Para construir una sociedad mejor

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26 de enero de 2024
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12:05 am
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Para construir una sociedad mejor

Por: German Edgardo Leitzelar Hernández*

Aunque para muchos parezca ridículo y tonto, en verdad tenemos un país maravilloso que se ha ido deteriorando por las conductas de algunos personajes que nos han llevado a dividirnos, atacarnos e incluso odiarnos, y lamentablemente hemos interiorizado tanto ese mal sentimiento, que pagamos diariamente un precio terriblemente alto, y que solo seguirá incrementándose haciendo aún más daño.

El Estado que en verdad somos todos, puede jugar un papel en el desarrollo de una ciudadanía que sea capaz de transformar nuestra sociedad hacia un bienestar colectivo que hemos perdido. El gobierno que es parte de este conglomerado, también es fundamental puesto que es o debería ser un facilitador, proporcionándonos educación inclusiva y de calidad, servicios de salud accesibles y oportunidades equitativas entre otras cosas. Si los objetivos de nuestros gobernantes se materializaran con políticas públicas centradas en equidad, se estaría fomentando una participación ciudadana activa y consciente, se promocionarían valores como la justicia social, la tolerancia y la igualdad que fortalecerían nuestra sociedad, solo así estaríamos en verdad protegiendo los derechos individuales y la aplicación de las leyes de manera imparcial. Si se diera inversión en infraestructuras sociales y económicas, se crearía un entorno propicio para que todo el pueblo contribuya a un progreso colectivo para todos los hondureños. En última instancia, cuando se escriba cada acto con el compromiso hacia un desarrollo humano sostenible desde el gobierno se estarían sentando las bases para una ciudadanía empoderada que pueda liderar la transformación hacia una sociedad más justa y próspera. Cabe preguntarse, ¿acaso nuestros gobernantes actúan o han actuado de la manera antes descrita?

En el tejido social, cada ciudadano es vital y contribuye a la comunidad, por eso construir conductas positivas no es responsabilidad única de las instituciones y líderes, sino también de cada individuo, así desde el ámbito personal hasta el colectivo, cada persona tiene la capacidad y responsabilidad de actuar constructivamente.

De manera personal, se puede comenzar cultivando valores, autenticidad y empatía, todo lo cual es fundamental para crear conexiones positivas con los demás, escuchar activamente y comprender abre puertas a entendernos mutuamente y fomentar armonía a las relaciones, y autorreflexión sobre las propias acciones y actitudes nos da crecimiento personal que se reflejará en las relaciones con los demás.

En las familias podemos promover ambientes positivos por medio de comunicación abierta y respeto mutuo. Crear rutinas que fomenten convivencia y apoyo emocional, con participación activa en la educación y desarrollo de los miembros más jóvenes fortaleciendo los lazos familiares contribuyendo a la formación de individuos éticos y responsables.

En lo educativo, podemos ser promotores de cambio con prácticas inclusivas y respetuosas, fomentando ambientes de aprendizaje que respeten la diversidad y se promueva el respeto a opiniones diferentes para crear bases sólidas para crear una sociedad tolerante. Ser parte de iniciativas educativas, tutorías o programas de mentoría ofrecería oportunidades para influir positivamente en la vida de los demás.

Laboralmente ser colegas colaborativos, apoyarnos en ambientes de trabajo saludables. La cooperación y el reconocimiento trabajo de todos fortalece la cohesión y sentimientos de unidad. Asimismo, ser éticos y responsables al cumplir tareas laborales engrandece y construye imágenes positivas.

Comunitariamente podemos involucrarnos en proyectos que beneficien a la sociedad en su conjunto. Participar en actividades voluntarias, programas de ayuda comunitaria o apoyo a los menos favorecidos no solo impacta positivamente en quienes reciben la ayuda, sino que también refuerza el sentido de comunidad.

En lo político, podemos contribuir a construir conductas positivas informándonos y siendo críticos y participar activamente en procesos democráticos ejerciendo voto informado, defendiendo los derechos civiles y participar en debates constructivos son acciones que fortalecerían la salud de nuestra maltrecha democracia.

En el ámbito mediático y de redes sociales, podemos conducirnos positivamente siendo conscientes de lo que nuestra presencia en línea provoca. Promover la empatía y el respeto en cada interacción en redes sociales contribuiría a una inyección de salud mental viral. Verificar la información antes de compartirla y no generar información falsa ayudaría a combatir la desinformación y construiría conocimientos colectivos más precisos.

Construir conductas positivas es un proceso que incide en todos los aspectos de nuestras vidas, desde lo personal hasta lo político, la acción de cada uno de nosotros cuenta y contribuye a crear entornos propicios para el desarrollo humano y social. Reconocer la importancia de nuestro papel individual puede reflejar valores que, en ambientes de colaboración construya un futuro positivo y sostenible para todos.

“AMBIENTES BIEN CONSTRUIDOS CAMBIAN LA VIDA DE LAS PERSONAS. PERSONAS BIEN CONSTRUIDAS CAMBIAN LA VIDA DE TODOS”.

*Abogado laboralista independiente.

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