Por: Carlos Medrano – Periodista
Los diputados que fueron electos bajo la cobija del Partido Liberal de Honduras y PSH y que desobedecieron a la autoridad partidaria al aceptar un cargo dentro de la nueva junta directiva del Congreso Nacional deben ser expulsados de por vida en estos institutos políticos, para sentar un precedente de disciplina partidaria.
No es posible que un candidato que hizo su campaña proselitista bajo la bandera de un instituto político, que anduvo arengando las masas de esos partidos en las elecciones internas y generales, que vistió y participó como militante activo de una institución que expresa la voluntad popular, ahora se crean independientes con la osadía de desafiar una determinación del instituto político que representa.
La presencia de estos rebeldes diputados liberales y del Partido Salvador de Honduras en una numerosa junta directiva, en la que no tendrán ninguna trascendencia, incidencia y toma de decisiones, obedece única y exclusivamente a una determinación oportunista, arribista, desleal y provista de una ambición desmedida.
Los acuerdos políticos que son permitidos en todos los sistemas democráticos, en esta ocasión para lograr una mayoría simple en el Poder Legislativo, no debería basarse en la obtención de puestos en una desproporcionada junta, que más representa derroche de recursos que otra cosa.
Los únicos ganadores con esta determinación son estos desconsiderados y traidores diputados, quienes según lo informan los comunicadores legislativos, gozarán de un aumento salarial por ser directivos, además de vehículo blindado, chofer, oficina, celulares, entre otros.
El Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal, CCEPL, en resolución del 15 de enero del 2024, determinó que los diputados del Partido Liberal de Honduras no deberían integrar la Junta Directiva del Congreso Nacional periodo 2024-2026.
Estos diputados oportunistas: Samuel García, Kritza Pérez, José Rosario Tejeda, Gloria Bonilla y Ernesto Lezama deben ser expulsados cuanto antes, mientras que Oscar Chávez y Tomas Ramírez deben correr con la misma suerte.
Si ellos no querían tener jefe o dirección, lo más honesto hubiera sido que hubiesen aspirado de manera independiente, tal y como lo contempla la ley electoral y de las organizaciones políticas.
Ya una vez electos bajo un instituto político, ellos le deben respeto, obediencia y rendición de cuentas al partido político que los agregó a una planilla, pero ahora ellos salen con que el pueblo los eligió y que le deben sumisión solamente al “soberano” quien los tiene en esa posición, pero esos argumentos obedecen a traidores al partido que los acobijó.
El Partido Liberal, con este tipo de representantes va rumbo a desaparecer, siendo bisagras y acomodándose a los gobiernos de turno, para obtener beneficios de carácter personal, bonos, chambas para familiares, entre otros beneficios.
El Partido Liberal que ha venido perdiendo militancia en un promedio de 150 mil seguidores por elección, deberá replantear su posición dentro del Congreso Nacional, ya que no puede estar divorciado el CCEPL y sus diputados en el Congreso Nacional.
Descártenlos como representantes de los liberales, hay que crear un precedente histórico en un partido que merece mejor suerte, un partido que representa las reivindicaciones sociales más importantes que tiene esta nación.
Año con año el Partido Liberal ha ido perdiendo poder electoral, divisiones internas, intereses mezquinos, ambiciones desmedidas han convertido a los liberales en un partido bisagra, sin rumbo y sin futuro. Rescatemos al Partido Liberal de esta enfermedad política que hoy nos ataca.
