Una estrategia anticipada por si nos vuelven a dejar el gobierno en quiebra

MA
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23 de enero de 2024
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12:27 am
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Una estrategia anticipada por si nos vuelven a dejar el gobierno en quiebra

Carlos G. Cálix

Por como soplan los vientos el gobierno podría seguir teniendo problemas de deuda. Sin una base sólida para el crecimiento económico y sin oportunidades futuras, debemos anticiparnos para salir de una tentativa nueva quiebra y comenzar a navegar hacia un mejor destino. Indudablemente, todo indica que el gobierno hondureño quedará agobiado por las deudas, de cumplirse este escenario, los próximos gobernantes necesitarán un plan integral para reducir los pasivos y comenzar a transitar el camino hacia la prosperidad económica. Ante ello, ¿cómo recuperarse de la insolvencia?

Antes de la respuesta requerida, hay que dejar claro que, el gobierno se encuentra en una situación financiera muy difícil. Tiene demasiadas deudas, es excesivamente grande y sumamente ineficaz. Dado que, durante 2023, según el Banco Central de Honduras (BCH), la deuda externa pública incrementó 4.3% comparada con el tercer trimestre de 2022, ascendiendo a 9,333.9 millones de dólares. También que, una combinación de factores complejos a lo largo de seis décadas (1963-2023), han disminuido las perspectivas de crecimiento económico de Honduras y han provocado carencias estructurales que en la actualidad siguen evolucionando hacia una crisis fiscal y económica sin precedentes.

Los constantes déficits y el inadmisible endeudamiento de cara al 2026, pueden dejar al gobierno de Honduras sin fondos suficientes para pagar sus deudas, cumplir con sus obligaciones en materia de pensiones con los trabajadores públicos y financiar adecuadamente servicios cruciales. En 2024, las tenencias de efectivo del gobierno se podrían encaminar hacia una desproporcionada emisión monetaria, algo preocupante en materia inflacionaria, además de un excesivo y alarmante presupuesto aprobado de 16,458 millones de dólares.

No sería extraño que se pueda generar una crisis que lleve al gobierno a congelar los salarios de los empleados públicos, subir los impuestos, financiar insuficientemente los sistemas de jubilación, recortar los suministros y otras provisiones a las escuelas y hospitales y, aplazar el mantenimiento de los sistemas de energía y agua. Las dificultades fiscales también pueden seguir motivando una mayor ola de emigración hacia Estados Unidos, tal como lo estamos viendo a inicios de enero de 2024 con una nueva caravana. Para complicar aún más las cosas, Honduras carece de un marco legal completo para reestructurar sus deudas. Por lo que, se sugiere una ley de supervisión, gestión y estabilidad económica.

En 2026, cualquier plan de reestructuración financiera exitoso requerirá equilibrar las obligaciones legales con los numerosos acreedores de Honduras particularmente en temas orientados a la salud, la seguridad y el bienestar financiero de las familias hondureñas.

No cabe duda que Honduras necesita un plan para reducir la deuda a un nivel sostenible, garantizar una inversión adecuada en las personas y los recursos que la economía necesita y, crear un camino viable para el crecimiento económico, la oportunidad y la esperanza.

Bajo una Junta de Supervisión, Honduras requerirá un proceso de reestructuración, mediante la creación de un plan a largo plazo, viable durante 20 años, una reestructuración del sector público, la creación de un entorno para el crecimiento económico a largo plazo, inversión en la salud, la seguridad y la educación de los hondureños, además de un staff de supervisores especializados para que el gobierno y sus finanzas sean más eficientes y puedan prever futuras crisis.

Ese staff de supervisores especializados debe incluir un equipo de profesionales expertos en previsión económica, análisis actuarial, presupuestos gubernamentales, contabilidad forense, fiscalidad internacional, pensiones, política educativa, política pública, gestión de catástrofes, infraestructuras y gestión del talento humano.

El principal objetivo debe pasar por elaborar y certificar un plan financiero plurianual que sea ambicioso y que permita un conjunto de reformas fiscales y estructurales, pensiones adecuadamente financiadas y previsión de niveles de superávit disponibles para las negociaciones con los acreedores. Con esto, será posible obtener datos adecuados para orientar el gasto y la inversión hacia las áreas que más lo necesitan y para comprender la magnitud de los recursos de efectivo de que dispone el gobierno hondureño.

El éxito del plan en los primeros 100 días de 2026 dependerá de la transparencia en las finanzas del gobierno. Además, el gasto presupuestario debe incluir el uso generalizado de créditos del año anterior para financiar nuevos gastos. Sumado a ello, en los próximos meses un nuevo gabinete gubernamental debe tener clara la visión estratégica de las propiedades inmobiliarias y de tierras del Estado.

Estimo que la estabilización tomará aproximadamente cuatro años, así, en 2030, será necesario crear el mayor plan de reestructuración de la deuda pública, lo que permitirá un ahorro sustancial en los pagos del servicio de la deuda y se podrá crear una perspectiva económica más estable.

Pleasantville, NJ.

[email protected] Carlos G. Cálix es doctor en ciencias y director general de MacroDato. Director del Consejo Académico de Fundación Eléutera. Posdoctorado IIESS-CONICET.

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