“OCOTE le echan al fuego, para que arda –mensaje del buen amigo notario– y eche humo que oscurezca todo”. Alusivo a este otro comentario: “Me recordó a un fragmento del poema “Hombres Necios” de Sor Juana Inés de la Cruz”: “¿Qué humor puede ser más raro/ que el que, falto de consejo,/ él mismo empaña el espejo/ y siente que no esté claro?”. Una vieja amiga lectora: Tu papá me dijo una vez: “A la gente solo la atrae las malas noticias”. O sea, como diríamos ahora “¡Good news are no news!”. “Y eso era antes que la comunicación era más discreta, y hoy con las redes sociales, una pinche frase revuelve el avispero”. Un fundador del colectivo: “Excelente editorial; la pregunta debe de ser, ¿si este comportamiento de negativismo psicológico en nuestra sociedad, es provocado directamente por los políticos; que también están afectados por esta patología de oposición a la negación de los hechos y actuaciones del pasado que demuestran lo contrario?”. “Somos una sociedad que nos aferramos a la negatividad no importa qué tan bien se haya hecho algo; de todo dudamos y criticamos y algo peor, es que nunca reconocemos algo bueno en nadie”.
La amiga empresaria: “Es lamentable que aún sin iniciar la carrera hacia las elecciones ya se esté empañando a futuro el proceso”. “Esa es la razón por la cual se quedan muchos hondureños en sus casas sin asistir a ejercer ese derecho fundamental de elegir y ser electos”. “Esa cultura de duda nos tiene retrasados en muchos ámbitos y más bien debemos animar e invitar al ciudadano hondureño a salir a ejercer cívicamente el derecho al sufragio, solo así podemos vivir en democracia”. La amiga doctora: Consulté a la IA sobre las estrofas que usted plasmó en su editorial y esto contesto: “Esta poesía es del escritor español del Siglo de Oro, Luis de Góngora”. “Es conocido por su estilo poético complejo y barroco que influyó en el desarrollo del lenguaje poético español”. “La poesía que has compartido se titula “A Zoylo” y es un ejemplo del estilo satírico y burlón que Góngora utilizaba en algunas de sus obras”. Además agregó esto sobre las críticas y acusaciones sin medida: “Criticas y acusas sin medida,/ mas el juicio propio queda escondido,/ en vez de señalar, ofrece salida,/ pues en la empatía hallarás el camino”. Alusivo a esta conversación de cierre: (¿Y tenés –entra el Sisimite– algún otro comentario sobre el descrédito infecundo al proceso electoral que, sin haber iniciado siquiera, ya hay especuladores que lo están haciendo pedazos –robándole al pueblo su esperanza democrática en las próximas elecciones– a puras conjeturas? -Mejor –interviene Winston– a propósito de los versos de los que “no sienten claro el espejo que ellos mismos empañan”, darle la palabra al vado cubano en estas estrofas a sus críticos: “Ardiendo, Zoylo, en cólera inclemente,/ contra mis versos, dicen que te irritas,/ y que siempre frenético vomitas/ de injuriosos dicterios un torrente:/ Serena, Zoylo, la arrugada frente,/ que se aumente tu mal cuanto más gritas;/ y ese excesivo ardor con que te agitas/ es de tu frenesí prueba evidente./ No en criticar consiste la cultura,/ que para esto es idóneo cualquier labio/ del necio que halla en maldecir dulzura;/ da otro ejemplo mejor como hace el sabio,/ que si escribir no puedes con cordura,/ desprecio y risa premiarán tu agravio”).
(¿Y vos no dijiste –entra el Sisimite– que esos versos eran de un vado cubano? -Pues sí –responde Winston– un soneto de Manuel de Zequeira, insigne poeta y periodista cubano allá en la segunda mitad de los 1700 y primera mitad del siglo de la ilustración. Su poesía fue precursora de muchas tendencias literarias. -Ah vaya –interrumpe el Sisimite–posiblemente esa mención de la IA, tenga alguna relación a “la época de Góngora”, comentada por Luis Alfonso Carvallo en el Cisne de Apolo. “Zoylo”, representante del vulgo, tal y como este se entendía en las concepciones literarias del Renacimiento tardío. -Yo, hablando de Zoylo –interviene Winston– a propósito de esos criticones, lo que escuchaba allá en mi pueblo, era a algunos burlándose del nombre: “Soy… lo” que está en contra de los que están a favor, y a favor de los que están en contra. -¿Y esa necedad –inquiere el Sisimite– de meterle a la gente lo del fraude, sin que el proceso electoral siquiera haya empezado? -¿No sería –suspira Winston– una especie de mentalidad trumpiana?).
