Por: Ivonne Tábora*
Ya casi finaliza este año 2023, difícil para la mayoría de los hondureños, ha sido un año de muchas expectativas, el pueblo sumergido en la violencia y la pobreza, problemas sociales y políticos que nos tienen hastiados, y nos dejan con un mal sabor, porque como resultado, ya miles se preparan para una nueva gran caravana porque buscan emigrar del país, sin embargo otra parte de la población, no pierde la esperanza que el año que está por comenzar será mejor.
A pesar de cualquier situación adversa por la que se esté atravesando, es difícil no contagiarse con la alegría que trae la Navidad y la llegada del Año Nuevo, sin embargo tenemos que ser conscientes que este año más familias hondureñas, no tendrán comida en sus hogares, algunos dirán adiós a las comidas tradicionales navideñas, pues esta temporada es sinónimo de gasto, y a eso hay que agregar que los hondureños somos pintosos, nos gusta andar bien arreglados y gastar más de lo que tenemos.
Y es que los precios de la canasta básica están por las nubes, el 2023 está cerrando con una canasta básica inalcanzable, porque supera lo recibido por los salarios de los que afortunadamente tienen un empleo, porque también estamos sufriendo una de las más altas tasas de desempleo, por ello nos encontramos en un índice de desarrollo humano muy malo, ocupando a nivel mundial el puesto 137, lo que incide en nuestra vida y salud.
En un reciente estudio el Banco Mundial reveló que este año es catalogado el año de las desigualdades, esto debido a varias razones, como el cambio climático, los conflictos, la violencia, la inseguridad alimentaria, entre otros, que dificultan la recuperación de las economías y por ello la lucha contra la pobreza se ha estancado.
Lógicamente los países más pobres, son los más afectados, desafortunadamente el nuestro está en esta categoría y sumado a esto cargamos el lastre de la corrupción y la impunidad, y los conflictos políticos que padecemos, como el del Congreso Nacional, que dizque funciona, sin trabajar, derrochando dinero a diestra y siniestra, sin ningún control especialmente por parte de los que mandan, pues hace poco se recetaron onerosos bonos, en vez de trabajar y crear leyes que beneficien a una población que está sumergida en la desigualdad y miseria.
Las expectativas que tenía la mayoría de los ciudadanos para este año, además de no cumplirse, han sobrepasado los límites del desencanto, porque existe tanto desorden y desapego a la ley, que no contamos siquiera con autoridades tanto en el Congreso Nacional, como en la Fiscalía, puestas con el consenso debido, ni la capacidad.
Hay tantas cosas pendientes y urgentes para el 2024, como los procesos de elección de los magistrados del Tribunal Superior de Cuentas, hacer las reformas requeridas para instalar la Cicih, y el nombramiento de los Comisionados de la Unidad de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización a Partidos Políticos, sin dejar la elección de un Fiscal General y Adjunto que reúna los requisitos por ley y que sea elegido por mayoría y no impuesto.
El gobierno de la Presidenta Xiomara Castro, todavía tiene tiempo de rectificar, en muchas áreas que está estancado, como en el sector salud por ejemplo, en la generación de empleos, etc., su mandato no ha terminado, está a mitad de camino, pero tiene que quitar a todo aquel funcionario que está de adorno, y tiene que demostrar que verdaderamente está con y para el pueblo.
Entre los principales retos para el próximo año está la reducción de precios de la canasta básica, ya que estamos hablando de matar el hambre de millones de compatriotas que no tienen que comer, otro es el generar empleos de la mano con la empresa privada, ya que según encuestas, en Honduras casi un millón de jóvenes no estudia, ni trabaja.
No vemos tampoco que existan políticas orientadas a estructurar la economía del país, al contrario lo que tenemos es falta de inversión, falta de eficiencia del gasto público, no vemos por ningún lado la rendición de cuentas, que en este momento vale la pena ejecutarla en cada funcionario público, que está al frente de los diferentes ministerios.
Por el bien del país, no podemos desear que el gobierno fracase, pero requerirá de mucha voluntad política y muchos cambios para transformar el rumbo de nuestra nación, porque así como vamos, solo DIOS, nos puede ayudar.
¡Feliz Año Nuevo!
*Lic. en Periodismo.
@IvonneTabora, [email protected]
