La duda razonable y la plena prueba

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28 de enero de 2024
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12:06 am
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La duda razonable y la plena prueba

Por: Doctor Horacio Ulises Barrios Solano

En una cita bíblica se lee “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”.

La hondureñidad está pendiente del juicio en contra el exmandatario JOH que tendrá verificativo en la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York su culpabilidad o su inocencia será determinada por la unanimidad de un jurado.

Y esa fue razón por la cual recuerdo que entre el 6 y 11 de octubre del 2019 publiqué en Voz Alta periódico digital de Honduras 3 artículos tocantes a la “duda razonable y más allá de la duda razonable” y de igual forma 2 juicios realizados en la Unión Americana hace años: el primero del imaginario de la escritora norteamericana Harper Lee ganadora del premio Pulitzer en este el jurado condena al imputado y el segundo es de la vida real y absuelven al principal sospechoso de 2 muertes, sin embargo, en ambas situaciones están presentes: el Derecho Anglosajón, el color de la piel y como denominador común la duda razonable considerada como un derecho humano.

1. A pesar que en el caso hipotético de la escritora norteamericana Harper Lee existió plena prueba como evidencia significativa de la inocencia del imputado, un jurado de personas blancas lo declaró culpable, no obstante, de la falta de evidencia en su contra hicieron caso omiso de “la duda razonable” y a pesar de la fuerte defensa el jurado en particular destruyó a un buen hombre que nunca hizo daño, simplemente por el color de su piel.
2. En el caso de vida real el imputado fronterizo con la flagrancia contrató un excelente equipo de abogados para su defensa que fue capaz de desestimar todas las pruebas que lo incriminaban y evidencias contundentes de su culpabilidad, además muy hábilmente invocaron en la contrata la evidencia clave la “la duda razonable” contra lo poco tenía que hacer la abogada de oficio de las víctimas y finalmente fue declarado inocente por un jurado popular formado por gran mayoría de personas de raza negra.

Al respecto Michele Taruffo jurista y profesor italiano cuya especialidad era el derecho procesal opina a este respecto lo siguiente “un sistema donde la subjetividad de la decisión es intrínseca al rol y a la función que se atribuye al jurado, y donde esa función no se funda en la objetividad y en la racionalidad de las decisiones de los jurados, sino en una especie de “acto de fe”. Su legitimidad, como parece obvio, no descansa en el valor epistemológico de sus decisiones, sino que en una legitimación político-social, y es aquí donde vale la pena mencionar que doctrinariamente que en el derecho anglosajón aún se presentan serias interrogantes en cuanto a su alcance y hay casos en que sí se instruyen a los jurados en un proceso penal de la siguiente manera:

“Prueba más allá de toda duda razonable es aquella prueba que los deja firmemente convencidos de la culpabilidad del acusado. Hay pocas cosas en este mundo que nosotros conocemos con absoluta certeza, y en los casos criminales la ley no requiere pruebas que superen toda posible duda. Si basados en su consideración de la evidencia, ustedes están firmemente convencidos que el acusado es culpable de los cargos, deben hallarlo culpable. Si, por otro lado, ustedes creen que hay una posibilidad real de que no sea culpable, deben darle el beneficio de la duda y encontrarlo no culpable”.

Por ello, la discusión en Estados Unidos respecto de la unanimidad del jurado es enteramente inoponible a nuestra realidad. En aquel modelo, el valor epistemológico no está presente. En consecuencia, el debate sobre la unanimidad o no de las condenas debe mirarse desde el prisma de las decisiones democráticas y su valor político social, pero no desde la epistemología.

Si existe una duda razonable por parte de uno de los miembros del jurado, el resultado sería la absolución; por el contrario, de existir prueba “más allá de la duda razonable” en todos los miembros del jurado, el resultado es la condena del acusado. Una duda razonable no es una duda basada en compasión o prejuicio; en cambio, está basada en la razón y el sentido común. Si la decisión de un jurado no descansa en el valor epistemológico de sus decisiones, (cuando eventualmente hay juicio) sino que en una legitimación político-social esperemos sorpresas como el reciente caso de un alto jerarca militar de un país vecino.

 

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