¿Refundar el sistema educativo?

ZV
/
13 de enero de 2024
/
01:25 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
¿Refundar el sistema educativo?

Por: Elvia Elizabeth Gómez García*

Recuerdo mis primeros años de formación académica en la escuela pública de mi natal terruño. Cursábamos clases como actividades prácticas en donde aprendimos a pegar botones, hacer ruedos y sembrar hortalizas. Llevábamos en hombros el azadón, usamos el machete para limpiar la tierra, iniciaban los colegios polivalentes que se crearon con la finalidad de que sus egresados pudiesen desempeñarse profesionalmente en una amplia gama de actividades productivas.

Muchos años después, recuerdo que alguien dijo en una reunión destinada a padres de familia de jóvenes estudiantes universitarios que “si no vivían de su profesión podían vivir de un oficio”.

Al reflexionar sobre esa pequeña frase y recordando lo vivido en la pandemia, pudimos comprobar la vigencia que la misma tiene, pues muchos profesionales se vieron “obligados” por las circunstancias a buscar nuevas formas de generar ingresos.

El problema fundamental de los países en vías de desarrollo es que se le ha vendido la idea a las nuevas generaciones de que el éxito se encuentra en las ciudades, que el que no sale del pueblo, el que “no bota el monte” no tiene futuro.

Comenzando por la sociedad, por las cúpulas de poder político y económico, bajando hacia las familias, el estereotipo del éxito es el profesional que se gradúa de la universidad con un título rimbombante, pero con un corazón vacío, enfocado en el dinero.

Pero todos esos flujos migratorios hacia las ciudades solo han contribuido a incrementar los cinturones de pobreza que la rodean, con una sobreoferta de mano de obra no calificada unida a la incapacidad de una empresa privada de generar fuentes de empleo, que enarbola banderas de víctimas cuando no han propuesto impulsar una economía sostenible, se vuelve una necesidad imperiosa el volver la vista al campo, a una educación técnica pero no para la explotación del trabajador sino para la sostenibilidad del campesino, de la gente de tierra adentro.

El actual sistema económico vigente a nivel mundial ha contribuido a la desvalorización del campo, lo rural no debe traducirse en atraso sino en oportunidades de crecimiento, el campo debe ser visto como una fuente generadora de empleos, riqueza y soberanía, pero a los ojos de los jóvenes, ser del campo es una vergüenza porque es “vivir en el pasado”.

Pero ¿qué presente se les ofrece? ¿Qué futuro les espera? Al devaluar a los sectores productivos de tierra adentro se ha contribuido a que la economía se estanque y que no se vislumbre todo el potencial que existe.

Uno de los lemas del actual gobierno es que “hay que refundar Honduras” y que uno de sus pilares más importantes es el de la educación, que lamentablemente se ha vuelto un negocio y no un propósito de formar mejores ciudadanos.

Es por ello que debemos comenzar a desaprender y reaprender en un mundo tan dependiente de la tecnología.

Y es que en la película de reciente estreno transmitida por la plataforma Netflix titulada “Dejar el mundo atrás” se nos presenta justo eso, un panorama desalentador en el que la sociedad colapsa a partir de un ciberataque.

Cuando falla la energía eléctrica todo se detiene, si la red se cae las transacciones dejan de fluir, si la señal de la telefonía celular se cae quedamos incomunicados. Cosas tan pequeñas como estas nos hacen darnos cuenta cómo la sociedad actual se ha vuelto altamente dependiente de la tecnología.

Nos hemos vuelto incapaces de andar si no estamos interconectados y el precio que estamos pagando por ello es la destrucción acelerada de la naturaleza que muere en manos de la ambición desmedida de las grandes potencias, que ponen miles de requisitos a los países que dependen de su dinero pero que no mueven un dedo por emitir menos contaminación.

En uno de mis exámenes coloqué la siguiente interrogante: ¿cuál considera que es la solución a los actuales problemas que vive nuestro país?

Uno de mis estudiantes respondió que “la única solución posible es lanzar una bomba atómica en Honduras para que surja una nueva generación”.

Obviamente no es la salida más viable pero no se encuentra alejada de lo que realmente necesita nuestra sociedad, una nueva educación para refundar.

*Profesora universitaria.

Más de Columnistas
Lo Más Visto