sumergimos en buscar la forma de gastar el tiempo sin sentido y hasta el aburrimiento, y al final del día estamos agotados de no hacer nada… vamos cayendo en llevar una vida sin compromisos. Se trata de vivir en función de los argumentos de tú te lo mereces, no te niegues el placer de nada, experiméntalo todo, la vida es corta, hay que disfrutarla”.

Alguien más aporta a la discusión, “vivimos en un mundo donde el funeral importa más que el muerto, la boda más que el amor y el físico más que el intelecto. Un mundo donde el amor se viste de engaño y los traidores pasan por amigos. Un mundo donde la incultura y la ignorancia siempre se habían vivido como una vergüenza. Pero, nunca como ahora la gente había presumido de no haberse leído un libro en su vida, de no importarle nada que pueda oler levemente a cultura o que exija una inteligencia mínimamente superior. Estos analfabetos de hoy son los peores, porque en la mayoría de los casos, han tenido acceso a la educación, saben leer y escribir, pero no ejercen”.

Y el análisis concluye en que “Cada día son más y cada día el mercado los cuida más y piensa más en ellos. El mundo entero se está creando a la medida de esta nueva mayoría. Todo es superficial, frívolo, elemental, primario, transitorio para que ellos puedan entenderlo y digerirlo. Esos son socialmente la nueva clase dominante, aunque siempre será la clase dominada, precisamente por su analfabetismo y su incultura, la que impone su falta de gusto y sus morbosas reglas. Y así nos va, a los que no nos conformamos con tan poco”.

¿Cómo combatir y revertir esta situación? Con educación, empezando con los niños, en el hogar, en las familias, en los centros escolares. Con programas de concientización, con políticas públicas atinadas, con el rescate de valores, con moral y cívica. Aquí ya no vale el ¡sálvese quien pueda! Es cuestión de doctrina y práctica social. Es tarea colectiva, es emprendedurismo para crear o mejorar resultados sociales.

J.J. Pérez López
Barrio El Manchén
Tegucigalpa, M.D.C.

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