Decomisos del reloj de Schwarzenegger y comidas de Julio Iglesias

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26 de enero de 2024
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12:01 am
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Decomisos del reloj de Schwarzenegger y comidas de Julio Iglesias

Por: José Rolando Sarmiento Rosales

Por cuestión de relación con hechos ocurridos en Honduras tiempo atrás, hoy relatamos dos sucesos ocurridos recientemente, el primero en un país de Europa y el otro en República Dominicana, cuando autoridades aduaneras de aeropuertos le decomisaron un reloj valioso al actor Arnold Schwarzenegger al entrar al país, y las raciones de alimentos que llevaba el cantante español Julio Iglesias al aterrizar en el aeropuerto de Punta Cana. Entendemos que el reloj por su alto valor que al parecer se está obligado a declararlo a su ingreso, la comida porque es un producto de origen animal y vegetal, controlado en su arribo por autoridades fitozoosanitarias por el peligro de expandir gérmenes que podrían infectar enfermedades a la agricultura y ganadería dominicanas.

Aparentemente estos dos sucesos no guardan ninguna relación con nuestro país, pero hechos ocurridos hace muchos años con ingresos por la vía aérea en aeropuertos hondureños, tienen alguna o mucha similitud como para destacarlo, rememorarlo y darles la importancia del caso y las repercusiones legales y daños ocasionados a la imagen y valiosos recursos naturales de Honduras.

El primero sucedió en la década de los años 70, cuando en la maleta de un diplomático hondureño se descubrió una cantidad comercial de relojes, que constituían un verdadero acto de contrabando, utilizando el responsable su pasaporte diplomático como embajador de Honduras en un país extranjero, lo cual provocó un escándalo en los medios de comunicación de la época, creo que el autor perdió su tan alto cargo, pero dejando una imagen distorsionada del papel de un embajador que representa la dignidad e imagen de país en el mundo. El otro suceso se dio en los años 90, cuando una dama esposa de un diplomático a su llegada a Honduras por Toncontín, no declaró como estaba obligada, una pequeñita planta de esas que adornan salas de viviendas, y tiempo después al comenzar a fallecer miles de cocoteros en las playas marítimas caribeñas y extensas plantaciones en el norte del país, las investigaciones realizadas científicamente por especialistas entomólogos y biólogos de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), siguiendo el hilo de sus pesquisas y análisis de laboratorio descubrieron que la plantita traída por la dama que no se nos identificó, por razones obvias, contenía el germen o bacteria, que dio lugar a la peste que destruyó la mayoría de los cultivos naturales de cocoteros que adornaban las soleadas playas de Omoa, Puerto Cortés, Tela, La Ceiba, Trujillo, Gracias a Dios, e Islas de la Bahía.

Para recuperar las plantas de cocoteros en las bellísimas y paradisiacas playa de la costa norte de Honduras y las plantaciones de uso industrial, viéndose el gobierno y las empresas dueñas de plantaciones en la obligación de la importación de especies resistentes a la plaga, para lograr recuperar la belleza natural del ambiente de playas y balnearios marítimos de Honduras, famosas precisamente por lo sombreadas para proteger la exposición de los fuertes rayos del sol en la época veraniega y los tradicionales feriados de Semana Santa, cuando los hondureños viajan desde el interior del país a disfrutar de sus blancas arenas y aguas salinas transparentes y beneficiosas para la salud de la piel; y lograr superar la destrucción de cientos de hectáreas contentivas de extensas plantaciones cultivadas de cocoteros, para su utilización en la producción industrial de aceites, mantecas, margarinas, jabones, cremas cosméticas y de uso para el cabello, provocando pérdida de muchos empleos y cantidades millonarias en moneda nacional y dólares por efecto de la no comercialización y exportación de sus productos.

Con las disposiciones contenidas en la Ley de Modernización y Transformación del Sector Agrícola, aprobada en el Congreso Nacional en la administración del presidente Callejas, se elevó a la categoría de organismo especializado del Estado, para todo lo que tiene que ver con la sanidad e inocuidad y calidad de los productos provenientes del campo agrícola y pecuario, sea para el consumo nacional o la exportación, a tono con las disposiciones internacionales de la naciente Organización de Comercio Industrial (OMC), la unidad conocida con las siglas de Senasa, Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria, encargada de supervisar y certificar los productos alimenticios de fábricas industriales y artesanales, que funcionan en Honduras, para garantizar su inocuidad libre de bacterias patógenas y con la calidad requerida para su consumo nacional y la exportación a países del mundo, cumpliendo con los requisitos obligatorios de los convenios celebrados en el seno de la OMC y los tratados comerciales con distintos países del mundo, permitiendo así el envió de nuestro café, banano, verduras, vegetales, frutales, lácteos, bebidas refrescantes, cervezas, etílicos, carnes de res, pollos, camarones cultivados del Golfo de Fonseca, camarón, caracol, langosta y pepino del océano del Atlántico, así como filete de tilapia cultivada del Lago de Yojoa y Represa Francisco Morazán (El Cajón).

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