Por: Rodolfo Dumas Castillo
El Consejo Hondureño de la Empresa Privada arrancó el 2024 izando una bandera negra frente a sus instalaciones en señal de luto por la falta de empleo en el país. El gesto no fue del agrado del gobierno y de muchos funcionarios que inmediatamente arremetieron contra la organización y, como ya es costumbre, dedicaron amplios espacios en redes sociales a insultar a los empresarios con generalizaciones que en nada abonan a resolver el problema de fondo y el justo reclamo planteado por el Cohep. En todo caso esa banderita llevó al Poder Ejecutivo a contemplar la posibilidad de iniciar un proceso de diálogo con los sectores productivos nacionales, reconociendo así el monumental desafío que implica la generación de empleo.
La creación de nuevos puestos de trabajo es esencial para mejorar la calidad de vida de la población y para fortalecer la estabilidad económica del país. En este contexto, es crucial que, a través de una mesa de diálogo, el Estado escuche a quienes generan la riqueza de la nación y comprendan cuáles son las reformas y las políticas públicas que podrían implementarse para estimular la generación de empleo en el país. De nuestra parte, tal como lo hemos venido pidiendo desde este y otros espacios de opinión, la solución empieza por un impulso contundente a la libertad económica, lo que necesariamente implica la implementación de una estrategia para construir un clima de negocios que responda a las realidades de la economía globalizada y que nos permita conquistar inversiones nacionales y extranjeras.
Esto implica reformas para eliminar una enorme cantidad de trámites innecesarios, requisitos absurdos y procedimientos arcaicos que solamente sirven para mantener una excesiva burocracia que no genera beneficios al país. La simplificación administrativa y la digitalización del gobierno son urgentes y ya en otros artículos hemos propuesto temas específicos que podrían servir para que Honduras no siga en la cola del mundo en estos aspectos. La competencia por atraer inversiones es global, los inversionistas comparan condiciones; siempre escogerán los destinos con entornos empresariales dinámicos, donde se faciliten los negocios y se garantice la estabilidad jurídica.
Honduras podría implementar políticas que faciliten y promuevan la inversión extranjera en áreas que mayor valor agregado y con un futuro prometedor, especialmente en industrias tecnológicas, en las que nuestros vecinos se nos están adelantando rápidamente. Esto requiere, además de ecosistemas amigables, una oferta de energía eléctrica estable y a precios razonables. Esto contribuiría a la creación de empleos de calidad y a la transferencia de conocimientos y tecnología. También requiere de estabilidad jurídica y política, lo que incluye el discurso que desde el mismo Estado se maneja para con los sectores productivos.
La promoción del espíritu emprendedor puede ser un motor significativo de creación de empleo. Sin embargo, en Honduras iniciar un negocio constituye un acto incuestionablemente heroico considerando todas las trabas burocráticas, requisitos, tasas, impuestos y demás cargas que deben enfrentar los emprendedores. El Estado, incluyendo las municipalidades, podría fácilmente implementar políticas para impulsar los nuevos emprendimientos, concediendo alivios tributarios para el periodo de crecimiento (cinco años), facilitando el acceso a financiamiento, así como la capacitación técnica.
Cualquier esfuerzo también está íntimamente vinculado a una mejoría sustancial en la educación. Esto incluye no solo la educación básica y universitaria, sino que también las oportunidades de educación técnica y vocacional para preparar a la fuerza laboral con las habilidades necesarias para cubrir las demandas del mercado. Para ello sería importante establecer programas especiales en colaboración con las industrias que permitan a los graduados ingresar al mercado laboral de manera más eficiente y contribuir a la creación de empleo en sectores clave.
Existen otras áreas que se deben mejorar, pero todas estas tendrían mayores posibilidades de éxito si se atienden en una mesa de diálogo entre el Estado y los sectores productivos nacionales. La combinación de estrategias que fomenten la inversión extranjera impulse la educación técnica, promuevan el emprendimiento y desarrollen sectores estratégicos, junto con la mejora del clima de negocios, puede sentar las bases para un crecimiento económico sostenible y la creación de empleo a largo plazo. La bandera negra ya fue retirada, ahora es tiempo de construir soluciones para beneficio del país.
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